El fuego ya ha generado más emisiones de efecto invernadero que los 116
países del mundo con menores emisiones en un año. Las llamas ya han devorado
más de 10 millones de hectáreas del país y han acabado con la vida de 25
personas y de miles de millones de animales. Y la cosa va a peor
Los incendios forestales que azotan la costa este de Australia ya han
emitido a la atmósfera alrededor de 400 millones de toneladas métricas de
dióxido de carbono. Este volumen no hará más que intensificar el cambio
climático que ya está impulsando dichos
incendios.
La cifra también supera a las emisiones totales anuales de los 116
países del mundo con menores emisiones, y nueve veces la cantidad producida
durante la temporada de incendios en 2018 en California (EE. UU.) que también
batió un récord. También añade unas tres cuartas partes de las emisiones de
gases de efecto invernadero anuales de Australia, que este año se estaban
estancando.
Pero, esos 400 millones de toneladas no son una cantidad nunca vista
para este país en este momento del año. En Australia, los incendios forestales
veraniegos son algo común. De hecho, su temporada de fuegos es cada vez más
larga y su número de días con "riesgo muy alto de incendio" es cada
vez mayor.
Durante las brutales temporadas de incendios australianos desde
septiembre hasta principios de enero de 2011 y 2012 respectivamente, las
emisiones asociadas a los incendios forestales del país superaron los 600
millones de toneladas, según el Servicio de Monitorización de la Atmósfera del
programa Copérnico de la Unión Europea.
Emisiones de incendios forestales desde septiembre hasta principios de
enero, en todo el país y en Nueva Gales del Sur.
Gráfico: Emisiones por incendios forestales desde septiembre de 2019
hasta principios de enero de este año. A la izquierda, en todo el país; a la
derecha, en Nueva Gales del Sur. Crédito: Servicio de Monitorización la de
Atmósfera del programa Copérnico.
Pero las emisiones actuales sobrepasan, por mucho, los niveles típicos
de la región de Nueva Gales del Sur, donde se están concentrando los incendios
de este año. Según un comunicado del Servicio de Bomberos Rurales de la región,
desde el 1 de junio se han quemado más de 5,2 millones de hectáreas en todo el
estado.
El cambio climático no provoca los incendios forestales de forma
directa. Pero el aumento de las temperaturas y la disminución de las lluvias
secan los árboles, las plantas y el suelo, convirtiéndolos en combustible que
amplifica los incendios cuando empiezan.
Un informe de 2018 de la Agencia Científica Nacional de Australia y de
la Oficina de Meteorología concluyó que el cambio climático ha contribuido a
agravar las condiciones de incendios de este país, señalando que la temperatura
media ha aumentado más de 1 ˚C.
A su vez, estos enormes incendios estimulan aún más el cambio climático.
Cuando los árboles y las plantas arden, liberan el carbono que almacenan en sus
troncos, hojas, ramas y raíces. Eso crea un círculo vicioso, ya que los mismos
impactos del cambio climático lo empeoran aún más, lo que dificulta aún más
nuestra capacidad de resolver este problema.
Hasta el momento, los incendios han tenido efectos devastadores en
Australia:
· El área total quemada en las últimas semanas supera
los 10 millones de hectáreas. Eso está muy por encima de los devastadores
incendios ocurridos en el Amazonas del año pasado, que quemaron casi siete
millones de hectáreas. Y es casi 13 veces mayor que el área quemada durante la
temporada de incendios de California en 2018, que fue la más mortal y
destructiva en la historia de este estado.
· Más de 25 personas han muerto y las autoridades han
instado a cientos de miles de personas a evacuar. Decenas de miles más
protestan por la mala gestión del desastre por parte del Gobierno.
· Miles de hogares han sido destruidos y el humo ha
cubierto más de 20 millones de kilómetros cuadrados.
·
Un profesor de la Universidad de Sídney (Australia)
estima que más de 1.000 millones de animales han muerto en los incendios, según
anteriores estimaciones de las poblaciones de mamíferos, aves y reptiles en las
regiones afectadas.
En una entrevista con la Radio Nacional Pública, el profesor de ecología
terrestre Chris Dickman afirmó: "Probablemente todo el mundo sepa que
Australia tiene la tasa de extinción de mamíferos más alta del mundo. Los
sucesos como este aceleran el proceso de extinción para una variedad de otras
especies. Así que se trata de un momento muy triste".
Y, por si fuera poco, en los últimos días la situación se ha vuelto más
peligrosa a causa de la reactivación del calor y el viento. Dos fuegos gigantes
se fusionaron en un "mega incencio" en 600.000 hectáreas que
atraviesan los estados Nueva Gales del Sur y Victoria.
Fuente: MIT Technology Review