13 de octubre de 2020

FACEBOOK. Zuckerberg sigue la batalla legal contra la empresa vinculada al espionaje a Torrent

 Una juez de California da la razón a Whatsapp y permite seguir adelante con una denuncia que busca revelar los Gobiernos a los que NSO Group permitió hackear teléfonos

Los secretos de la empresa israelí que está detrás del espionaje a los líderes independentistas catalanes están un paso más cerca de ser públicos tras la decisión, de una jueza de San Francisco. Allí, el gigante Facebook, propietario de Whatsapp, presentó una denuncia con la que intenta que una sanción ejemplarizante acabe con la empresa de software de espionaje NSO Group y sirva de advertencia a otros. Pero más importante en el nivel político es que la denuncia amenaza con poner al descubierto los negocios de NSO con los Gobiernos que la contrataron para espiar a sus propios ciudadanos. El jueves, la jueza Phyllis Hamilton rechazó las cuestiones previas de NSO sobre la legalidad del proceso y decidió que la denuncia puede seguir adelante.

NSO Group es la propietaria de Pegasus, el programa espía con el que supuestamente se invadieron los teléfonos móviles del presidente del Parlament catalán, Roger Torrent, y del exconseller de ERC Ernest Maragall, según una investigación de EL PAÍS y The Guardian. La intrusión en el teléfono de los dirigentes independentistas catalanes se realizó a través de un fallo de seguridad de WhatsApp entre abril y mayo de 2019 y que permitió introducir el programa en sus terminales y en los de unas 1.400 personas.

Facebook se refiere a ese fallo de seguridad como CVE-2019-3568, el nombre de la advertencia de seguridad que publicó el 13 de mayo, cuando descubrió que alguien estaba hackeando teléfonos móviles a través de la aplicación WhatsApp, propiedad de la empresa de Mark Zuckerberg. Para los 1.400 afectados, detrás de ese nombre técnico están todos sus mensajes, emails, conversaciones, contactos, fotos, grabaciones, datos de localización y cualquier cosa que hayan apuntado con su cámara. Todo acabó en manos de los espías.

Según el relato de la denuncia, NSO Group creó entre enero de 2018 y mayo de 2019 varias cuentas de Facebook y WhatsApp con el objetivo de utilizarlas como vehículo para su programa espía de teléfonos móviles. Las cuentas se crearon con números de teléfono de varios países, entre los que se cita a Chipre, Israel, Brasil, Indonesia, Suecia y Holanda. Después, NSO alquiló servidores en varios países, incluido Estados Unidos. Los servidores estaban en las empresas Choopa, Quadranet y Amazon Web Services.

De alguna forma, NSO consiguió desmontar el código de la aplicación y creó un programa que emulaba una llamada de WhatsApp. Eso es lo que vieron las víctimas. Una llamada que “aparentaba estar originada en WhatsApp”. Una llamada perdida y el programa espía de NSO quedaba instalado en sus móviles. No hacía falta siquiera contestar. Entre los afectados hay abogados, periodistas, activistas de derechos humanos, disidentes políticos, diplomáticos, altos cargos y, según confirmó esta semana EL PAÍS, al menos dos líderes de Esquerra Republicana de Catalunya.

Cuando Facebook identificó el agujero, lo cerró y publicó el fallo de seguridad en su web, el 13 de mayo de 2019. Un empleado de NSO al que la denuncia no identifica, dijo: “Nos acabáis de cerrar nuestro punto remoto más grande para móviles… Ha salido en las noticias en todo el mundo”. En la denuncia no queda claro cuántos días estuvo abierta esa puerta.

A partir de aquí, todo son preguntas. NSO afirma que ellos no espían a nadie, que lo único que hacen es vender su programa espía a Gobiernos para combatir el crimen y el terrorismo, en ningún caso para perseguir disidentes. A cuántos Gobiernos les vendió ese programa, cuáles eran, cómo eran los términos del contrato, cuánto pagaron, quiénes son los 1.400 individuos, son todavía incógnitas más de un año después de los hechos.

Prestigio y una indemnización ejemplar

Aquí es donde entra en juego la denuncia de Facebook y WhatsApp. Se presentó el 29 de octubre de 2019 en los juzgados federales del norte de California, con sede en San Francisco. La empresa de Mark Zuckerberg pide una orden cautelar que prohíba a NSO el acceso a todas sus plataformas, lo que la privaría de la mayor red de comunicación del mundo. También pide a la juez que condene a NSO a una indemnización ejemplar por el daño causado.

Fuente: El país.com