La exempleada se encargó de suprimir una red global de ‘bots’ que apareció en abril dando ‘likes’ en la página del Ministerio de Sanidad español.
Uno de los países
afectados por las revelaciones de la ingeniera es España. Sobre su equipo
recayó la tarea de analizar los likes de chicas jóvenes que recibía en abril la
página de Facebook del Ministerio de Sanidad. Aquellas acciones, destinadas
presuntamente a elogiar la gestión del Gobierno, fueron un mini escándalo
local. A Zhang le sirvieron para borrar de un plumazo 672.000 cuentas falsas de
Facebook, que operaban también en Estados Unidos y otros países. La compañía
dijo tras la investigación que la presunta red no tenía como objetivo España,
pero no reveló la cantidad exacta de cuentas suprimidas. Buzzfeed ha decidido
no publicar el informe entero para no revelar información personal, con lo que
no se sabe si Zhang da más detalles sobre la acción española.
Facebook apenas
muestra interés por los graves problemas políticos y a menudo violentos que
crea la red social en países fuera de Occidente. “Seguro que tengo sangre en
las manos”, explica Sophie Zhang, exingeniera de datos de Facebook, en un informe
interno un día antes de ser despedida. Zhang era miembro del equipo encargado
de descubrir operaciones que intentaban influir artificialmente en elecciones y
en la política de otros países. El nivel de detalles que da en un informe no
destinado a la luz pública lo convierte probablemente en la mayor denuncia del
desinterés y arrogancia de los problemas que crea la red social por todo el
mundo.
La filtración del
largo informe de 6.600 palabras a Buzzfeed permite ver por dentro el poder
increíble de una empleada intermedia y el desprecio de la compañía por
problemas que no ocurren en Estados Unidos ni en Europa occidental. Zhang, que aspiraba a que su informe sirviera
internamente para reformar Facebook y no para que se hiciera público. No fue
ella quien lo filtró y pidió a Buzzfeed que no lo sacara, pero la web creyó que
había suficiente información de interés público para hacerlo. Zhang renunció a
un finiquito de 64.000 dólares (más de 54.000 euros) para poder criticar a la
compañía en este informe destinado a sus colegas.
Reacción
España, sin embargo,
como país de Europa occidental, es de los lugares donde Facebook reacciona
rápido cuando hay quejas. No ocurre lo mismo en América Latina, donde crisis en
Honduras, Bolivia o Ecuador han sobrevivido años sin que nadie en Facebook les
prestara atención. La preocupación principal de Zhang era que la inacción de la
compañía podía llevar a que algunos Gobiernos manipularan su opinión pública
con la creación de miles de cuentas de presuntos ciudadanos o medios.
Este nivel de poder
muestra la capacidad de influencia de Facebook, o al menos la que creen desde
California que puede tener la red. También el desprecio por la parte del mundo
que conforma la mayoría de sus usuarios: “Un responsable de Respuestas Estratégicas
me dijo que la mayor parte del mundo fuera de Occidente era efectivamente el
salvaje Oeste con alguien como yo como dictador a tiempo parcial”, explica
Zhang. “La frase era una especie de elogio, pero ilustraba la presión que tenía
encima”.
Zhang detalla
historias similares en Azerbaiyán, India, Brasil o Ucrania. Tanto detectar los
casos como perseguirlos quedaba a menudo bajo su criterio. Facebook solo se
preocupaba, según Zhang, por problemas que pudieran darle dificultades con la
opinión pública. Si salía en los grandes periódicos norteamericanos, aquello se
convertía en una urgencia. Mientras solo afectara a ciudadanos de países del
tercer mundo, el abuso podía seguir ocurriendo. Pocos informes reflejan con
este nivel de claridad la mezcla de poder, desinterés, influencia e
imposibilidad de reforma de una plataforma como Facebook.
En un comunicado,
Facebook relativiza las acusaciones de Zhang: “Trabajar contra el
comportamiento inauténtico coordinado [el eufemismo de Facebook para referirse
a campañas con cuentas falsas] es nuestra prioridad, pero también afrontamos
los problemas de spam e interacciones falsas. Investigamos cada caso con
esmero, incluidos los que describe Zhang, antes de tomar acción y hacer
declaraciones públicas como compañía”. Una de las quejas de Zhang es
precisamente la mayor atención que recibe el spam o las interacciones falsas
-crear likes, por ejemplo- ante los problemas políticos de países poco
importantes.
EDITORIAL
Parece ser, que el
General Santiago de la Guardia Civil, al que Vox y PP pedían poco menos que la
pena de muerte, por decir en una rueda de prensa al principio de la pandemia, que
las redes sociales estaban siendo usadas contra el Gobierno de España (espero
que el Ministerio de Sanidad siga formando parte del mismo), no iba tan
desencaminado a juzgar por las declaraciones de esta exingeniera de Facebook.
-
El
tiempo da y quita razones.
-
El
tiempo pone a cada uno en su sitio.
-
El
tiempo es oro.
Y quien desde el
Parlamento, no tenga nada serio que decir, mejor que se calle. Sobre todo cuando
los españoles pagamos su tiempo con nuestros impuestos.
Fuente: El Pais.com