28 de diciembre de 2021

CIBERSEGURIDAD. En el internet oscuro (dark web o darknet) se puede comprar cualquier tipo de malware y también hay rebajas.

 

Los mercados negros del cibercrimen se parecen cada vez más a las plataformas de comercio electrónico tradicionales, con sistemas de reseñas, versiones de prueba y guerra de precios



“Muy buen vendedor... Recomendado 100%”, “Me pareció muy sencillo el tutorial”, “Este tipo es de fiar”, “5/5 Gran servicio”. 

Aunque parezcan las típicas reseñas de Amazon, no lo son. Los servicios elogiados no se pueden conseguir en el internet corriente, solo están accesibles desde navegadores como Thor, que conducen a la dark web o internet oscuro. Es más, lo que han comprado estos usuarios anónimos ni siquiera es legal: es el troyano conocido como Zeus Botnet, que permite robar credenciales bancarias y usar la red de equipos infectados (conocida como botnet) para cometer acciones maliciosas. Y cuesta menos de tres euros.

“Hay diferentes tipos de vendedores de malware [programas informáticos maliciosos]. Normalmente, los más especializados son más caros”, explica el investigador Carlos H. Gañán, del grupo de Ciberseguridad de la Universidad de Delft (Holanda), que ha compartido con EL PAÍS los ejemplos mencionados. En su selección hay ofertas para todos los bolsillos: las muestras de Zeus Botnet oscilan entre unos pocos céntimos y algo más de 30 euros, pero también hay servicios que superan los 1.000 euros.

Los catálogos son tan variados como los precios. De acuerdo con un repaso de la firma de seguridad Armour, la opción más económica para quienes tienen los conocimientos necesarios es adquirir por separado herramientas básicas como exploits que aprovechan vulnerabilidades para acceder a sistemas ajenos, muestras de ransomware (virus de secuestro informático) o el código para ampliar el alcance de botnets como Zeus. “Tienes toda la cadena de suministro. Puedes comprar un paquete en el que el criminal te hace todo, o una parte particular del crimen”, precisa Gañán. “Puedes contratar desde la parte entrada del malware hasta las mulas que pondrán el dinero en tu cuenta o el mixer que reduce la trazabilidad de las criptomonedas”.

Entre los servicios más elaborados figuran plataformas diseñadas para permitir lanzar un ataque de denegación de servicio (DDoS) con unos pocos clics y establecen el coste en función del volumen de máquinas que participan en la sobrecarga de los servidores o la duración de la ofensiva. “Es bastante sencillo: pagas con bitcoin, con monero o incluso con tarjeta y te dan acceso a un panel donde puedes hacer lo que quieras. Pones la URL, el tiempo y el tipo de ataque”, resume Marc Rivero, investigador senior de seguridad del equipo GReAT de Kaspersky. Según el experto, sería posible lanzar un ataque “bastante grande” por unos 90 euros.

Éxito no asegurado

En 2019, un equipo de investigadores de la Universidad de California en San Diego se adentró en la dark web para probar diferentes proveedores de robo de credenciales de correo electrónico y redes sociales. Contrataron a 27 criminales y solo cinco de ellos cumplieron con su cometido. “El mercado tenía poco volumen, mal servicio de atención al cliente y múltiples estafadores”, resume el estudio.

La necesidad de construir un sistema de mínima confianza en un mercado criminal justifica la aparición de modelos de comentarios como los que encontramos en Amazon. Los operadores de los grandes mercados controlaban antes quién accedía a sus plataformas admitiendo únicamente a quienes portaban una recomendación de otro vendedor o comprador. “Ahora como hay tanta competencia básicamente te piden que pagues una cantidad. Si la abonas, eres bienvenido”, señala Gañán. También se ofrecen versiones de prueba como las que nos permiten disfrutar de una semana de acceso a una plataforma de streaming.

Pero ni las mejores prácticas aseguran negocios duraderos. La historia de los mercados negros del internet oscuro está llena de líderes caídos. Cada tanto llega a los titulares un nuevo cierre de “la mayor tienda ilegal” de esta parte de la red a la que no se puede acceder desde buscadores convencionales. El último fue DarkMarket: “Este mercado del internet oscuro ha sido clausurado”, rezaba el cartel que dejaron las autoridades en la página del sitio. Al lado del mensaje, el hada que el portal empleaba como logo aparecía debajo de un matamoscas.

De acuerdo con Europol, en este último gran bazar unos 2.400 vendedores ofrecían sus bienes y servicios a casi medio millón de usuarios. Desde su creación, en mayo de 2019, DarkMarket amasó al menos 140 millones de euros comerciando con drogas, dinero falso, tarjetas de crédito robadas y, cómo no, programas maliciosos. Antes cayeron Silk Road, Alphabay o Empire Market. Sin embargo, este recóndito zoco digital sigue bullendo de compradores y vendedores. “Tan pronto como cierran uno, aparece otro”, sentencia Gañán

Fuente: El Pais.com