8 de febrero de 2015

ARM. El cerebro de tu próximo móvil

ARM es la arquitectura que usan la mayoría de fabricantes de móviles, desde Apple a ZTE, para sus procesadores. Los procesadores no los fabrica ni diseña la propia empresa ARM Holdings. Este grupo se limita sólo a licenciar la arquitectura. Depende de cada compañía o de terceras empresas como Qualcomm o Mediatek, diseñar y estampar en silicio los procesadores de acuerdo a sus necesidades.
Esto hace el juego de los procesadores móviles un poco más complejo que el de los PC, donde una arquitectura, X86, depende básicamente de una compañía (Intel) y donde sólo se puede dar el nombre de otro gran fabricante de chips (AMD).
En el móvil, por ejemplo, Apple puede ser la encargada de diseñar un chip -lo hace todos los años con los Ax-, pero no es la que los estampa en obleas de silicio -es un trabajo que reparte entre Samsung y otros proveedores como TSMC-. Del mismo modo, Samsung ha comenzado a fabricar sus propios procesadores - la gama Exynos- pero no tiene capacidad de producción suficiente y recurre en muchas ocasiones a Qualcomm para equipar sus productos.
La ventaja inesperada de este sistema es que, estudiando los anuncios de nuevos diseños de ARM Holdings, es posible adivinar, en parte, qué veremos en los teléfonos del próximo año. Hoy ha anunciado las características de de la plataforma Cortex A-72, la arquitectura base que veremos en los teléfonos más avanzados de 2016.
Esto es lo que podemos esperar de nuestros iPhones y Galaxys el año que viene: captura de vídeo 4K a 120 cuadros por segundo (para cámara lenta), soporte para pantallas de mayor resolución y densidad de píxeles y dos veces más potencia que un procesador de gama alta actual. La clave de este salto en potencia, sin embargo, es que puede utilizarse para alargar la vida de la batería. Si se mantiene la potencia actual un procesador basado en esta nueva arquitectura consumiría un 75% menos.
Antes de alegrarse demasiado hay que apuntar algunos detalles. El procesador no es el componente que más batería consume en el teléfono (tan distinguido honor corresponde a la pantalla) y los fabricantes, hasta ahora, han preferido apostar por potencia antes que autonomía cuando se han encontrado en una situación parecida. Es arriesgado vender tu teléfono como un dispositivo igual de potente que el modelo de hace dos años si el beneficio son unas horas más de autonomía.
Fuente: El Mundo.es