Grupo de investigadores españoles diseña para el IPCC una pionera herramienta para visualizar la evolución de la crisis climática y los impactos futuros, con distintos escenarios de calentamiento global.
Ahora que tenemos claros ejemplos del calentamiento global en el mundo, llega esta aplicación web, que visualiza
proyecciones para diferentes variables, como el aumento de la temperatura media
o el de las precipitaciones en escenarios de calentamiento global (de 4 grados
centígrados y utilizando el periodo de referencia 1986-2005 en todos los mapas
de este reportaje).
Un equipo de científicos españoles
vinculados al Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha sido el
encargado de elaborar el gran atlas interactivo del cambio climático para el
grupo de investigadores internacionales de la ONU (IPCC) que acaba de
publicar un informe que alerta de la dureza de la situación de emergencia en la
que está la humanidad. Es la primera vez que el IPCC desarrolla una herramienta
de este tipo para ponerla a disposición de cualquier ciudadano del mundo. El
atlas contiene una enorme cantidad de información sobre los efectos regionales
de la crisis climática y, lo que es más destacado, sobre las proyecciones para
las próximas décadas en función del nivel de calentamiento al que se llegue y
de la zona en la que se viva.
El objetivo es mostrar los “futuros
mundos posibles”, explica José Manuel Gutiérrez, director del Instituto de
Física de Cantabria y coordinador de este atlas en el que han participado 20
investigadores del CSIC y de la empresa tecnológica especializada en cambio
climático Predictia. El proyecto, que ha tenido un coste de medio millón de
euros, ha sido financiado íntegramente por el CSIC, depediente del Ministerio
de Ciencia español. Gutiérrez resalta que es un ejemplo de simbiosis
público-privada que ha dado como resultado un instrumento “único” en el mundo,
debido a la gran cantidad de datos que se ofrecen y por el desarrollo realizado
para poder visualizar esos futuros “mundos posibles”.
Tras décadas de emisiones de gases de
efecto invernadero por parte de la humanidad, el proceso de calentamiento
global del planeta no se puede revertir en estos momentos, según ha recordado
este lunes el IPCC en su informe. Estos gases —el principal de ellos es el
dióxido de carbono— permanecen durante centenares de años en la atmósfera, por
lo que aunque se detuvieran repentinamente las emisiones el calentamiento no se
pararía inmediatamente. Lo que se intenta ahora con el Acuerdo de París es que
el proceso se ralentice para que el aumento de las temperaturas se quede dentro
de unos límites asumibles para el ser humano.
El margen de seguridad admitido por
todos los países cuando se firmó en 2015 el pacto climático en París está en un
incremento de la temperatura media del planeta de dos grados respecto a los
niveles preindustriales —es decir, la media del periodo comprendido entre 1850
y 1900—. Y en el pacto se añadió que, en la medida de lo posible, se debía
intentar dejarlo por debajo de los 1,5 grados.
En estos momentos, el incremento de la
temperatura media del planeta está rondando ya los 1,1 grados respecto a los
niveles preindustriales. Si la humanidad no da un giro radical a sus emisiones
y sustituye los combustibles fósiles por las fuentes renovables para generar la
energía, el planeta se encamina hacia un calentamiento de más de cuatro grados.
Un aumento de uno, dos o hasta cuatro
grados puede parecer algo asumible sin problemas, pero esas cifras se refieren
a la media de las temperaturas continentales y de los océanos, que ocupan la
mayor parte del globo y que se calientan a un menor ritmo e intensidad que las
zonas de tierra. Precisamente, el atlas interactivo sirve para mostrar qué
ocurrirá en las diferentes partes del planeta con esos escenarios de
calentamiento, que dependerán en gran medida del nivel de emisiones de gases de
efecto invernadero de la humanidad. Cuanto más se recorten esos gases y más
rápido se haga el incremento de la temperatura media será menor, según apuntan
los diferentes modelos sobre la evolución de la crisis climática.
El atlas emplea varios modelos de
predicción para estimar la evolución durante este siglo del cambio climático y
multitud de variables, como las temperaturas medias, los extremos de calor, las
variaciones en las lluvias, el incremento del nivel del mar... Lo hace para
varios escenarios de calentamiento: 1,5 grados, dos, tres y cuatro. Además de
la gran cantidad de variables y de modelos, Gutiérrez destaca la posibilidad
que se ofrece de poder visualizar esos impactos del cambio climático por
regiones. En el caso de Europa, por ejemplo, se ofrecen datos concretos para el
norte, el centro y la cuenca mediterránea, una de las regiones que va a sufrir
más algunos de los impactos más duros de esta crisis climática.
El informe del IPCC establece que
“independientemente de los niveles futuros de calentamiento global, la
temperatura aumentará en todas las zonas europeas a un ritmo superior” al de la
media del planeta, como ya ha ocurrido hasta ahora. Además, “la frecuencia e
intensidad de los extremos de calor, incluidas las olas de calor marinas, han
aumentado en las últimas décadas y se espera que sigan aumentando
independientemente del escenario de emisiones”. Asimismo, “la frecuencia de los
periodos de frío y los días de heladas disminuirá para todos los escenarios y
horizontes temporales”.
En el centro de Europa, los modelos de
evolución climática empleados para este atlas prevén un incremento de “las
inundaciones pluviales” a partir de un calentamiento de 1,5 grados. Ya se ha
observado una “tendencia creciente” en las inundaciones en las zonas próximas a
los ríos, algo que se intensificará todavía más a partir de los dos grados de
calentamiento global. Por el contrario, en la zona del Mediterráneo se ha
observado ya un incremento de “las sequías hidrológicas y agrícolas”. Y se
pronostica un crecimiento de la superficie árida y de los incendios a partir de
los dos grados de calentamiento.
Herramienta interactiva
Uno de los principales valores de este
atlas es la posibilidad de generar mapas globales y regionales con la
información revisada por el IPCC que ha generado el conocimiento científico en
las últimas décadas. En el anterior gran informe de este grupo de trabajo —el
quinto, publicado en 2013— se incluyó un capítulo con un atlas impreso. Pero
“la información que contenía era muy limitada al ser impreso”, recuerda el
coordinador de esta iniciativa. Por eso, cuando empezaron los trabajo de
preparación para el sexto informe, Gutiérrez propuso que en esa ocasión se
optara por una herramienta interactiva. “Era imposible recoger toda la información
en un atlas estático; cada vez hay más datos sobre el cambio climático y la
forma de procesarlos tiene que adaptarse”, remacha este investigador. Por
ejemplo, para el sexto informe los investigadores seleccionados han revisado
alrededor de 40.000 artículos científicos relacionados con el calentamiento
global.
Gutiérrez y el equipo del Instituto de
Física de Cantabria ya realizaron un visor similar solo para España enmarcado
en el plan nacional de adaptación al cambio climático. “Ahí fue cuando sentamos
las bases para el atlas interactivo del IPCC”, detalla. En este caso, la
herramienta que se presenta ahora estará “congelada”, es decir, no se irá
actualizando a medida que se publiquen nuevos trabajos y modelos de evolución
del calentamiento hasta que se elabore el séptimo informe, para lo que todavía
falta al menos un lustro. Pero Gutiérrez explica que su equipo está ya en
conversaciones con algunas instituciones, como el proyecto Copernicus de la
Comisión Europea, para darle continuidad a este atlas mundial que tiene el
sello made in Spain.
Fuente: El Pais.com