31 de diciembre de 2020

2020. EL PRIMER AÑO DE LA PANDEMIA FINALIZA.

 El 2020 pasará a la historia como el año donde la pandemia atacó con extrema virulencia en todo el mundo, causando 83 millones de contagios y 1,8 millones de muertos oficiales.

Pero también pasará a la historia como el año en que los populismos, que antes encabezaban el negacionismo del cambio climático, ahora además, encabezan el negacionismo de la pandemia y de la necesidad de invertir en vacunas y por supuesto de  la obligación moral y sanitaria de vacunarse, valiéndose para ello de todos los medios a su alcance, incluidos los parlamentos supranacionales, federales, nacionales, estatales y autonómicos, que utilizan como arietes para atemorizar y confundir a la ciudadanía, polemizando sobre todos los aspectos de la emergencia sanitaria, a sabiendas de la manipulación calculada que están llevando a cabo a nivel global.

En cuanto a España, se registraron 1,9 millones de casos positivos por coronavirus y hubo que lamentar una cifra de decesos causados por la covid que osciló entre los 50.837 según fuentes del Ministerio de Sanidad, bajo criterios de la OMS (se contabilizan solo fallecidos diagnosticados con pruebas PCR o test rápidos) y los 70.000 del INE o los 75.000 del Instituto Carlos III, ambos dos siguiendo criterios distintos a los de la OMS.

En cuanto a la actuación política de los diferentes partidos populistas de derechas españolas, fue continuista respecto a años anteriores, siguiendo al pie de la letra las indicaciones llegadas desde el otro lado del Atlántico (hasta ahí llega su pobreza intelectual) y espero me disculpe el todavía Presidente de EEUU, Donald Trump, pues a mi entender, considero que los alumnos aventajados del PP y Vox, han superado al maestro.  

Y siendo así, si quisiéramos conocer la opinión sobre temas de actualidad de formaciones políticas populistas, solo necesitamos prestar atención a lo que dicen desde el Gobierno de la Nación sobre dichos temas, e instantáneamente como por arte de magia, obtendríamos el parecer de los populistas al respecto, por supuesto contrario a cualquier posición o decisión tomada por el Gobierno, faltaría más. Supongo creen que su intelecto les dicta el rigor científico de cada postura adoptada, aunque personalmente entiendo que probablemente un buen psiquiatra les hubiese diagnosticado de mentirosos patológicos y ese fuese el principal leitmotiv de su vida política.

Por ejemplo, de pasar primero, por parte de los populistas, de la petición de dimisión por incapaz,  al Ministro de Sanidad, Salvador Illa, en plena primera ola de la pandemia, a luego declararle imprescindible para poder acusarle de irresponsabilidad (cuando ya se está vacunando contra la covid) por su probable dimisión del cargo de ministro,  al presentarse, por responsabilidad hacia la tierra que le vio nacer, a las elecciones catalanas para servir a la sociedad desde otra administración no menos importante, cual es la autonómica de Cataluña que también le necesita y puede que más que la Administración Nacional. Solo queda agradecerle el gran trabajo realizado en su etapa como ministro de sanidad y desearle mucha suerte en su próximo destino.

Otro ejemplo sería, cuando hace unos días, los populistas en el Congreso de los Diputados, exigieron despectivamente al Presidente del Gobierno que felicitase las Navidades en nombre de la religión católica, en lugar de exigirle que las cancelase. Y las consecuencias de las celebraciones navideñas es la tercera ola de la pandemia en España que ya está aquí, de la cual los populistas empiezan a pedir responsabilidades al Gobierno del Estado. ¿No creen ustedes que estos ejemplos podrían encajar dentro de las definiciones de irresponsabilidad e incoherencia política?

Pedir a los populistas responsabilidad y coherencia política, es como pedir peras al olmo y la cuadratura del círculo al mismo tiempo.

 Y hasta tal punto llega su desapego de la sociedad civil, que algunos periodistas, actuando de facto como auténticos portavoces populistas, comienzan a trasladar a la opinión pública, que mejor sería nunca creerse ningún informe que proceda del Gobierno de la Nación (posiblemente así lo crean también dentro del PP y Vox). Lo cual coincide con las tesis populistas de los trumpistas, sobre deslegitimación de gobiernos elegidos democráticamente, ideas que ostensiblemente intentan socavar la democracia, pero de gran aceptación entre exmilitares progolpistas y nostálgicos del franquismo, de los cuales los populistas se enorgullecen al decir que son de los nuestros, para luego añadir que España se rompe por culpa de los independentistas.

Vaya ejemplos de democracia para la ciudadanía, que hablan bien a las claras de los populismos en España y les deja en el pésimo lugar que les corresponde, como no podía ser de otra manera.

En fin, para finalizar este breve resumen del 2020 simplemente añadir que no todo ha sido malo. También por primera vez en la historia, toda la humanidad se ha unido y han aportado fondos, que solo contando a EEUU y la Unión Europa, combinados el sector público y el privado, han superado los 30.000 millones de dólares (más o menos unos 16.000 millones cada uno) que ha permitido alcanzar el hito de ser capaces de crear vacunas en menos de 1 año. Y al contrario que en la crisis anterior, los organismos supranacionales (BCE, FMI, BM, etc.) cuando no los propios gobiernos y bancos centrales de cada país, han relanzado sus economías, lógicamente afectadas por la pandemia, con importantes estímulos económicos y fiscales.

Quiero despedirme de este año, con mis mejores deseos para el 2021 y lanzando un brindis por el éxito de las vacunas contra la covid para que también sean compartidas con países sin recursos, y así derrotemos juntos a la pandemia, y por la economía global para que vuelva a funcionar creando trabajo para todos, y por el uso exclusivo de energías renovables para detener el cambio climático evitando así desastres humanitarios y sanitarios como el actual, etc., etc.

Por pedir que no quede.

Fuente: Redacción