Una VPN son
las siglas de Virtual Private Network, o red privada virtual, la cual permite crear
una red local sin necesidad que sus integrantes estén físicamente conectados
entre sí, sino a través de Internet.
Sin
embargo, hay otra particularidad de las conexiones VPN más desconocida los túneles de datos. Normalmente,
mientras usas Internet tu dispositivo se pone en contacto con tu proveedor de
Internet, que es el que conecta con los distintos servicios web para ofrecerte,
por ejemplo correo electrónico.
Cuando te
conectas a una conexión VPN, esto cambia. Todo tu tráfico de red sigue yendo
desde tu dispositivo a tu proveedor de Internet, pero de ahí se dirige directo
al servidor VPN, desde donde partirá al destino. Idealmente la conexión está cifrada, de modo que tu proveedor de
Internet realmente no sabe a qué estás accediendo. A efectos prácticos, tu
dirección IP es la del servidor VPN: en muchos aspectos es como si estuvieras
físicamente ahí, conectándote a Internet.
Ventajas de las conexiones VPN
Ahora que
ya sabemos qué es una conexión VPN y para qué sirve, es hora de resumir una
lista de las ventajas e inconvenientes que te supone el uso de esta tecnología.
Primero, la parte positiva:
- Funciona en todas las aplicaciones, pues enruta todo el tráfico de Internet, a diferencia de los servidores proxy, que solo puedes usar en el navegador web y un puñado de aplicaciones más que te dejan configurar las opciones de conexión avanzadas.
- Se conecta y desconecta fácilmente. Una vez configurado, puedes activar y desactivar la conexión a tu antojo.
- Seguridad adicional en puntos de acceso WiFi, siempre y cuando la conexión esté cifrada, claro
- Falseo de tu ubicación, como ya hemos visto en el apartado anterior, una conexión VPN es un modo eficaz de evitar la censura o acceder a contenido limitado a cierta región.
- Tu proveedor de Internet no puede saber a qué te dedicas en Internet. Con una VPN no sabrán a que te dedicas, aunque sí lo sabrá la compañía que gestiona la VPN.
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Fuente:
Europa Press