Estudio recogido por "The New York Times", confirma que prácticamente la totalidad de los enfermos generan anticuerpos, aunque se
desconozca aún por cuánto tiempo.
Un nuevo estudio ofrece un rayo de esperanza en la sombría lucha contra
el coronavirus: casi todas las personas que han tenido la enfermedad,
independientemente de su edad, sexo o gravedad de la enfermedad, han
desarrollado anticuerpos proporcionando potencialmente inmunidad a la
reinfección. Así lo dice un estudio de la prestigiosa Escuela de Medicina del
Hospital Monte Sinaí de Nueva York, pendiente aún de una última revisión por la
comunidad científica, que evaluó a 1.434 contagiados.
De confirmarse esta conclusión, permitiría a las personas que han pasado
la enfermedad hacer un vida normal sin miedo a un nuevo contagio.
El estudio, que publicado
de forma preliminar en MedRxiv, investigó a 1.434 candidatos que habían
pasado la enfermedad o creían que la habían pasado. "Personas con
infección confirmada o sospechada de SARS-CoV-2 se examinaron mediante PCR para
detectar la presencia del genoma viral y mediante un ensayo inmunoabsorbente
ligado a enzimas para detectar la presencia de anticuerpos contra el pico de SARS-CoV-2",
explica el estudio.
El 98% generó anticuerpos
La muestra del estudio sobre inmunidad recoge a 624 personas que habían
superado el coronavirus. En el momento en el que se realizaron las primeras
pruebas, se obtuvieron resultados inquietantes. Solo se detectó un nivel alto
de inmunidad en 511 de ellos. Un segundo grupo de 42 personas parecía tener
algunos anticuerpos, pero su nivel inmunitario parecía bastante bajo. Y, lo más
preocupante, 72 personas no tenían ni rastro de anticuerpos.
Una de las particularidades del grupo de muestra escogido es que se
trataba de personas que no tenían un cuadro particularmente grave de Covid-19.
Tan solo un 3% de ellos había tenido que ser ingresado en el hospital.
Lo interesante del estudio es que esa prueba de anticuerpos se repitió
y, finalmente, los anticuerpos de tipo memoria (esos que se activarían en un
segundo contacto con el virus) sí que aparecieron en ese grupo de 72 personas.
Concretamente, solo hubo tres sujetos que no desarrollaron esta inmunidad.
Los datos obtenidos con el primer grupo, el de los confirmados con el
virus, significan que el 98% generó anticuerpos, si bien aún se desconoce por
cuanto tiempo. En todo caso, "la positividad de la PCR se detectó hasta 28
días después de la resolución de los síntomas".
Los científicos del Monte Sinaí han llegado así a la conclusión de que
"la gran mayoría de los pacientes confirmados con COVID-19 seroconvierten,
potencialmente proporcionando inmunidad a la reinfección".
Tener anticuerpos no es lo mismo que tener inmunidad al virus. Pero en
investigaciones anteriores, el equipo del doctor Florian Krammer, virólogo de
la Escuela de Medicina del Hospital Monte Sinaí, ha demostrado que los niveles
de anticuerpos están estrechamente relacionados con la capacidad de desarmar el
virus, la clave de la inmunidad.
Uno de los puntos más importantes de la investigación del Monte Sinaí
—la que más pacientes analizó, hasta ahora, sobre la cuestión de los
anticuerpos— es que mostró que no sólo aquellos que estuvieron gravemente
enfermos crearon anticuerpos: todos lo hicieron, también los que sólo tuvieron
los síntomas de un resfrío. Del mismo modo, otros factores como la edad o el
sexo no afectaron la producción de anticuerpos: básicamente cualquiera que se
infectó con SARS-CoV-2 los desarrolló.
Los científicos —bajo la dirección de Ania Wajnberg— trabajaron sobre un
grupo de donantes de plasma convaleciente. Sólo el 3% de ellos había necesitado
ir a una sala de emergencias o ser hospitalizado. Los demás sólo tuvieron
síntomas moderados. “Hasta donde yo sé, este es el grupo más grande de gente
que describió una enfermedad suave”, dijo Wajnberg a The New York Times.
En detalle, el equipo estudió muestras de 624 personas que habían dado
positivo en una prueba de COVID-19 y se habían recuperado. Al comienzo solo 511
de ellos tenía altos niveles de anticuerpos, 42 tenían bajos y 71 no tenían.
Pero cuando 64 de los donantes que habían tenido niveles bajos o ausentes se
sometieron a un segundo análisis, todos excepto tres mostraron anticuerpos.
Pruebas rápidas y masivas, la clave para volver a la normalidad
Eso significa que muchos de los resultados negativos que actualmente se
ven pueden ser consecuencia del momento en que se los hace: “Si bien no
buscábamos esto, encontramos lo suficiente como para decir que 14 días es
probablemente demasiado pronto”, dijo Wajnberg. “Actualmente le estamos
diciendo a la gente que (el momento óptimo para el test de anticuerpos) es al
menos tres semanas después de la aparición de los síntomas”.
Otro descubrimiento lateral pero valioso del estudio fue que los tests
que buscan directamente el coronavirus, cuya imagen más común es el hisopado,
pueden dar positivo aun cuando un paciente parece curado, hasta 28 días después
del comienzo de la infección. Eso explicaría por qué una persona, aun cuando
dio negativo en la prueba, podría volver a dar positivo sin que eso signifique
que contrajo una segunda infección.
Ya el Centro para el Control y la Prevención de las Enfermedades de
Corea del Sur había argumentado que los 292 casos de esa índole que habían
tenido en el país se debían a componentes muertos del virus que permanecieron
en las células de los pacientes.
Oh Myoung-don, titular del comité que postuló esa hipótesis, dijo a la
agencia de noticias oficial, Yonhap, según Newsweek: “Los fragmentos de ARN (el
material genético de los virus) pueden existir en una célula aun cuando el
virus esté inactivo”. Además, por el modo en que el SARS-CoV-2 interactúa con
el ADN humano, no tiene capacidad para “crear infecciones crónicas”, subrayó.
No es novedoso: algo similar sucede con el virus del sarampión, que se
puede detectar seis meses después de la enfermedad, dijo Florian Krammer,
virólogo de la Escuela de Medicina del Hospital Monte Sinaí, al Times; los del
ébola y el zika permanecen aún más tiempo en el cuerpo.
El trabajo de Monte Sinaí confirmó que un alto porcentaje de las
personas que mostró anticuerpos nunca había sido diagnosticada con el
coronavirus. Es decir que el COVID-19 se expande también entre los
asintomáticos. En algunos lugares de mucha densidad de población, como la
ciudad de Nueva York, eso implicó una tasa de infección del 20%, según las
autoridades estatales.
No obstante, advirtió Wajnberg, “la gente no debería suponer que si tuvo
fiebre en enero tuvo COVID y ahora es inmune”: entre la muestra de personas que
no habían sido sometidas a una prueba, el 62% no tenía anticuerpos, y sus
síntomas se debieron a otras enfermedades del tracto respiratorio. Así que si
no tiene la certeza de que tuvo la enfermedad, salir creyéndose inmune podría
hacer que contraiga la enfermedad. Es en este punto, dicen los médicos, donde
se vuelve relevante el uso de test masivos para volver a la nueva normalidad.
Fuente: elUniverso.com