Los estafadores telefonean a usuarios para resolver un
problema inexistente en su equipo y acaban controlándolo. La Guardia Civil
reconoce que el engaño es burdo, pero hay gente que pica.
Modus operandi de la estafa
- Estas redes se hacen con listados masivos de teléfonos en el mercado ilegal. Con ellos pescan a sus víctimas e incluso manipulan el número desde el que hacen la llamada para que aparezca una numeración más habitual sin levantar sospechas. De esa forma es más fácil que les atiendan.
- A partir de aquí comienza la fase en la que interviene un operario ficticio de Windows o Microsoft. «Te explican que han detectado una infección en tu ordenador y los riesgos que conlleva», explica De La Cruz a Efe. Luego te conducen a una página del servidor que refleja unos comandos que supuestamente son el indicador del problema.
- Superado ese paso se ofrece la solución: basta con que el usuario siga e instale un programa para eliminar el fallo en unos minutos. Pero, en realidad, no sabe que está a punto de dar «total acceso» a su equipo. Ni más ni menos, las instrucciones conducen a la víctima a descargarse un programa de control remoto de los muchos que existen legalmente en internet ; es decir, mediante el cual una persona puede manejar un ordenador desde otro dispositivo.
- El estafador puede pedir una pequeña cantidad de dinero por la ficticia reparación con una simple transferencia 'on line'. Como el ordenador está 'vigilado', esa operación abrirá las puertas a las claves; en suma, a las cuentas bancarias. Otros timadores prefieren emplear esa 'llave' para instalar un virus y realizar estafas diferentes, como bloquear un equipo y pedir dinero por el arreglo.
- La Guardia Civil reconoce que este timo no debería tener éxito 'a priori', puesto que ni Windows ni Microsoft tienen por qué saber si un ordenador tiene un virus o no funciona correctamente. No obstante, Óscar de la Cruz subraya que el nivel tecnológico y de internet del usuario medio es «nulo».
- Por eso, los investigadores aconsejan desconfiar de trabajadores de compañías de internet o cualquier otro servicio que, sin aviso, prometan solucionar algún problema, ya sea por teléfono o en casa. Si a pesar de todo, alguien es víctima de engaño, debe presentar una denuncia y formatear el ordenador.