El problema planteado es la durabilidad, pues se estima que actualmente un disco duro, estándar se mantiene incorruptible durante una década. Más que suficiente para un usuario normal, pero no para una empresa.
Por ello un investigador de la Universidad holandesa de Twente, Jeroen de Vries, se propuso solucionarlo y ha conseguido crear una solución óptica con potencial para almacenar datos sin alteración en la correcta lectura durante millones de años.
Para ello se ha servido de tungsteno, un material resistente a temperaturas extremas, y lo ha encapsulado en nitruro de silicio.
De momento se ha demostrado que este soporte de almacenamiento puede aguantar el sometimiento a temperaturas de hasta 200º centígrados.
Fuente: Silicon Week