24 de enero de 2014

'Hackear' el sistema inmune puede reducir complicaciones derivadas del infarto


Micropartículas que bloquean la respuesta inmune del cuerpo a los tejidos lesionados podrían servir para impedir más daños tras estos episodios
Usar diminutas partículas biodegradables para cambiar la respuesta inmune normal del cuerpo tras un infarto podría salvar a los pacientes de que se produjeran lesiones en los tejidos cardiacos y evitar determinados los problemas de salud subsecuentes a largo plazo. Un equipo de investigadores ha demostrado que inyectar estas partículas en ratones dentro de las 24 horas siguientes a un infarto no sólo reduce significativamente las lesiones del tejido, sino que también consigue que los ratones tengan una función cardiaca más fuerte 30 días después. Ahora, los inventores de la nueva tecnología quieren hacer ensayos en humanos.
Gran parte de las lesiones del tejido como consecuencia de un infarto son resultado de la inflamación, la respuesta natural del cuerpo a estímulos perjudiciales como puede ser un músculo lesionado. Pero en el caso de un infarto estas células inmunes hacen más mal que bien, según explica el inventor de la nueva terapia y director científico de Cour Pharmaceutical Development, Daniel Getts. El armamento usado por el sistema es "bastante genérico", afirma. Aunque los compuestos tóxicos que segregan las células inmunes pueden resultar beneficiosos para defender al cuerpo de una infección, también producen lesiones en los tejidos. Este fenómeno no se da sólo después de un infarto, sino en toda una serie de enfermedades, entre ellas el virus del Nilo Occidental, la enfermedad inflamatoria intestinal y la esclerosis múltiple.
Las partículas de 500 nanómetros deben tener carga negativa y pueden estar compuestas por varios materiales distintos, entre ellos el que se usa para las suturas biodegradables. La nueva investigación sugiere que una vez que las partículas entran en el flujo sanguíneo, la carga negativa atrae a un receptor específico de la superficie de los monocitos inflamatorios. Las partículas se adhieren a ese receptor y desvían las células inmunes del corazón hasta el bazo, donde mueren.
Impedir que estas células lleguen al corazón permite que el músculo del corazón dañado se regenere "siguiendo procesos más regulados", según Getts. Si la terapia se traslada a los humanos, explica, tiene el potencial de reducir sustancialmente los problemas de salud a largo plazo que experimentan algunos infartados, entre ellos la falta de aliento y una capacidad limitada para hacer ejercicio.
El objetivo es empezar a hacer ensayos en humanos a principios del año que viene. La empresa espera que el mecanismo relativamente simple de la terapia y el hecho de que el material del que están compuestas las partículas, el ácido poliglicólico, ya está aprobado  por la Agencia Estadounidense del Medicamento, aceleraren el proceso de desarrollo.
Pero "aún quedan deberes por hacer", en concreto controlar cualquier efecto secundario potencial de las micropartículas, afirma el profesor de biología de sistemas de la Universidad de Harvard (EEUU) Matthias Nahrendorf. Explica que las partículas podrían activar el sistema inmune en formas desconocidas por el momento, por ejemplo. Además, será importante establecer cómo administrar la terapia para que no comprometa la capacidad de las células ce contribuir a la curación y defender el cuerpo de las infecciones y otros invasores, sostiene Nahrendorf.
Fuente: MIT Technology Review.