Un grupo de hackers
ejecutaban ataques de denegación de servicio (DDoS) a cambio de pequeñas sumas
de dinero
Los ataques de
denegación de servicio, o DDoS por sus siglas en inglés, son los ciberataques
más comunes en Internet. Su planteamiento es sencillo: una persona o grupo
redirige cantidades ingentes de tráfico a un sitio web para colapsar los
servidores que lo mantienen online y así evitar el acceso. Morir de éxito, solo
que de forma artificial y malintencionada.
Debido a lo molesto y
grave que puede ser este tipo de práctica, Internet es quizás hoy un sitio un
poco más seguro gracias a la detención de un grupo de hackers que funcionaban a
nivel mundial y que vendían sus servicios para organizar ciberataques. En
total, realizaron más de 4 millones de ataques y contaban con alrededor de
136.000 clientes.
No eran siquiera
caros de contratar: por alrededor de 15 dólares era posible inundar con tráfico
un sitio web y perjudicar a sus propietarios. Si querías fastidiar a alguien, no
necesitabas conocimientos técnicos, sólo pagar un poco de dinero a estos
hackers y ellos se encargaban del resto.
Los responsables de
este sistema se identificaban bajo el nombre de WebStresser y no ocultaban sus
intenciones. Eso fue su fin: uno de los responsables, un joven serbio de 19
años, habló abiertamente en Facebook de su rol en la 'empresa' y parece que eso
fue un punto clave para acabar con ellos. Ha hecho falta un ejercicio conjunto
de la policía de doce países, que liderados por agentes de Reino Unido y Países
Bajos, pudieron atacar a la vez a los administradores de WebStresser situados
en Reino Unido, Croacia, Canadá y Serbia. Del mismo modo, se paralizó la
estructura empleada para los ataques, que estaba situada en Holanda, EEUU y
Alemania; y se localizó a algunos de los principales clientes, distribuidos
entre multitud de países, entre los que figuraban España, Italia o Australia.
Las autoridades de
EuroPol que han centralizado el caso aseguran que esto es una gran victoria
para las fuerzas del orden, pero hay razones de sobra para seguir tomando
precauciones que palien los efectos de un ataque DDoS en una gran empresa o en
una institución pública.
Así ha sido como la
plataforma de software abierto GitHub repelió el que a día de hoy es considerado
el mayor ciberataque de la historia: gracias a un sistema de seguridad de
terceros, el gran ataque apenas les afectó durante 10 minutos.
Fuente: El Miundo.es