Si creía que la
fiebre por las monedas digitales se había acabado, se equivoca. Este año, la
tecnología podría darnos aún más quebraderos de cabeza por la presión de
Zuckerberg por lanzar su criptomoneda LIBRA a nivel global y el contrataque del
gigante asiático, que podría estar a punto de presentar la suya propia
Hace tres años, las
criptomonedas eran algo novedoso y emocionante, hasta que la burbuja explotó y
convirtió a la tecnología en una moda pasajera cuyo momento ya había pasado. Al
menos para la mayoría de la gente. A pesar del desplome de Bitcoin, los
verdaderos aficionados seguían creyendo en las monedas digitales y los
desarrolladores seguían trabajando mientras la tecnología creía en silencio. Pero
entonces, el verano pasado, apareció Libra. Bueno, en realidad, lo que apareció
fue la teoría en torno a ella, el proyecto de Facebook para crear la primera
moneda digital "global".
Desde entonces, Libra
ha provocado fuertes reacciones de los bancos centrales de todo el mundo,
mayormente críticas. Incluso parece haber sido la causa de que China haya
pisado el acelerador en sus esfuerzos por desarrollar su propia moneda digital.
Ahora, todavía a principios de 2020, parece que las criptomonedas están a punto
de reaparecer a lo grande.
Imposibles de ignorar
Mark Zuckerberg tiene
algo que decir quienes hayan conseguido ignorar la extremadamente extraña y
desorientadora historia de las criptomonedas. Su criptomoneda Libra va a hacer
del mundo un lugar mejor, según él. La moneda, que dependerá de la tecnología
inspirada en los sistemas como Bitcoin, promoverá la "inclusión
financiera" y ayudará a las personas a "salir de la pobreza",
afirmó Zuckerberg en la Cámara de Representantes de Estados Unidos en octubre
del año pasado.
Luego sugirió que si
Estados Unidos no permite el lanzamiento de Libra, su influencia global podría
verse perjudicada. Aseguró que China "está trabajando rápido para lanzar
ideas similares en los próximos meses". Y añadió: "Libra se
respaldaría principalmente con dólares, y creo que esto aumentará el liderazgo
financiero de Estados Unidos, junto con nuestros valores democráticos y
supervisión en todo el mundo".
Aquí hay mucho debate. Comencemos con cómo
Facebook, con su ejército de especialistas en relaciones públicas y grupos de
presión, parece que planea vender su plan. ¡Libra no solo representa una
cuestión humanitaria, también patriótica! ¿Quién podría pensar que se trata de algo
malo?
Obviamente existe un
gran problema.
Muchas personas no quieren confiar a Facebook sus datos personales, y otras ven
a la red social como una amenaza a la democracia. ¿Y resulta que ahora la
compañía quiere lanzar su propia moneda? ¿No nos estarán tomando el pelo?
En este punto,
Facebook podría señalar que no se hará cargo de la Asociación Libra, la
organización sin ánimo de lucro que creó para gestionar la moneda. El grupo,
compuesto por otras 20 empresas además de Facebook, gestionará una
"reserva" de dinero emitido por el Gobierno que se supone que
respaldará cada unidad digital para mantener la estabilidad de la moneda. La
mitad de esa reserva será en dólares estadounidenses, y la otra mitad en libras
británicas, yenes japoneses, euros y dólares de Singapur.
Bien, pero el diseño
en sí preocupa a los responsables políticos de Estados Unidos, que subrayan que
ni siquiera son capaces de definir qué es Libra, y mucho menos cómo lidiar con
ella. Sea lo que sea, probablemente será algo difícil de ignorar este año.
Alerta, puristas
Si le ofende la
descripción de Libra como "criptomoneda", y le molesta el mal uso de
la palabra, tengo malas noticias: va a peor. Habrá que dar las gracias a Libra
por eso. Y también, al Banco Popular de China.
Recordemos la advertencia
de Zuckerberg al Congreso sobre cómo China tenía "ideas similares" a
Libra. De hecho, China parece estar lista para lanzar una versión digital de su
moneda soberana este mismo año, y los directivos del Banco Popular de China
han afirmado que el renminbi digital tendrá similitudes con la moneda de
Facebook.
Muchos entusiastas de
las criptomonedas argumentan que una verdadera criptomoneda debe ser un
producto de una red descentralizada y "sin necesidad de permisos"
como Bitcoin. Bitcoin está diseñada para proporcionar libertad frente a la
censura corporativa y gubernamental, y su red está controlada por una comunidad
pública global compuesta por miles de ordenadores.
Por el contrario, Libra
fue ideada por una gran corporación, y su red será controlada por un pequeño
número de entidades privadas. El renminbi digital de China aparentemente
será similar, pero estará controlado por el banco central. No obstante,
este año habrá titulares y noticias que seguirán llamándolos criptomonedas, sin
tener en cuenta nuestras opiniones al respecto. La introducción de nuevos
términos probablemente hará que la situación sea más aún confusa de lo que ya
es para los no entendidos, la mayoría de los cuales probablemente ni siquiera
comprenderán la diferencia entre una "moneda digital" y una
"criptomoneda". Lo siento.
Mala suerte para los
guardianes financieros tradicionales
En este año, las
criptomonedas probablemente también afectarán al Gobierno de EE. UU. En 2019,
vimos pequeños ejemplos de cómo una moneda digital se podría usar para reducir
la influencia de Estados Unidos sobre el sistema financiero global. Es probable
que ese fenómeno continúe, e incluso se expanda, en 2020.
Dado que el dólar es
la moneda de reserva más popular del mundo, y con mucha diferencia, Estados Unidos
tiene un control desproporcionado sobre cómo fluye el dinero en todo el mundo.
Pero China aspira a promover su propia moneda, el renminbi, como alternativa, y
algunos analistas de política exterior piensan que podría hacerlo alentando la
adopción internacional de su versión digital. Eso puede ser parte de por qué su
banco central pisó el acelerador tras el anuncio de Libra.
Además de China, Irán
y Rusia también parecen interesados en usar monedas digitales como base para
crear un sistema financiero paralelo que Estados Unidos no podría controlar.
Los gobiernos de Venezuela y Corea del Norte parece que ya han recurrido a las
criptomonedas para evadir las sanciones.
En noviembre del año
pasado pudimos ver un pequeño ejemplo de cómo reaccionaría Estados Unidos ante
este tipo de cosas, cuando el Departamento de Justicia de EE. UU. anunció que
iba a presentar cargos contra el empleado de la Fundación Ethereum (una
organización sin ánimo de lucro que apoya el desarrollo de la segunda red de
criptomonedas más valiosa del mundo) Virgil Griffith, por supuestamente
proporcionar "servicios" a los norcoreanos de una manera que viola
las sanciones de Estados Unidos. Ahora se enfrenta a 20 años de prisión.
Fuente: MIT Technology
Review