No hay necesidad de reglas
específicas, según Insurance Europe, que subraya que siete normas vigilan el
correcto uso de las bolsas de datos.
La utilización por parte de la industria aseguradora
de las grandes bases de datos que se generan gracias a la aplicación de las
nuevas tecnologías es imparable. Los beneficios que se derivan del uso de esta
información son tantos que resulta difícil que las entidades y los propios
clientes estén dispuestos a renunciar a ellos.
Esta es una de las consideraciones que
defiende la federación europea de patronales del seguro, Insurance Europe, que
insta a los reguladores a que apoyen el despegue definitivo del big data.
Y ¿cómo les pide que respalden esta
evolución? Pues solicitando a los supervisores que no intervengan.
Según Insurance Europe, si bien no hay
una regulación específica sobre el big data, existen hasta siete normas de la
UE, vigentes o en curso de estarlo, que atienden y son aplicables a su
desempeño en el sector de los seguros, para garantizar un uso correcto y proteger
a los consumidores. Son las siguientes:
1. Reglamento general de protección de datos o GDPR (por sus
siglas en inglés).-
En vigor desde el pasado 25 de mayo, esta regulación prepara a los aseguradores
y a los tomadores para desenvolverse en un entorno de grandes bolsas de datos.
A través de varios de sus principios, se proporciona a los clientes una fuerte
protección y se evita que las entidades sean excesivamente intrusivas en las
vidas de los consumidores y pongan en riesgo su privacidad, según la patronal.
2. Reglamento de productos de inversión empaquetados y
basados en seguros (PRIIPs).- En virtud de sus preceptos, las compañías de
seguros deberán ofrecer a los clientes un documento (KID) con información clave
y estandarizada de las pólizas que venden. Esto hará que «los productos
resulten comparables en un entorno de big data, a pesar de una mayor
individualización», indica Insurance Europe.
3. Directiva de distribución de seguros o IDD.- Esta norma regula
la comercialización de todo tipo de seguros y a través de cualquier
distribuidor, evitando por tanto cualquier mala práctica de venta que pueda
derivarse de la aplicación del big data. Además, sus disposiciones sobre
supervisión de productos y gobernanza regulan el diseño de nuevos servicios y
pólizas y garantizan que todos cumplan con las necesidades de su mercado
objetivo.
4. Directiva de comercialización a distancia para servicios
financieros o DMD.-
Con ella se busca salvaguardar a los consumidores de prácticas de márketing
abusivas que les impulsen a comprar productos que no han pedido.
5. Directiva de género de la UE.- Su aplicación
prohíbe la diferenciación de las primas de seguro por género, por tanto,
invalida cualquier manejo de datos que se oriente en esta dirección, asegura el
representante europeo del seguro.
6. Propuesta de un reglamento de privacidad electrónica.- Esta legislación,
que actualmente se encuentra en fase de discusión, incorporará una capa
adicional de protección sobre la confidencialidad de las comunicaciones y
preservará a los potenciales clientes de los contactos comerciales no
solicitados.
7. Directiva Solvencia II.- La principal
regulación que pesa sobre el sector asegurador en Europa propicia un sistema de
gobierno dentro de las entidades que garantiza la gestión sana y prudente del
negocio. Para cumplir con la normativa, las aseguradoras deben basar sus
precios en datos fiables y obtenidos de manera responsable.
Estas disposiciones que indirectamente
legislan la utilización masiva de información personal configuran «un marco
integral», afirma la patronal europea, y hacen innecesarias medidas
reglamentarias adicionales sobre la utilización del big data en el sector,
añaden desde esta organización.
De hecho, en su opinión, una
regulación específica y prematura podría obstaculizar la innovación y menoscabar
la efectividad del mercado de seguros.
Frente a eso, los supervisores
deberían garantizar que estas normas que ya proporcionan un uso responsable de
las grandes bolsas de datos «se implemanentan por completo», concluyen los
portavoces de la industria aseguradora europea.
A todo lo dicho añado yo, que bien harían los
supervisores, en observar todas las consecuencias de la implementación del Big
Data en los seguros, tanto positivas, como negativas, que a buen seguro si de
estas últimas hubiere, perjudicaría a clientes y consumidores.
Fuente: Expansion.com