La principal razón de esta aparentemente súbita competencia de China se debe, a que está ejecutando a la perfección una planificación agresiva diseñada para liderar el desarrollo de la inteligencia artificial (IA).
OPCION 1. Capitalismo salvaje, guerra comercial y solo puede ganar uno.
La inversión masiva en IA posiciona al país asiático como líder.
Buena parte de los miles de millones de yuanes que pone el ejecutivo de Pekín van a parar a las start-ups del país, que desarrollan proyectos de IA en todo tipo de industrias, desde la biomédica hasta los medios de comunicación. El salto está siendo de gigante, si tenemos en cuenta que en 2016 China, solo representaba el 11,3 % de la financiación global en Inteligencia Artificial.
Según un
informe de la consultora PwC, en 2030 el PIB global será un 14 % más alto –el
equivalente a 15,7 billones de dólares, más que la producción actual de China y
la India juntas– como resultado de la inteligencia artificial. La economía del
gran gigante asiático será la más beneficiada –su PIB crecerá el 26 %–, seguida
de América del Norte, con un 14,5 %. China, dice PwC, empezará a superar a
Estados Unidos en un plazo de diez años.
Los
expertos de CB Insights señalan que los esfuerzos de las empresas chinas en IA
se reflejan con suma transparencia en su actividad de patentes, que ya supera
claramente la de Estados Unidos en cuanto a solicitudes y publicaciones en ese
campo. En el aprendizaje profundo o machine learning, por ejemplo, las cifras
de patentes publicadas en el país asiático son seis veces mayores que en el
norteamericano.
Reconocimiento
facial y los chips con IA
Las dos
tecnologías prominentes que alimentan el crecimiento de la IA en China son el
reconocimiento facial y los chips o procesadores con inteligencia artificial.
La primera promueve los ambiciosos planes de vigilancia nacional del Gobierno,
mientras que la segunda es un desafío directo a los chips manufacturados por
marcas norteamericanas, como Intel, Qualcomm y NVIDIA.
Megvii,
SenseTime y la startup CloudWalk– han logrado alzarse a la categoría de
unicornio en muy breve tiempo. En el contexto del ecosistema emprendedor, un
unicornio es una compañía tecnológica que ha alcanzado un valor de mil millones
de dólares en alguna de las etapas de su proceso de levantamiento de capital.
Megvii está ubicada en el puesto undécimo en la lista de las cincuenta empresas
más inteligentes del MIT Technology Review en 2017. Su especialización es la
visión por computadora. Su producto de reconocimiento facial, Face ++, ha sido
capaz de identificar y distinguir más de cien millones de rostros hasta el
momento.
Por su
parte, SenseTime fabrica para la policía china software de vigilancia
automática con inteligencia artificial. Según CB Insights, SenseTime es la
start-up de IA más valiosa del mundo: se le atribuye en la actualidad una
valoración superior a los 4.500 millones de dólares.
Sectores
lucrativos de la tecnología
Y es que el
análisis de imágenes es una de las aplicaciones comerciales más lucrativas en
el ámbito de esta tecnología, y lo es aún más en China. SenseTime afirma que
tiene más de cuatrocientos clientes y socios, y también vende sus servicios de
IA para mejorar las aplicaciones de cámaras de fabricantes chinos de teléfonos
inteligentes, como OPPO y Vivo. Además ofrece efectos y filtros de realidad
aumentada (RA) en plataformas de redes sociales como Weibo, y proporciona
verificación de identidad para aplicaciones financieras y minoristas en el
propio país asiático.
SenseTime
también equipa a las fuerzas policiales chinas con servicios de reconocimiento
facial y seguimiento. La compañía, cuyas sedes principales están en Pekín y
Shenzhen, dice que el software que proporciona para la oficina de seguridad de
Guangzhou, que tiene una población metropolitana de alrededor de veinticinco
millones de personas, se usa para analizar imágenes de vigilancia de escenas de
crímenes y fotos de una base de datos genérica. Con ellas la policía ya ha sido
capaz de identificar a más de dos mil sospechosos y resolver más de cien
crímenes.
La compañía
CloudWalk también está considerada como una de las grandes en reconocimiento
facial. Esta start-up es la principal proveedora de la tecnología de
identificación de rostros que utiliza el Banco de China. En 2018, CloudWalk
firmó un acuerdo para proporcionar al Gobierno de Zimbabue un sistema de
rastreo facial con una base de datos a nivel nacional y un programa de
monitorización de los principales centros de transporte del país africano.
Gigantes
de internet
Pero los
que de verdad lideran el mercado de la IA en China son los gigantes de internet
Baidu, Alibaba y Tencent, un trío conocido en el contexto tecnológico mundial
como BAT. En la actualidad, el campo de la inteligencia artificial en el país
asiático abarca servicios básicos, como recursos de datos y plataformas
informáticas; productos de hardware, caso de los robots industriales y de
servicio; servicios de inteligencia comercial; y capacidades técnicas, como
identificación visual y aprendizaje automático. Según la consultora china
iResearch, el reconocimiento de voz y el reconocimiento visual contribuyen con
el 60 % y el 12,5 % del mercado total de IA del país asiático, respectivamente.
De las
empresas relacionadas con la inteligencia artificial, el 71 % se centra en el
desarrollo de aplicaciones y el resto se dedica al campo de los algoritmos. El
55 % se ha especializado en la visión por computadora; el 13 %, en el
procesamiento del lenguaje natural; y el 9 %, en el aprendizaje automático
fundamental.
Presentes
en ambos mercados
Por otra
parte, China también compite con Estados Unidos por el dominio de la tecnología
de chips con inteligencia artificial.
Baidu y JD
también invierten en empresas de IA en el extranjero, incluido Estados Unidos:
recientemente entraron en el capital de ZestFinance. Tencent lo hizo en el de
la neoyorquina ObEN y start-ups como Wuxi, NextCODE y Pony. AI ya operan en
ambos países. Según CB Insights, “ya hay más inversiones chinas en las
start-ups de IA en Estados Unidos que a la inversa”.
El banco de
inversión Goldman Sachs apunta que la inmensa población de China, gran parte de
la cual está conectada a internet, le da una gran ventaja en la generación de
datos: "Es comprensible que el país asiático genere aproximadamente el 13
% de la información digital a nivel mundial". Además, Huawei, Xiaomi,
Foxcom, ZTE o Hisense son otros gigantes tecnológicos que están en la cresta de
la ola y que también tienen mucho que decir para que el país asiático sea, en
pocos años, el líder indiscutible en inteligencia artificial.
Fuente: Muy
Interesante.com
OPCION 2.
Se emplea la IA para el bien común y ganamos todos.
La creciente competencia en inteligencia artificial
entre Estados Unidos y China plantea amenazas significativas tanto para ambas
naciones como para el resto del mundo.
Los riesgos
de esta rivalidad no son meramente hipotéticos, pues bien podrían derivar en
situaciones de conflicto que pongan en peligro la paz mundial, la estabilidad
económica y el progreso tecnológico. Enmarcar el desarrollo de la IA como una
carrera de suma cero, socava las oportunidades de avance y seguridad
colectivas. En lugar de ceder ante la retórica de confrontación, es crucial que
EE UU y China, junto con sus aliados, adopten un enfoque de colaboración y
gobernanza compartida.
Recomendaciones
para los líderes políticos.
- Reducir el dominio de la seguridad nacional sobre la política de IA.- Tanto Estados Unidos como China deben reajustar su enfoque del desarrollo de la IA, dejando de verla principalmente como un activo militar. Esto significa reducir el énfasis en las preocupaciones de seguridad nacional que actualmente dominan todos los aspectos de la política de IA. En su lugar, deberían centrarse en las aplicaciones civiles de la IA que pueden beneficiar directamente a las personas y abordar desafíos globales, como la atención sanitaria, la educación y el cambio climático. Estados Unidos también debe investigar cómo implementar un posible programa de renta básica universal, ya que los despidos a causa de la adopción de la IA se están convirtiendo en un problema cada vez mayor a nivel nacional.
- Promover la gobernanza bilateral y multilateral de la IA.- Establecer un diálogo sólido entre EE UU, China y otras partes interesadas internacionales es crucial para el desarrollo de estándares comunes de gobernanza de la IA. Esto incluye acordar normas éticas, medidas de seguridad y directrices de transparencia para las tecnologías avanzadas de IA. Un marco de cooperación ayudaría a garantizar que el desarrollo de la IA se lleve a cabo de manera responsable e inclusiva, minimizando los riesgos y maximizando los beneficios para todos.
- Aumentar la inversión en la detección y mitigación del uso indebido de la IA.- El riesgo de que la IA sea utilizada de forma indebida por personas malintencionadas, ya sea mediante campañas de desinformación, ataques a los sistemas de telecomunicaciones, energía o financieros, o ataques a la ciberseguridad con potencial para desestabilizar la sociedad, es la mayor amenaza existencial para el mundo actual. Es vital aumentar la financiación y la cooperación internacional para detectar y mitigar estos riesgos. Estados Unidos y China deben acordar normas comunes para el uso responsable de la IA y colaborar en el desarrollo de herramientas que puedan contrarrestar su uso indebido a nivel mundial.
- Crear incentivos para la investigación colaborativa en IA.- Los gobiernos deberían ofrecer incentivos para la colaboración académica y empresarial a través de las fronteras. Mediante la creación de programas de financiación conjunta e iniciativas de investigación, EE UU y China pueden fomentar un entorno en el que ambas naciones contribuyan a avances en IA que ayuden a la humanidad. Esta colaboración ayudaría a poner en común el talento, los datos y los recursos informáticos, superando barreras que ninguno de los dos países podría abordar por sí solo. Un esfuerzo global similar al CERN para la IA aportará mucho más valor al mundo y un final pacífico que un Proyecto Manhattan para la IA, que muchos están promoviendo hoy en Washington.
- Establecer medidas de fomento de la confianza.- Ambos países deben evitar que las acciones relacionadas con la IA se interpreten como agresivas o amenazantes. Podrían hacerlo mediante acuerdos de intercambio de datos, proyectos conjuntos de IA no militar e intercambios entre investigadores de IA. Reducir las restricciones a la importación para casos de uso civil de la IA, por ejemplo, podría ayudar a las naciones a recuperar cierta confianza y discutir una cooperación para la investigación conjunta. Estas medidas ayudarían a crear transparencia, reducir el riesgo de mala comunicación y allanar el camino para una relación menos conflictiva.
- Apoyar el desarrollo de una coalición mundial de seguridad de la IA.- Una coalición que incluya a los principales desarrolladores de IA de varios países podría servir como plataforma neutral para abordar las preocupaciones éticas y de seguridad. Esta coalición reuniría a los principales investigadores, especialistas en ética y responsables políticos de la IA para garantizar que la IA progrese de forma segura, justa y beneficiosa para todos. Este esfuerzo no debe excluir a China, ya que sigue siendo un socio esencial en el desarrollo y mantenimiento de un ecosistema de IA seguro.
- Cambiar el enfoque hacia la IA para los desafíos globales.- Es crucial que las dos superpotencias mundiales de la IA utilicen sus capacidades para abordar cuestiones globales, como el cambio climático, las enfermedades y la pobreza. Demostrando los impactos sociales positivos de la IA a través de proyectos tangibles y presentándola no como una amenaza sino como una poderosa herramienta para el bien, Estados Unidos y China pueden remodelar la percepción pública de la IA.
La elección debería estar clara. En un lugar
de seguir por el camino de la confrontación, que con toda seguridad conducirá
al conflicto y al daño mutuo, se puede cambiar hacia la colaboración, que
ofrece el potencial de un futuro próspero y estable para todos. La inteligencia
artificial promete resolver algunos de los mayores desafíos a los que se
enfrenta la humanidad, pero hacerlo realidad depende de si elegimos competir
entre nosotros o trabajar juntos.
Fuente: www.technologyreview.es