21 de enero de 2022

JANE GOODALL. "Las macrogranjas son increíblemente crueles. Cada animal es un ser individual que siente miedo"

 

Jane Goodall nunca ha tenido miedo. No lo tuvo cuando se fue con 26 años a Tanzania a observar chimpancés, ni cuando se dio cuenta de que sus descubrimientos ponían patas arriba todo lo que se sabía hasta entonces sobre la evolución. Ni siquiera le asusta la muerte, porque cree que es la última aventura que le queda por vivir. Ella, que ha dedicado toda su vida a estudiar a los chimpancés que viven en estado salvaje, lo sabe practicamente todo sobre nuestra evolución y advierte: "El problema es que aunque seamos las criaturas más inteligentes del planeta, hemos perdido sabiduría, porque no es sabio destruir nuestro único hogar"

Las macrogranjas, una amenaza para todos

"La gente tiene que entender que somos parte de la naturaleza y dependemos de ella, incluso aunque vivamos en mitad de una ciudad. Cada bebida que tomamos, cada comida que comemos, el aire que respiramos. Todo depende de la naturaleza y la estamos destruyendo para nuestro propio riesgo. Necesitamos un ecosistema sano, compuesto por una red compleja de vida de animales y plantas. Y si estos se extinguen por nuestro comportamiento, el ecosistema se debilitará y al final el mundo colapsará"

"Las macrogranjas son increíblemente crueles si tenemos en cuenta que cada animal es un ser individual que siente miedo y dolor. Alimentar a estos miles de millones de animales en las macro granjas de todo el mundo está causando una destrucción terrible del medio ambiente. Se despejan enormes cantidades de terreno para cultivar cereales, se utilizan máquinas que contaminan y los animales se tienen que llevar a mataderos para llegar a nuestra mesa. El proceso produce de metano, un gas muy peligroso para la atmósfera. Las macro granjas están contribuyendo negativamente al cambio climático y a la pérdida de biodiversidad"

¿Todo lo 'bio' y 'eco' tiene que ser caro?

"Tenemos que buscar formas de vida más saludables que sean más baratas. Cuando uno es extremadamente pobre va a destruir el mundo para vivir. Ya sea cortando árboles o sacando dinero de la madera en una ciudad. Vas a comprar la comida más barata, la carne más barata, la ropa más barata con el fin de poder sobrevivir porque no puedes permitirte pagar otras cosas. Entonces tenemos que preguntarnos:

¿Este producto es barato porque se están pagando salarios injustos?

¿Dañó el medio ambiente cuando se hizo?

¿Fue cruel con los animales?"

EDITORIAL

Maravillosas reflexiones a la vez que terribles, de una impenitente luchadora por las libertades y derechos, tanto de los humanos como de los animales, que siempre acostumbra poner el dedo en la llaga, pues como bien dice el refranero español: “ todo el que dice la verdad es malo” o “las verdades duelen” .

Ahora, del resto del mundo depende que consigamos sino detener, al menos retrasar el cambio climático.

Aún estamos a tiempo.

Fuente: Cadenaser.com