Una juez de California da la razón a Whatsapp y permite seguir adelante con una denuncia que busca revelar los Gobiernos a los que NSO Group permitió hackear teléfonos
Los secretos de la
empresa israelí que está detrás del espionaje a los líderes independentistas
catalanes están un paso más cerca de ser públicos tras la decisión, de una
jueza de San Francisco. Allí, el gigante Facebook, propietario de Whatsapp,
presentó una denuncia con la que intenta que una sanción ejemplarizante acabe
con la empresa de software de espionaje NSO Group y sirva de advertencia a
otros. Pero más importante en el nivel político es que la denuncia amenaza con
poner al descubierto los negocios de NSO con los Gobiernos que la contrataron
para espiar a sus propios ciudadanos. El jueves, la jueza Phyllis Hamilton
rechazó las cuestiones previas de NSO sobre la legalidad del proceso y decidió
que la denuncia puede seguir adelante.
NSO Group es la
propietaria de Pegasus, el programa espía con el que supuestamente se
invadieron los teléfonos móviles del presidente del Parlament catalán, Roger
Torrent, y del exconseller de ERC Ernest Maragall, según una investigación de
EL PAÍS y The Guardian. La intrusión en el teléfono de los dirigentes
independentistas catalanes se realizó a través de un fallo de seguridad de
WhatsApp entre abril y mayo de 2019 y que permitió introducir el programa en
sus terminales y en los de unas 1.400 personas.
Facebook se refiere a
ese fallo de seguridad como CVE-2019-3568, el nombre de la advertencia de seguridad
que publicó el 13 de mayo, cuando descubrió que alguien estaba hackeando
teléfonos móviles a través de la aplicación WhatsApp, propiedad de la empresa
de Mark Zuckerberg. Para los 1.400 afectados, detrás de ese nombre técnico
están todos sus mensajes, emails, conversaciones, contactos, fotos,
grabaciones, datos de localización y cualquier cosa que hayan apuntado con su
cámara. Todo acabó en manos de los espías.
Según el relato de la
denuncia, NSO Group creó entre enero de 2018 y mayo de 2019 varias cuentas de
Facebook y WhatsApp con el objetivo de utilizarlas como vehículo para su
programa espía de teléfonos móviles. Las cuentas se crearon con números de
teléfono de varios países, entre los que se cita a Chipre, Israel, Brasil,
Indonesia, Suecia y Holanda. Después, NSO alquiló servidores en varios países,
incluido Estados Unidos. Los servidores estaban en las empresas Choopa,
Quadranet y Amazon Web Services.
De alguna forma, NSO consiguió
desmontar el código de la aplicación y creó un programa que emulaba una llamada
de WhatsApp. Eso es lo que vieron las víctimas. Una llamada que “aparentaba
estar originada en WhatsApp”. Una llamada perdida y el programa espía de NSO
quedaba instalado en sus móviles. No hacía falta siquiera contestar. Entre los
afectados hay abogados, periodistas, activistas de derechos humanos, disidentes
políticos, diplomáticos, altos cargos y, según confirmó esta semana EL PAÍS, al
menos dos líderes de Esquerra Republicana de Catalunya.
Cuando Facebook
identificó el agujero, lo cerró y publicó el fallo de seguridad en su web, el
13 de mayo de 2019. Un empleado de NSO al que la denuncia no identifica, dijo:
“Nos acabáis de cerrar nuestro punto remoto más grande para móviles… Ha salido
en las noticias en todo el mundo”. En la denuncia no queda claro cuántos días
estuvo abierta esa puerta.
A partir de aquí,
todo son preguntas. NSO afirma que ellos no espían a nadie, que lo único que
hacen es vender su programa espía a Gobiernos para combatir el crimen y el
terrorismo, en ningún caso para perseguir disidentes. A cuántos Gobiernos les
vendió ese programa, cuáles eran, cómo eran los términos del contrato, cuánto
pagaron, quiénes son los 1.400 individuos, son todavía incógnitas más de un año
después de los hechos.
Prestigio y una
indemnización ejemplar
Aquí es donde entra
en juego la denuncia de Facebook y WhatsApp. Se presentó el 29 de octubre de
2019 en los juzgados federales del norte de California, con sede en San Francisco.
La empresa de Mark Zuckerberg pide una orden cautelar que prohíba a NSO el
acceso a todas sus plataformas, lo que la privaría de la mayor red de
comunicación del mundo. También pide a la juez que condene a NSO a una
indemnización ejemplar por el daño causado.
Fuente: El país.com