Las criptomonedas
cada día tiene más relevancia y con ellas aparece el 'cryptojacking', el
procedimiento por el cual se roban o se generan monedas de este tipo, y cualquier
persona puede ser objetivo de estos ataques, aunque no tenga criptomonedas ni
esté relacionada con ese mundo.
Según el comunicado realizado por Check Point Software Technologies, un proveedor global especializado en ciberseguridad, los atacantes utilizan como blanco a todas las personas y organizaciones que pueden, todo el mundo es un objetivo potencial.
Los criminales
infectan los equipos de otras personas o empresas para minar monedas virtuales,
como Bitcoin. Minar consiste en realizar una serie de complejas operaciones
matemáticas usando ordenadores u otros dispositivos, cuyo resultado es la
obtención de una moneda virtual. Estos piratas informáticos usan la potencia de
ordenadores, teléfonos y servidores ajenos para minar las monedas sin el
consentimiento de sus dueños, lo que les genera beneficios económicos de modo
fraudulento.
Los ataques de
'cryptojacking' surgieron por primera vez en 2011 como una amenaza sin
importancia al lado de los troyanos o los 'ramsonware'. En cambio, cuando en
2017 se disparó el valor del Bitcoin, el negocio de estos piratas informáticos
pasó a ser mucho más lucrativo. Check Point ha elaborado un gráfico con datos
extraídos de su base de datos de inteligencia, ThreatCloud, que muestra el
crecimiento exponencial de este tipo de ataques.
Los ciberdelincuentes
no tienen un país como objetivo principal, sino que se limitan a infectar
equipos por todo el globo, como se muestra en este mapa elaborado por Check
Point teniendo en cuenta los casos detectados durante el pasado año 2017.
Hay compañías que
pueden verse afectadas por 'cryptojacking' y, aunque no tuviesen en su haber
monedas virtuales, pueden sufrir diversas consecuencias negativas, según
explica Check Point. La primera de ellas es un aumento del consumo en los
servidores, ya que el 'malware' de minería ilegítima de criptomonedas aumenta
los costes de alojamiento y electricidad en gran medida.
Estos ataques también
afectarán a los ordenadores y a los teléfonos móviles que visiten 'webs'
infectadas, que funcionarán con más lentitud, lo que implica una reducción del
rendimiento del usuario. Además, hay que tener en cuenta que si una
organización es infectada de este modo, repercutirá negativamente en su
reputación, ya que han podido verse afectados datos de sus clientes o de la
propia empresa.
Fuente: Europa Press