Una
empresa asiática dedicada a la gestión de fondos de inversión se ha convertido
en la primera en contar con un robot en su junta directiva. En el organigrama
de la japonesa Deep Knowledge Ventures, especializada en inyectar capital a
proyectos de biotecnología, figura desde mayo 'Vital'. Aunque podría tratarse
del apellido de un ejecutivo occidental versado en mercados, 'Vital' son en
realidad las siglas (en inglés) de un software que analiza tendencias de
inversión en el sector de la salud.
Este
‘ejecutivo virtual’ fue diseñado por Aging Analytics, una firma británica
especializada en proveer este tipo de tecnología a aseguradoras, fondos de
pensiones y organismos oficiales. ‘Vital’ se creó con el objetivo de que
"predijera de forma autónoma el éxito de un proyecto o una empresa desde
que empieza a dar sus primeros pasos", explica el analista de la compañía
Andrew Garazha al diario británico Daily Mail. Aging Analytics espera que otras
firmas de capital riesgo y fondos de inversión alternativos sumen pronto a sus
directivas sus propios ejecutivos robot.
Un
miembro más del equipo La principal razón por la que la Deep Knowledge Ventures
decidió fichar a ‘Vital’ es que reduce drásticamente el tiempo empleado en la
toma a de decisiones. El robot realiza en minutos tareas que a una persona le
llevarían días y no pasa por alto detalles que muchas veces pasarían
desapercibidos para un profesional de carne y hueso. Su labor consiste en
cotejar las informaciones de enormes bases de datos en cuestión de minutos y
sugerir posibles estrategias a seguir en función de las tendencias que observa.
El
resto de la cúpula de la compañía ya ha comprobado en dos ocasiones el buen ojo
del robot. Según el Daily Mail, los análisis de Vital han logrado que la
empresa realice dos inversiones importantes en las start-ups Pathway
Pharmaceuticals (especialista en analizar de manera rápida todas las pruebas de
un paciente) e InSilico Medicine (dedicada a la biotecnología). Estos logros le
han granjeado al robot una posición de honor como sexto miembro en las
reuniones de la ejecutiva de la firma en las que no se descarta que pronto tenga
derecho a voto.
Quién
sabe si más empresas seguirán la senda abierta por la compañía asiática y
realizarán inversiones o diseñarán sus productos basándose en las decisiones de
un experto no humano. Lo que está claro es que un jefe robotizado nunca pedirá un
aumento de sueldo y, aunque no tiene por qué ser infalible, puede lograr que
magnates como Buffett, Soros o Thiel comiencen a temer por sus puestos.
Fuente:
Expansión.com