La presencia de fallos de seguridad en
los sistemas de algunos modelos llaves de coches inteligentes, o 'smart keys',
exponen a los vehículos de los usuarios a abrirse por parte de atacantes que
utilizan dispositivos amplificadores de frecuencia que pueden conseguirse por
apenas 30 euros.
Las llaves inteligentes son
dispositivos electrónicos que utilizan los fabricantes de vehículos gracias a
los cuales los conductores no tienen que accionarlas, sino que el coche abre
automáticamente sus puertas al aproximarse dentro del radio de alcance, de
entre 5 y 20 metros.
Según ha alertado la compañía
tecnológica GMV en un informe de ciberseguridad, la vulnerabilidad de estos
dispositivos reside en los protocolos de comunicación que utilizan para enviar
sus señales a los vehículos, lo que hace imposible solucionarlo mediante
actualizaciones de 'software' habituales.
Las llaves inteligentes portan una
antena que busca constantemente la señal que emite el coche, que habitualmente
se mueve en una frecuencia de 315 megahercios, de manera que ambos dispositivos
se comuniquen cuando se toca la maneta del coche.
Aunque se trata de un proceso cifrado,
existen vulnerabilidades del tipo 'man in the middle', que no atacan el cifrado
del proceso, sino en las que los atacantes buscan maneras de hacer creer al
sistema que la llave inteligente se encuentra cerca del coche.
Así, desde GMV han alertado sobre la
posibilidad de capturar la señal de la llave inteligente al acercarse
físicamente lo suficiente a ella, y utilizar dispositivos amplificadores de
frecuencia para ampliar su alcance y engañar a la antena del coche para así
abrirlo. Los amplificadores de frecuencia cuentan con modelos que se venden por
apenas 30 euros.
Esta vulnerabilidad puede afectar a
los usuarios en situaciones concretas, como por ejemplo, siempre que los
delincuentes sean capaces de interceptar la señal de una llave inteligente,
para así abrir un coche aparcado en las inmediaciones.
Este tipo de ciberataques pueden tener
un especial impacto en zonas residenciales con viviendas tipo chalets, y
"tiene éxito incluso aunque no se esté cerca del conductor, como podría
ser un centro comercial o un restaurante", explican desde GMV.
En medio de todo esto, algunos
fabricantes han ideado un sistema que consiste en introducir acelerómetros en
la llave inteligente para que esta deje de emitir su señal cuando lleva más de
40 segundos sin moverse.
Fuente: Europa Press