Más conocida por la pobreza del tercer mundo y el caos político -
así como por producir un ron de alta calidad - el país menos desarrollado del
hemisferio occidental, Haití, ha hecho una sorprendente entrada en el mundo de
la alta tecnología con su propia tableta Android.
Intercalado entre las
fábricas textiles en un parque industrial de Puerto Príncipe junto a un barrio
pobre, una compañía fundada en Haití ha comenzado a fabricar la tableta de bajo
coste llamada Sûrtab, una palabra que recuerda a la palabra criolla para
"sobre la mesa".
A diferencia de las
fábricas cercanas, donde los trabajadores con bajos salarios producen prendas
de vestir baratas para estadounidenses, los trabajadores de Sûrtab están
equipados con soldadores y no con máquinas de coser.
Vestida con un
uniforme blanco y esterilizado y una red de pelo, Sergine Brice está orgullosa
de su trabajo. "Nunca imaginé que podría fabricar una tableta por mí
misma", dijo.
Desempleada durante un
año después de perder su trabajo en una compañía de teléfonos, Brice, de 22
años, no estaba segura de tener las habilidades necesarias cuando aceptó el
trabajo cuando abrió Sûrtab el año pasado.
"Cuando llegué y
me di cuenta que el empleo tenía que ver con manipular componentes
electrónicos, no estaba segura de tener la habilidad para hacerlo. Pero cuando
terminé mi primera tableta... Sentí un inmenso placer", dijo.
Su familia y amigos se
mostraron escépticos. "Ninguno de ellos me creyó," dijo.
"¿Tabletas hechas en Haití? ¿De qué estás hablando?", le dijeron.
"Los haitianos
tenemos en nuestras mentes la idea de que nada se puede hacer en este país. Yo
demostré que sí, que los haitianos tenemos la capacidad de hacer muchas
cosas", dijo. "No solo los estadounidenses o los chinos. Tenemos lo
que tienen ellos, así que podemos hacerlo también", dijo.
Con una inversión
inicial de 200.000 dólares con fondos de la Agencia estadounidense para el
Desarrollo Internacional (USAID) y utilizando componentes asiáticos importados,
la fábrica produce tres modelos distintos con una pantalla de 7 pulgadas (18
cm) con el sistema operativo de Google Android.
Van desde una tableta
sencilla con wifi de 512 MB de RAM por cerca de 100 dólares a un modelo con 3G
y con 2 GB de memoria por 285 dólares.
La pequeña fábrica
tiene 40 empleados y es una reminiscencia de la década de los setenta y ochenta
cuando Haití disfrutaba de una creciente industria, incluyendo teclados de
ordenador o las pelotas de béisbol para equipos profesionales de Estados
Unidos.
La agitación política
y un embargo económico de EEUU en la década de los noventa, después de un golpe
militar, los dejaron fuera del negocio.
Fuente: Reuters