Washington asegura que el servidor de correo de Microsoft figura entre los objetivos pirateados con el apoyo de Pekín
“Un grupo inédito de aliados y socios, incluyendo
la Unión Europea, el Reino Unido, Australia, Canadá, Nueva Zelanda y la OTAN,
se unirán a Estados Unidos para exponer las actividades cibernéticas maliciosas
del Ministerio de la Seguridad chino”, había avanzado una fuente de la
Administración estadounidense en una llamada telefónica a la prensa previa al
anuncio formal. Posteriormente, sin embargo, tanto los europeos como los
aliados de la OTAN apuntaron a China, aunque con un lenguaje más cauto a la
hora de imputar al régimen de Xi Jinping.
Joe Biden aprovechó el pasado junio, durante su
primera gira europea como presidente, para pedir más determinación de las
democracias liberales hacia las “las actividades dañinas” del régimen. En la
cumbre de la OTAN en Bruselas, unos de las paradas del viaje, los países
miembro señalaron a China como uno de los grandes desafíos de la seguridad
global. En su comunicado de este lunes, la alianza un hizo un llamamiento “a
todos los Estados, incluida China, para que respeten sus compromisos y
obligaciones internacionales y actúen con responsabilidad en el sistema
internacional, incluido el ciberespacio”. El ministro de Asuntos Exteriores
británico, Dominic Raab, fue más directo: “El ciberataque contra el servidor de
Microsoft Exchange por grupos respaldados por China fue temerario y siguió un
patrón de comportamiento familiar”.
Estados Unidos sostiene que el Ministerio de
Seguridad Pública de China ha estado colaborando con piratas informáticos
dedicados a la extorsión de empresas e instituciones mediante los llamados
ataques ransomware en la jerga tecnológica, que consisten en penetrar en los
sistemas informáticos para encriptar la información y pedir un rescate por
ella, como en un secuestro. La ciberseguridad es una preocupación creciente en
Estados Unidos, que ha sufrido recientemente el asalto a una infraestructura
tan estratégica como el gran oleoducto de Colonial, una arteria energética que
tuvo que cesar su actividad durante unos días por el ataque de un grupo
criminal civil. En ese caso, Washington señaló al Kremlin por no poner coto a
este tipo de delincuentes, alegando que operan desde Rusia.
“Estados Unidos y países de todo el mundo están
haciendo responsable a la República Popular de China por su patrón de
comportamiento irresponsable, disruptivo y desestabilizador en el
ciberespacio”, dijo el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, un
modo de actuar que, añadió, “supone una gran amenaza para nuestra seguridad
nacional y económica”. La Casa Blanca señaló también que ese “patrón de
comportamiento irresponsable” de Pekín resulta “incoherente” con su objetivo de
ser visto “como un líder responsable en el mundo”.
El Alto Representante de la UE para la Política
Exterior, Josep Borrell, dijo en un comunicado que los ataques han afectado
“significativamente” a la economía, la seguridad y la democracia en la Unión.
“La UE y sus Estados miembro han evaluado que estas actividades maliciosas se
han producido desde territorio de China”, ha subrayado, en un comunicado de los
Veintisiete en el que se evita responsabilizar explícitamente a Pekín, informa
Europa Press.
Microsoft informó a principios de marzo de que
tanto grandes empresas como agencias gubernamentales que utilizan el servicio
de correo de la empresa habían visto comprometida su seguridad en una operación
que ya entonces consideraban vinculada al régimen chino. En concreto, afirmó que
los piratas del grupo Hafnium, que opera desde China, estaban explotando
brechas de seguridad en los servicios de mensajería Exchange para robar datos
de los usuarios comerciales. Se calcula que hubo un mínimo de 30.000
organizaciones víctimas del ataque y algunos cálculos elevan la cifra de
afectados hasta los 250.000, pero hasta ahora no había habido un señalamiento
formal de las autoridades.
En paralelo a la denuncia política coordinada, el
Departamento de Justicia de EE UU anunció la imputación de tres funcionarios
chinos y un pirata informático de la misma nacionalidad por una campaña global
de pirateo dirigida a decenas de empresas, universidades y agencia
gubernamentales por hechos cometidos entre los años 2011 y 2018 centrados en la
obtención de información que podía beneficiar los intereses de empresas chinas.
El material que buscaban incluía investigaciones sobre los vehículos autónomos
y sobre enfermedades infecciosas como el ébola. La acusación, que había
permanecido confidencial desde mayo, procede de un jurado especial de un
tribunal federal de San Diego (California). Es improbable que ninguno de estos
acusados, residentes en China, acaben siendo juzgados.
La acusación por los ciberataques abre otro frente
entre China y Estados Unidos, dos potencias enfrentadas en los terrenos
comercial y tecnológico, así como en la carrera armamentística y hasta en la
espacial, que viven el peor momento de sus relaciones en décadas. Desde que
llegó a la Casa Blanca, además, Joe Biden ha redoblado sus denuncias ante la
escalada autoritaria de Pekín y la violación de los derechos humanos. El
presidente intenta que el resto de aliados también eleven la presión, pese a la
importancia del gigante asiático como socio comercial. Esta semana la Casa
Blanca también apuntó a China y a Rusia como origen de la desinformación relativa
a las vacunas contra el coronavirus.
Fuente: El
Pais.com