Prevé que la inflación media de 2022 será del 8,1% en España, seis menos que en mayo y que los precios sigan subiendo por encima de lo habitual en 2023, pero con unas cifras inferiores
El organismo prevé
que la inflación subyacente (la cesta de la compra donde no están los alimentos
frescos, ni la energía) se mantenga, al menos, hasta 2023, pero en un índice
inferior al 2022.
Proyecciones de la
OCDE para España
Además, la OCDE ha
rebajado el crecimiento para este año al 4,1%, lo que representa un descenso de
1,4 puntos respecto a las previsiones de diciembre.
El crecimiento se
desacelerará a 4,1% en 2022 y un 2,2% en 2023 debido a la mayor incertidumbre,
la elevada inflación y la ralentización de la demanda externa. La actual
recuperación del turismo también respaldará el crecimiento. La tasa de
inflación general se moderará en 2023, pero continuará en niveles elevados”,
señala el informe.
El organismo
pronostica para este 2022 un frenazo del consumo privado en España, que solo
crecerá una décima, tras el 4,6% en 2021.
Según el informe de
la OCDE la inflación subyacente presentará una tasa de variación media del 4,5%
en 2022 y 2023. Aunque la inflación general se modere el año que viene, la
subyacente (mucho menos volátil y más persistente) se mantendrá en niveles
históricamente altos, al menos, durante este año y el próximo.
El consumo sufre la
inflación
Con la inflación
disparada, las familias tienen que dedicar un mayor esfuerzo y por ende de su
renta para consumir los mismos bienes y servicios que en 2021. Una parte de los
hogares se prevé que haya comenzado a ahorrar por precaución y por miedo al
futuro, como así lo revelan los últimos datos sobre la evolución de los
depósitos en España. Estos han tenido un crecimiento alto en los primeros meses
del año.
La OCDE añade en el
apartado sobre la economía española que “La guerra en Ucrania está afectando a
la economía española a través de un aumento de los precios de la energía,
interrupciones en las cadenas de producción y mayor incertidumbre, ya que la
exposición comercial y financiera directa con Rusia y Ucrania es limitada.
La caída de la
confianza y de la renta real
La caída de la
confianza y de la renta real disponible provocó un descenso del consumo privado
en el primer trimestre de 2022. El acuerdo alcanzado con Bruselas para limitar
el precio del gas destinado al mercado eléctrico en la Península Ibérica, que
previsiblemente entrará en vigor en junio, puede ayudar a contener la inflación
general. A finales de mayo, las autoridades habían dado acogida a 59.000
refugiados ucranianos”.
No obstante, los
economistas de la OCDE creen que “el ahorro que los hogares han acumulado
durante la pandemia, el paquete fiscal destinado a mitigar los efectos de la
guerra, la recuperación sostenida del empleo y los fondos del Plan de
Recuperación para Europa apoyarán la demanda interna”.
Además, la
recuperación en curso del turismo también supondrá una de las partes positivas
para el crecimiento. “La confianza de los consumidores y de las empresas se ha
deteriorado, y los indicadores de actividad de la industria y los servicios se
han ralentizado desde marzo. La creación de empleo tomó impulso en abril y los
contratos indefinidos, como proporción de los nuevos contratos, han pasado de
alrededor del 10% en 2021 al 48%. La recuperación del turismo ha cobrado fuerza
y el gasto de los turistas extranjeros en marzo llegó al 84% del nivel de marzo
de 2019”, se lee en el documento.
Son cruciales las reformas
e inversiones para promover la transición ecológica
El apoyo fiscal para
hacer frente a las repercusiones que la crisis energética está teniendo en los
hogares y las empresas vulnerables a corto plazo debe estar bien focalizado y
ser temporal. Se necesita una estrategia de consolidación a medio plazo
centrada en la revisión del gasto (spending reviews) para empezar a reducir
gradualmente el déficit fiscal y la proporción de deuda pública respecto al
PIB. El porcentaje de convenios salariales con cláusulas de indexación sigue
siendo moderado, pero está aumentando, lo que pone de manifiesto la importancia
de un acuerdo entre los agentes sociales para repartir la carga y evitar una
espiral de subidas de salarios y precios.
Previsión de
desempleo
Por último, las
previsiones de la OCDE prevén que la tasa de paro media se sitúe en España en
el 13,6% este año. Sin embargo, para el próximo ejercicio detectan un cambio de
tendencia y pronostican que el desempleo suba hasta el 13,9% ante el menor
crecimiento de la economía.
La guerra está
frenando la recuperación
Antes de la guerra,
la economía mundial se había embarcado en una recuperación fuerte, aunque
dispar, tras la crisis del COVID-19. El conflicto en Ucrania y perturbaciones
en la cadena de suministro, agravadas por los cierres de empresas y fábricas en
China en el marco de la política de «COVID cero», están asestando un duro golpe
a la recuperación.
Ahora se prevé que el
crecimiento del PIB mundial se ralentice bruscamente este año, hasta situarse
en torno al 3%, y que se mantenga a una tasa similar en 2023. Este ritmo de
recuperación está muy por debajo del proyectado el pasado mes de diciembre.
El crecimiento será
mucho más débil de lo vaticinado en casi todas las economías. Muchos de los
países más castigados están en Europa, una región muy expuesta a la guerra a
través de las importaciones de energía y los desplazamientos de refugiados.
Países de todo el
mundo se están viendo afectados por la subida de los precios de las materias
primas, que acrecienta las presiones inflacionistas y contrae los ingresos y el
gasto en términos reales, obstaculizando aún más la recuperación.
Esta desaceleración
del crecimiento es un precio de la guerra que se pagará con un descenso de los
ingresos y menos oportunidades de empleo.
Las presiones
inflacionistas se han intensificado
La guerra en Ucrania
ha hecho desaparecer las esperanzas de ver pronto el final del aumento de la
inflación observado en la economía mundial en 2021 y principios de 2022 a causa
de cuellos de botella en las cadenas de suministro asociados al COVID-19.
Los elevados precios
de los alimentos y la energía y el continuo agravamiento de los problemas en
las cadenas de suministro sugieren que la inflación de los precios al consumo
alcanzará su punto de inflexión máximo más tarde y en niveles más altos de lo
que se había supuesto.
Las nuevas
proyecciones de la OCDE reflejan el gran impacto internacional que la guerra
está teniendo en las tasas de inflación, que ya han alcanzado sus niveles más
altos en 40 años en Alemania, el Reino Unido y Estados Unidos.
En principio, el
alivio gradual de las presiones de la cadena de suministro y de los precios de
las materias primas, así como el impacto de la subida de los tipos de interés,
empezarán a notarse en 2023, aunque se prevé que la inflación subyacente se
mantenga en torno a los objetivos de los bancos centrales o por encima de ellos
a finales de año en muchas de las principales economías.
La crisis del costo
de la vida provocará penurias y riesgos de hambruna
Rusia y Ucrania son
importantes proveedores en muchos mercados de materias primas; en conjunto,
representan alrededor del 30% de las exportaciones mundiales de trigo, el 20%
de las de maíz, fertilizantes minerales y gas natural, y el 11% de las de
petróleo. Los precios de estos productos aumentaron considerablemente tras el
inicio de la guerra.
Si no se toman
medidas, existe un alto riesgo de crisis alimentaria. Las interrupciones en el
suministro van en aumento y representan una amenaza, en particular para
aquellos países de bajos ingresos que dependen en gran medida de Rusia y
Ucrania para obtener alimentos básicos. Las cuentas públicas de estos países ya
están sobrecargadas por dos años de pandemia, de modo que podrían tener
dificultades para hacer llegar alimentos y energía a precios asequibles a sus
ciudadanos, con el consiguiente riesgo de hambruna y malestar social.
El aumento de los
precios de las materias primas y posibles interrupciones de la producción
tendrán consecuencias importantes. La fuerte subida de los precios ya está
socavando el poder adquisitivo y ello obligará a los hogares de menores
ingresos de todo el mundo a recortar su gasto en otros artículos para poder
cubrir las necesidades básicas de energía y alimentos
Fuente. Diario16.com