El Peterson Institute for International Economics (PIIE) ha publicado un estudio en el que se muestra cómo, a pesar de haber desconectado a los bancos rusos del sistema SWIFT, la gran mayoría de éstos continúan operando con total normalidad.
Tras hacerse una realidad la invasión
de Ucrania por parte de las tropas rusas, la UE tuvo una respuesta dura que
tenía como objetivo estrangular la economía de Rusia. Sin embargo, se ha
quedado ahí puesto que varias de las potencias europeas continúan comprando
hidrocarburos porque no se ha dado el siguiente paso que habría que haber dado.
La UE debería extender duras sanciones
a la mayoría o todos los bancos rusos más grandes, incluido el más grande que
juega un papel central en el sistema financiero de Rusia, Sberbank.
Según señalan Joshua Kirschenbaum y
Nicolás Véron, del PIIE, la permisividad de la Unión Europea contrasta con la
reacción del Departamento del Tesoro de Estados Unidos respecto a los bancos
rusos. «El 6 de abril, el Tesoro de los Estados Unidos anunció sanciones completas
de ‘bloqueo’ a Sberbank y Alfa-Bank, el cuarto banco más grande de Rusia, lo
que significa que las entidades estadounidenses no pueden realizar
transacciones con ellos, y sus activos estadounidenses están congelados. Junto
con acciones anteriores anunciadas el 22 y 24 de febrero, esta acción impide en
gran parte o por completo que seis de los 10 principales bancos de Rusia, que
representan más del 60 por ciento de los activos bancarios rusos totales,
realicen transacciones sujetas a la jurisdicción de los Estados Unidos. Si bien
éstos podría hacer aún más, sus acciones son mucho más que las acciones
equivalentes de la UE. De esos mismos 10 bancos principales (dejando de lado el
Banco Central de Rusia), la UE ha bloqueado solo cuatro (sin incluir Sberbank y
Alfa-Bank), sumando solo una cuarta parte de los activos bancarios rusos
totales», afirman los autores del informe.
Las sanciones contra el Banco Central
de Rusia, aplicadas por la UE junto con Estados Unidos, el Reino Unido, Canadá,
Japón y otras jurisdicciones, han hecho añicos el mito de Rusia como fortaleza
financiera y han obligado al banco central a elevar las tasas e imponer
controles de capital, con un impacto negativo severo para el crédito ruso y las
perspectivas de crecimiento y a pesar del esfuerzo decidido de Rusia para
apuntalar el rublo.
Sin embargo, cuando se trata de bancos
individuales, la UE hasta ahora ha concentrado su fuego financiero en solo
siete instituciones financieras rusas: VTB, Promsvyazbank, Otkritie,
Sovcombank, Rossiya Bank, Novikombank y la sociedad de inversión VEB.RF, que no
tiene licencia como banco pero tiene activos que la situarían entre las 10
principales si lo fuera.
Tres de ellos fueron objeto de las
sanciones de la UE el 23 de febrero, el día antes de la invasión. Luego el 1 de
marzo, la UE excluyó a los siete del acceso a SWIFT. Finalmente, el 8 de abril,
los cuatro restantes también fueron objeto de sanciones de bloqueo total, lo
que pone fin a una escapatoria bastante sin sentido que permitió la
continuación de los servicios de corresponsalía bancaria sin utilizar SWIFT.
Estas sanciones han sido impuestas por toda la UE, no solo la zona del euro.
Pero dejan intacta la gran mayoría del sistema bancario de Rusia
¿El dinero manda o no?
Esta falta de sanciones más duras de
la UE a los bancos rusos no tiene más explicación que el miedo por parte de los
supervisores financieros de la Eurozona de proteger a toda costa la estabilidad
financiera. Esa motivación por la prudencia, sin embargo, ya no se aplica.
El Banco Central Europeo, en su papel
de supervisor bancario de la zona del euro, ha seguido de cerca los posibles
canales de contagio y ha sugerido, en una carta a los parlamentarios europeos,
que actualmente no hay motivo de alarma por las exposiciones de los bancos de
la zona del euro a Rusia. Los bancos de la UE con grandes operaciones en Rusia
tienen señalado su próxima salida del país. Considerando todo esto, no parece
que la intensificación de las sanciones de la UE a bancos rusos individuales amenace
materialmente la estabilidad financiera europea. Ahí se demuestra la hipocresía
de la UE.
«La postura actual de Europa de
mantener compras significativas de petróleo y gas ruso tampoco es una razón
para retrasar dicha intensificación. En pocas palabras, los compradores de la
UE de hidrocarburos rusos no necesitan Sberbank para comprar el material.
Pueden operar a través de un canal bancario mucho más estrecho, ya sea un banco
ruso (grande o pequeño) que no esté autorizado para ese fin, o incluso a través
de un banco sancionado que utilice una instalación autorizada exenta de
sanciones para permitir transacciones de petróleo y gas. Ese banco puede ser
Gazprombank (y/o su primo el Banco Regional de Desarrollo de Rusia, una filial
de Rosneft), u otra institución que se considere adecuada. Incluso suponiendo
que algunos contratos de suministro de petróleo o gas en curso se atiendan
actualmente a través de Sberbank, esa relación bancaria presumiblemente puede
cambiarse a otra institución sin que eso constituya un incumplimiento de
contrato. Canalizar todas las ventas de energía a través de una instalación
bancaria aprobada (o una pequeña cantidad de ellas) tendrá el beneficio
adicional de facilitar el control de los volúmenes en toda la UE, aumentando la
probabilidad de que los estados miembros acepten y se adhieran a las
reducciones, si no a la eliminación de las importaciones en el futuro cercano»,
afirman los autores del estudio.
Por otro lado, el informe señala que
la imposición de sanciones de bloqueo a Sberbank y a los otros grandes bancos
rusos que actualmente no se ven afectados por las sanciones de la UE, a saber,
Alfa-Bank, Russian Agricultural Bank, Credit Bank of Moscow, Bank Saint
Petersburg, Tinkoff Bank, entre otros, sería una decisión menos trascendental
que detener las compras de petróleo y gas de la UE a Rusia.
Aun así, crearía impedimentos
generalizados para los negocios internacionales hasta ahora no sancionados para
una amplia gama de actores económicos en Rusia y también haría cada vez más difícil
para las entidades rusas eludir algunas de las otras sanciones ya vigentes.
«Es importante destacar que se puede
hacer sin demora y sin un costo importante para la UE o países afines. Dadas
las atrocidades cometidas por Rusia y su ruptura de las normas de seguridad
fundamentales de Europa, hay mucho más riesgo en hacer muy poco que en hacer
demasiado», finalizan Joshua Kirschenbaum y Nicolás Véron.
Fuente: El Diario16.com