7 de junio de 2014

LÁSER. Uno de baja potencia podría acabar con las endodoncias

En medicina, los láseres se suelen usar para destruir tejido, haciendo diminutas incisiones quirúrgicas, borrando venas varicosas y eliminando el vello corporal. Ahora los investigadores han demostrado que los láseres de baja potencia se pueden usar para el objetivo contrario: regenerar tejido perdido, activando las células madre dentales para que produzcan dentina en ratones
En un nuevo estudio los investigadores han usado un láser para estimular las células madre de los dientes de ratas. Algún día, esto podría dar lugar a una forma sencilla de evitar las dolorosas endodoncias. Y lo que es más importante, según los investigadores, también podría funcionar de otras formas, quizá potenciando la curación de las heridas y la regeneración de los huesos.
El primer autor del estudio, dentista e investigador de los Institutos Nacionales de Salud, Parveen Arany, explica que, a una potencia menor, la luz láser se puede usar para estimular los procesos biológicos. Pero Arany, quien dirigió este trabajo estando en el laboratorio de David Mooney en el Instituto Wyss de la Universidad de Harvard (EEUU), admite que los estudios que han usado láseres de baja potencia con fines terapéuticos no siempre han dado resultados demasiado impresionantes.
Los investigadores estudiaron por qué los láseres tienen este efecto. Hallaron que la luz produce químicos denominados especies reactivas de oxígeno, que activan una molécula que estimula el crecimiento llamada TGF-beta. El estudio demuestra "cómo una forma física de energía es capaz de producir una respuesta biológica", sostiene Arany. Pero como las especies reactivas de oxígeno también pueden dañar los tejidos, su equipo debía averiguar cuál es la dosis correcta para conseguir un efecto beneficioso, lo que podría explicar por qué resultados anteriores habían sido poco consistentes.
Los científicos han investigado distintas formas de obligar a las células madre a diferenciarse en células de tejidos específicos para sustituir o regenerar tejidos, un proceso que suele implicar cultivar y manipular las células y exponerlas a las moléculas que promueven la diferenciación. Usar luz para activar las células y que produzcan esas moléculas ellas mismas para diferenciarse en tejidos, sería mucho más fácil. También supondría muchos menos obstáculos legales y administrativos. Arany explica que, como ya se sabe que la TGF-beta promueve el crecimiento y la diferenciación en muchos tejido, los láseres también podrían funcionar en otras aplicaciones.
Fuente: MIT  Technology Review