Austria ha alertado del riesgo de un corte eléctrico en los próximos cinco años. La razón: un pico de actividad del Sol
De hecho, las Fuerzas
Armadas de Austria crearon un vídeo para mostrar a los austriacos cómo debían
prepararse ante el gran apagón con el objetivo de alertar del riesgo de un
posible corte de suministro energético “en los próximos cinco años”, y que ha
desencadenado distintas teorías en medios y redes sociales.
La ministra ha
afirmado que es un peligro “subestimado por todos’’ cuando podría tener
consecuencias catastróficas. Varios medios, e incluso políticos, están
interpretando esta noticia en clave geopolítica, asociada con una posible falta
de suministro de gas que genera electricidad en algunos países europeos, como
es el caso de España. Vox ya ha pedido en el Congreso la comparecencia del
director de Seguridad Nacional, Miguel Ángel Ballesteros, para que informe de
si contempla incluir en su estrategia el riesgo de que España pueda sufrir un
“gran apagón eléctrico”.
Pero ¿y si el origen
de este apagón tiene que ver con la propia naturaleza?
Una de las últimas
órdenes ejecutivas del presidente Obama antes de abandonar la Casa Blanca en
los EEUU fue prepararse para resistir ante una tormenta geomagnética. En ella
se instaba a distintas secretarías y agencias federales a establecer un plan
que garantice la continuidad de servicio que prestan infraestructuras y
tecnologías críticas, y las protejan antes, durante y después, de que se
produzca un evento solar extremo.
¿Por qué la ministra
de Defensa austriaca usa de referencia 5 años para el famoso apagón? Precisamente
en este lapso de tiempo (2022-2026) el Sol atravesará un período de máxima
actividad, como viene ocurriendo desde hace millones de años, lo que coincide
con el período de alerta dado por los austríacos.
Una actividad máxima
solar como esta podría afectar de manera directa a las infraestructuras
metálicas de gran longitud: oleoductos, vías de ferrocarril, líneas de
telecomunicaciones o de transporte de energía eléctrica. En este último caso,
dichas corrientes podrían causar daño permanente a los transformadores de muy
alta tensión (EHVT).
En un informe de
2013, el mercado de seguros Lloyds de Londres estimaba que un evento como este
dejaría sin electricidad a una población de entre 20 y 40 millones de
habitantes solo en los EE UU, durante períodos de tiempo que oscilarían entre
16 días y uno a dos años. La duración de las interrupciones dependería en gran
medida de la disponibilidad de piezas de recambio de transformadores de alta
tensión. Los plazos de entrega de nuevos transformadores son de cinco meses
como mínimo. El costo económico total para tal escenario se estima entre
600.000 millones y 2,6 billones de dólares.
En definitiva, una
situación meteorológica de este calibre podría provocar inestabilidad en todo
el sistema eléctrico del país, conduciendo a fallos en cascada que
trastornarían considerablemente las actividades comerciales y la vida de las
personas.
¿Están nuestros
gobiernos e infraestructuras críticas preparados?
Desde el punto de
vista de la prevención, los países deberían tenerse en cuenta estos eventos
solares extremos a la hora de diseñar las redes de transporte, su topología y
elementos clave: en el caso de redes de comunicaciones eliminar el metal allí
donde sea posible sustituyendo por fibra óptica, añadiendo filtros y revisando
impedancias de puestas a tierra. En el caso de oleoductos, sustituir el metal
por material dieléctrico, y en el de redes eléctricas, renovar el parque de
EHTVs, descentralizar la producción de energía y dimensionar adecuadamente las
capacidades de los elementos de la red. Desde el punto de vista de la reacción,
deberían incluirse estos escenarios en los planes de continuidad de negocio,
contando incluso con la eventualidad de un apagón preventivo de varios días, en
el suministro eléctrico y de comunicaciones, entre otras contingencias. Varias
empresas, como es el caso de la organización para la que trabajo, ya están trabajando
en planes de contingencia que contemplan la ausencia prolongada de suministro
eléctrico para regular sus sistemas de información.
Aunque un evento de
tormenta solar extrema puede ocurrir en cualquier momento, suele estar
correlacionado con los picos de actividad solar. El próximo (ciclo nº 25)
tendrá lugar en los próximos cinco años, tiempo más que suficiente para
prepararnos… ¿lo estamos o lo estaremos realmente en España para entonces?
Fuente: Cinco Dias.com