Durante un debate virtual organizado por fundaciones ultracatólicas en
el que han participado el exministro de Interior Jaime Mayor Oreja y la también
conservadora María San Gil, se ha propuesto eliminar el derecho a voto a los
parados.
El debate, titulado
"¿El fin de nuestro modelo de sociedad? Un debate tras el
Covid-19", los fundamentalistas católicos han despotricado contra la
situación actual y la gestión socialista de la crisis.
El terrible postulado de quitar a los parados su derecho a voto ha sido
propuesto por el presidente de la Fundación Villacisneros,
Íñigo Gómez Pineda: "Partiendo de la base de que para gobernar en España
se necesitan entre 10 y 11 millones de votos, y asumiendo que hay un alto porcentaje
de conversión de votos hacia la izquierda desde la población con fuentes de
ingresos únicos o sin ingresos, al actual gobierno le interesa claramente subir
el porcentaje de este grupo de población. De esta manera pueden captar nuevos
votos".
Y añade: "Y dejo una iniciativa en el aire. ¿No se podría pensar en
que todo aquel que está subvencionado o pagado por el Estado pierda el derecho
a voto? Ahí lo dejo".
EDITORIAL
Estos patriotas menguantes, como saben que por la vial legal les va a
resultar muy difícil gobernar, quieren cargarse la democracia.
Ahora toca descartar votantes por inapropiados.
Primero los parados y más tarde seguro los discapacitados, luego supongo
irían las feministas, seguidos de los no heterosexuales y los inmigrantes, después
los independistas y ecologistas, quizás también jubilados, rojos y sociatas y todos aquellos que no profesen la religión católica. Y finalmente
fuera las autonomías.
Así que al final solo quedarían los ultracatólicos, la extrema derecha, el clero y una España grande y libre.
Ya sabemos lo que se nos viene encima si ganasen las elecciones estatales,
el PP y/o Vox, otros 40 años más, de glorioso alzamiento nacional, procedente probablemente de
un golpe
de estado constitucional
Fuente: elPlural.com