El mundo acelera en la búsqueda de una fuente de energía inagotable, verde y segura en la fusión nuclear.
La fusión nuclear es la puerta a una
esperanza mundial que Spada resume recordando al fundador de Eni, Enrico
Mattei: “Llevar la energía a todos, de forma sostenible y que sea un bien
común”. Para este logro se intenta reproducir un fenómeno solar mediante la
unión de dos núcleos de átomos ligeros para formar otro núcleo liberando
energía. En estos momentos se utilizan deuterio y tritio, isótopos del
hidrógeno. Ambos generan una nueva partícula que libera 17.6 mega-electrón
voltios [MeV], lo que significa que una cantidad de 2,5 gramos de ambos genera
una energía similar a la de un campo de fútbol lleno de carbón en combustión.
Su potencial frente a cualquier combustible fósil es 10⁷ superior.
Los principales problemas son las
altas presiones y temperaturas del plasma de fusión (el combustible de un
reactor), que pueden ser superiores a las del Sol: 200 millones de grados en el
centro. Las investigaciones actuales intentan confinar este plasma en jaulas
magnéticas para mantenerlo levitando en el vacío dentro del reactor con el fin
de minimizar los efectos del contacto con las paredes y evitar las
fluctuaciones.
Para Spada, la tecnología necesaria ya
está madura y prevé contar con la primera planta en tres años en Estados
Unidos, donde Eni forma parte de Commonwealth Fusion Systems, una corporación
surgida del MIT en 2018: “Empezamos a trabajar en este proyecto porque fuimos
los primeros en entender que hay un enorme potencial. Estamos trabajando para
hacerlo realidad lo antes posible. La primera planta Sparc estará en 2025 y,
aunque no estará conectada a la red en esa fecha, será el primer prototipo”.
Sparc es un dispositivo compacto de fusión neta, con un tamaño medio, pero con
un campo magnético muy poderoso. La previsión para contar con un sistema
completo que distribuya energía se sitúa en 2028.
Para esto es necesario superar otro
reto, una vez conseguido el confinamiento: que la energía generada sea superior
a la empleada para conseguir la fusión. El equipo de Joint European Torus
(JET), liderado por el Reino Unido, ha conseguido a principios de año un
récord: 59 megajulios durante cinco segundos, el equivalente a la energía
necesaria para hervir el agua de 60 teteras. Aunque no parece mucho, el récord
duplica al conseguido hace 25 años, avala el diseño de los actuales reactores y
muestra el camino para conseguir que sean eficientes.
La confianza de Eni en la fusión
nuclear le ha llevado a levantar el mayor pabellón individual en la Maker Faire
de Roma, la mayor exhibición tecnológica europea, organizada por la Cámara de
Comercio de la capital italiana, con financiación de la UE, entre otras
instituciones, y a la que ha sido invitado EL PAÍS. La instalación, creada por
los arquitectos Carlo Ratti e Italo Rota (autores del pabellón de su país en la
Expo de Dubai de 2020), simula un viaje por el interior de una jaula magnética.
“Los visitantes pueden sentirse como las partículas de la fusión”, resume
Ratti.
“Es como un teaser [una pequeña
muestra] a escala donde el público puede entrar y comprender el proceso. Lo
importante es asegurar que el visitante se involucre con lo real, que pueda
entender cómo podemos mejorar gracias a la ciencia. Queríamos contar la
historia, pero también asegurarnos de que el espectador pueda verla, adentrarse
en ella.”, explica el arquitecto.
El otro desafío ha sido elaborar un
mensaje para una audiencia heterogénea que va desde los estudiantes de
secundaria y bachillerato hasta los expertos y empresarios que tienen en Roma
el punto de encuentro con la tecnología del futuro. “Teníamos que alcanzar un
término medio de lo comprensible, pero sin que fuera simplista”, añade Ratti.
También está convencido del futuro de
la fusión nuclear, para la que hay cientos de compañías y científicos
trabajando en todos los ámbitos, desde la física a la ingeniería, pasando por
los expertos en materiales. Como ellos, advierte de que la solución nuclear no
será única. “No va a haber una sola fuente de energía. Habrá una mezcla,
imprescindible para descarbonizar el planeta. La nuclear va a ser una más”,
comenta.
Su visión de un futuro cada vez más
inmediato es que estas instalaciones diversas y acordes con el potencial de
cada zona “se van a insertar de una manera cotidiana en las ciudades, en el
paisaje urbano”. Y no solo en las grandes capitales, porque Ratti cree que “ni
Europa ni Estados Unidos necesitan desarrollar grandes urbes porque la
población en estas empieza a decrecer”. “Estamos implicados en nuevos proyectos
relacionados con agricultura urbana. Hacerlo todo más sostenible es el corazón
de lo que la arquitectura tiene que hacer hoy”, concluye.
Italo Rota añade que la base de este
nuevo futuro, “donde la tecnología es tan importante”, es la participación. Ha
sido uno de los elementos clave para el diseño del simulador de reactor de
fusión nuclear: “Que la gente entienda todo el proceso, no solo la carga de un
coche eléctrico, por ejemplo, sino dónde se produce, cómo se distribuye y cómo
se consume”.
Rota defiende un cambio de mentalidad individual para favorecer las transformaciones colectivas y la combinación de lo tecnológico con lo natural. “Muchos elementos de la vida están en la tecnología y esta es parte de la vida. Tienen que haber muchas soluciones para las ciudades, para el cuerpo de la población, y hay que encontrar el equilibrio”
Fuente: El Pais.com