En medicina, los láseres se suelen usar para destruir
tejido, haciendo diminutas incisiones quirúrgicas, borrando venas varicosas y
eliminando el vello corporal. Ahora los investigadores han demostrado que los
láseres de baja potencia se pueden usar para el objetivo contrario: regenerar
tejido perdido, activando las células madre dentales para que produzcan dentina
en ratones
En un nuevo estudio los investigadores han usado un
láser para estimular las células madre de los dientes de ratas. Algún día, esto
podría dar lugar a una forma sencilla de evitar las dolorosas endodoncias. Y lo
que es más importante, según los investigadores, también podría funcionar de
otras formas, quizá potenciando la curación de las heridas y la regeneración de
los huesos.
El primer autor del estudio, dentista e investigador de
los Institutos Nacionales de Salud, Parveen Arany, explica que, a una potencia
menor, la luz láser se puede usar para estimular los procesos biológicos. Pero
Arany, quien dirigió este trabajo estando en el laboratorio de David Mooney en
el Instituto Wyss de la Universidad de Harvard (EEUU), admite que los estudios
que han usado láseres de baja potencia con fines terapéuticos no siempre han
dado resultados demasiado impresionantes.
Los investigadores estudiaron por qué los láseres
tienen este efecto. Hallaron que la luz produce químicos denominados especies
reactivas de oxígeno, que activan una molécula que estimula el crecimiento
llamada TGF-beta. El estudio demuestra "cómo una forma física de energía
es capaz de producir una respuesta biológica", sostiene Arany. Pero como
las especies reactivas de oxígeno también pueden dañar los tejidos, su equipo
debía averiguar cuál es la dosis correcta para conseguir un efecto beneficioso,
lo que podría explicar por qué resultados anteriores habían sido poco consistentes.
Los científicos han investigado distintas formas de
obligar a las células madre a diferenciarse en células de tejidos específicos
para sustituir o regenerar tejidos, un proceso que suele implicar cultivar y
manipular las células y exponerlas a las moléculas que promueven la
diferenciación. Usar luz para activar las células y que produzcan esas
moléculas ellas mismas para diferenciarse en tejidos, sería mucho más fácil.
También supondría muchos menos obstáculos legales y administrativos. Arany explica
que, como ya se sabe que la TGF-beta promueve el crecimiento y la
diferenciación en muchos tejido, los láseres también podrían funcionar en otras
aplicaciones.
Fuente: MIT
Technology Review