España y Portugal remitirán esta semana una propuesta a la Comisión Europea para frenar el contagio de los ciclos combinados sobre todo el sistema eléctrico
Dado que esas plantas de generación de
la electricidad son las que suelen marcar el precio más alto en la mayoría de
tramos horarios, presionando al alza el precio medio y la retribución del resto
de tecnologías, Madrid y Lisboa confían en que ese cambio rebaje
automáticamente los precios en el mercado mayorista que afrontan los
consumidores que cuentan con una tarifa regulada. En Portugal, el contagio
directo es mínimo, pero en España cerca del 40% del total de los hogares y
empresas están sufriendo en sus facturas todas las subidas diarias.
“La Comisión [Europea] necesitará unos
días o semanas para comprobar que todo es correcto o para recomendarnos
mejoras. Calculamos que en tres o cuatro semanas podríamos tener un
pronunciamiento y hacerlo inmediatamente operativo”, ha afirmado este sábado la
vicepresidenta tercera del Gobierno y ministra para la Transición Ecológica,
Teresa Ribera, en una entrevista concedida al canal 24 horas de Televisión
Española.
El Tratado de la UE, el gran marco
legal comunitario, contempla que los países o regiones del bloque puedan —en
circunstancias muy extraordinarias y debidamente tasadas: en el caso de España
y Portugal, sus débiles interconexiones con el resto del continente y su
elevada cuota de renovables— limitar temporalmente los precios.
Con el nuevo esquema propuesto por España
y Portugal, las centrales que queman gas natural tendrían que seguir vertiendo
electricidad al sistema: sin ellas, no se podría cubrir la demanda en muchos
tramos de la jornada, en los que las renovables y la nuclear no son
suficientes. Lo harían, eso sí, a un precio máximo —aún por definir— que sería
posteriormente compensado para evitar que esa oferta necesaria desaparezca del
mercado, abriendo un hueco entre producción y consumo.
“Hay que pagar el gas en todo caso,
pero queremos que ese precio no sea el mismo al que se pague el resto de la
electricidad producida. Lo que haremos es separar el gas del mecanismo de
formación de precios”, ha remarcado Ribera sin concretar exactamente cómo se
llevará a la práctica. La medida tendrá que ser únicamente temporal, y los
Gobiernos español y portugués —que escenificaron su unión en materia energética
con una rueda de prensa conjunta de Pedro Sánchez y António Costa tras la
cumbre europea del viernes— deberán demostrar que no provoca una gran
distorsión de la competencia. Esa es la línea roja de Bruselas, y ahí es donde
tendrá que ser especialmente convincente la propuesta que remitan ambos países
al Ejecutivo comunitario.
A raíz de las numerosas especulaciones
desatadas sobre cómo se financiará esa brecha entre el precio topado y el coste
real de operación de los ciclos combinados —que fuentes del sector cifran, de
media, en el entorno de los 250 euros por megavatio hora (MWh), aunque con una
enorme variación entre unas y otras instalaciones—, Ribera ha asegurado este
domingo que no será con dinero público: “No corresponde hacerlo a través de los
Presupuestos [Generales del Estado], sino a través del propio mercado
eléctrico”, se ha comprometido. “Se prorrateará en el resto de las tecnologías
que ofertan al mercado: será un ajuste horario que se realiza inmediatamente
después”, ha dejado caer.
Fuentes del Ejecutivo descartan,
además, que estos cambios vayan a acabar engordando el déficit de tarifa, lo
que sería una suerte de patada a seguir: afrontar mañana el agujero abierto
hoy. “Se pagará con dinero del propio sistema”, reiteran. Las tres mayores
compañías eléctricas españolas (Endesa, Iberdrola y Naturgy) han declinado
hacer comentarios hasta conocer el detalle de la propuesta que se envíe a
Bruselas.
“Era imprescindible el permiso del
Consejo”
Tras las críticas vertidas por algunos
sectores de la oposición, que considera sobreestimados los logros de Pedro
Sánchez en la cumbre de líderes de los Veintisiete, Ribera ha enfatizado este
domingo el valor de lo pactado la víspera: “Era imprescindible que el Consejo
Europeo de ayer [en referencia al viernes] permitiera hacer esto. Si no,
habríamos estado incumpliendo las reglas que ordenan el funcionamiento
ordinario del conjunto de los mercados eléctricos europeos. Lo que se ha
acordado es una orientación política para que la Comisión autorice el mecanismo
de España y Portugal”.
“La excepción anunciada ayer por el
Consejo Europeo es la que te permite hacer este juego. Bruselas no deja tocar
la formación de precios y lo que se ha hecho es precisamente eso: permitir que
se altere la formación de precios temporalmente”, apunta, en la misma línea,
Jorge Morales de Labra, experto en temas energéticos. El también director de la
comercializadora Próxima Energía vaticina que el límite al que pueden vender
electricidad las centrales de gas estará en el entorno de los 125 euros por
MWh: “Creo que será un punto intermedio entre el nivel al que aspiraría el
Gobierno y lo que querrían obtener las eléctricas”. Según sus cálculos, ese
cambio llevaría automáticamente el precio medio de la luz a alrededor de 165
euros por MWh, frente a los 219 que marcará este domingo y los casi 300 de
media en lo que va de marzo.
Fuente: El Pais.com