En vista de lo conocido, y ahora que sabemos las últimas noticias, contaremos la verdad.
¿Qué es el mileirismo?
Podría definirse,
como un movimiento político cercano a la extrema derecha, surgido de las políticas
neoliberales («anarcocapitalista» según ellos) iniciadas tras el nombramiento
del actual Presidente de Argentina, Javier Gerardo Milei, que inciden negativamente en la mayoría de los argentinos y especialmente en las clases más desfavorecidas del país.
¿Existe
algún estudio reciente, referido a la pobreza actual en Argentina?
Un estudio publicado
por el Observatorio Social de la Universidad
Católica Argentina (UCA) indicó que 27 millones de personas en la Argentina son
pobres y 7 millones ya son indigentes. El índice fue el más alto que se
registró desde 2002.
Datos relevantes del
informe.
Los datos revelados
en el informe, que se dio a conocer en febrero de este año, dieron cuenta del
aumento que hubo en el índice de pobreza, debido a que la tasa ascendió del
49,5%, correspondiente al mes de diciembre de 2023, al 57,4%, medido en enero
de este año. En paralelo, la población indigente pasó de representar el 14,2%
en diciembre a cerrar en 15% en tan solo un mes.
De acuerdo con los
investigadores que dirigieron el tratamiento de datos, las cifras fueron
obtenidas a través de un análisis del aumento de la inflación, el costo de la
Canasta Básica Total (el índice que determina la línea de pobreza) y de la Canasta
Básica Alimentaria (que sirve como parámetro para establecer el umbral de
indigencia).
Los expertos
explicaron que se realizaron dos ejercicios de simulación que tomaron los
ajustes que fueron aplicados a los microdatos de la EDSA (Encuesta de la Deuda
Social Argentina) en el tercer trimestre de 2023. De esta manera, se recalculó
el nivel de indigencia y pobreza teniendo en cuenta los aumentos en las
canastas, a la vez que se actualizaron los montos de los ingresos laborales y
no laborales que fueron obtenidos en diciembre de 2023. La segunda prueba
reprodujo el cálculo, según los ingresos correspondientes a enero de 2024.
Luego de que se
descubriera la variación que existió entre un mes y el otro, el informe de la
UCA advirtió que el índice de pobreza era alarmante, debido a que se trató del
más alto del que se tiene registro en lo que va de este siglo. Anteriormente,
la cifra récord cerró en 54%, la cual correspondió a la situación social vivida
en el 2002.
Por otro lado,
señalaron que el número obtenido fue mayor a las estimaciones realizadas por el
economista Martín Rozada, profesor de la Universidad Torcuato Di Tella (UTDT),
quien había pronosticado un aumento que pasaría de 40,1% (último dato oficial
publicado por el Indec) a un estimado del 46,8%. El análisis ponderaba que unas
21,8 millones de personas no lograrían cubrir el costo de la Canasta Básica
Total, sin embargo, la cifra presentada por la UCA representó a 27 millones de
la población.
A pesar de que las
investigaciones precisaron los niveles de pobrezas en las diferentes regiones
del país, las últimas estadísticas ofrecidas por el Indec indican que la zona
más pobre se trataría del noreste argentino (NEA). Para la mitad del 2023 se había
registrado que un 42% de la ciudadanía era pobre, mientras que un 10,6% era
indigente.
En simultáneo, el
organismo informó que la segunda región más pobre era el Gran Buenos Aires
(GBA), debido a que en el primer semestre un 41,4% de los habitantes cayeron
por debajo de la línea de pobreza y un 10,4% ya eran consideradas como personas
en situación de indigencia.
Por último, la
medición ubicó en tercer lugar al noroeste argentino (NOA), con 41% de pobreza
y 7,8% de indigencia; seguido de Cuyo, con 40,7% y 6,7%; en el quinto escalón,
se posicionó la región pampeana, con 36,8 % y 8,2% de indigencia; y, por
último, la Patagonia, con 33,2% de pobres y 5,5% de indigentes.
Fuente: Infobae.com
Informe Economico-Social de la Argentina de Milei
Javier Milei reaccionó inmediatamente, en la red social X, al informe de la UCA citado, viendo en esas cifras «la herencia de la casta» de la que intenta librar a Argentina en su relato, antes de concluir con su eslogan habitual «¡Viva la libertad, carajo!» La defensa, sin embargo, fue poco convincente, puesto que, desde su llegada al poder el 7 de diciembre, el hombre que aún se define como «anarcocapitalista» ha tomado medidas que han tenido un impacto directo en el nivel de vida de muchos argentinos.
El primero, y más
importante, es la devaluación masiva del peso argentino, que perdió la mitad de
su valor en un chasquido de dedos el 13 de diciembre y desde entonces ha
sufrido nuevos ajustes. La cotización oficial del dólar pasó de 391 pesos a
principios de diciembre a 880 pesos a mediados de febrero. Esta caída del valor
de la moneda argentina incrementó inmediatamente el coste de las importaciones,
en un momento en que la base productiva de Argentina es incapaz de satisfacer
la demanda interna.
Precios al alza
En noviembre de 2023,
los precios al consumo en Argentina habían subido un 12,8% en un mes y un
160,9% en un año, lo que ya era un nivel muy alto en comparación con los meses
anteriores. Pero en diciembre, tras la devaluación, la tasa de inflación mensual
alcanzó el 25,5%. En enero de 2024, la tasa mensual era del 20,6%. En un año,
la subida de los precios alcanzó el 254,2%. En otras palabras, el régimen de
inflación de Argentina, tan malo como era antes de la elección de Javier Milei,
ha cambiado claramente de nivel.
Tasa de inflación
mensual en Argentina.
Según el estudio de
la UCA, es esta aceleración de la subida de precios la que ha provocado un
deterioro del nivel de vida de los argentinos, empujando a muchos miles a la
pobreza. Nada más lógico: mientras los precios se disparaban, los salarios
apenas se movían. En dos meses, el valor real de los salarios del sector
privado ha caído un 20%. De este modo, los hogares se encuentran solos a la
hora de hacer frente a las enormes subidas de precios. Lo único que tienen que
hacer es reducir masivamente sus compras.
Esto es precisamente
lo que quiere el Gobierno de Milei. Para frenar la inflación, su estrategia
consiste en «restablecer el equilibrio macroeconómico»: si hay inflación, hay
exceso de demanda. Por lo tanto, hay que reducir la demanda para restablecer la
estabilidad.
Por esta razón, lejos
de ayudar a los hogares a soportar el choque de la devaluación, el gobierno no
ha hecho nada para apoyar a los trabajadores más pobres. Ha saboteado las
negociaciones para aumentar el salario mínimo, actualmente suspendidas, y ha empezado,
a pesar de los obstáculos legislativos, a recortar el gasto público allí donde
puede, en particular suspendiendo todas las obras públicas. En enero, el país
registró su primer superávit presupuestario mensual desde 2012. Pero hay que
pagar un alto precio.
El peso de la recesión
Javier Milei
consideró que una tasa de inflación mensual inferior al 25% en enero era «un
motivo de celebración». Pero esta desaceleración, que deja la tasa interanual
casi 95 puntos por encima de la inflación de noviembre, sólo se explica por el
efecto recesivo de la devaluación.
Las ventas al por
menor de las pequeñas y medianas empresas cayeron un 6,4% en enero de 2024 en
un mes y un 28,5% en un año. El sector más afectado fue el farmacéutico, con
una caída interanual del 40,1%, seguido del alimentario (-37,1%). Esto
demuestra claramente que los argentinos se han visto obligados a recortar sus
gastos más necesarios y básicos. El índice de ventas al por menor no ha dejado
de caer desde hace casi dos años, pero los niveles registrados en diciembre y
enero no tienen precedentes e indican un estancamiento importante. En
noviembre, la caída anual de las ventas al por menor fue del 2,9%.
Ventas minoristas de
las PYME en Argentina.
Para el primer
semestre del año, los economistas prevén ahora una caída interanual del PIB de
entre el 3% y el 4%. El FMI, por su parte, prevé una caída del PIB argentino
del 2,8% hasta 2024. Pero, como vemos, esta previsión es muy frágil y se basa
en un escenario «optimista»: el de una rápida estabilización de la inflación
gracias a la recesión, que conduzca a una recuperación del crecimiento gracias
a la atracción de capitales extranjeros. Pero aún estamos muy lejos de ello.
En su doble voluntad
de restablecer los «precios reales» y reducir el gasto público, Javier Milei ha
recortado las subvenciones a los precios de la energía y las transferencias a
las provincias. Esto ha tenido dos efectos importantes: el aumento de las facturas
de energía, calefacción y gasolina, y el aumento de las facturas del transporte
público gestionado por las provincias. Estas subidas de precios pesarán sobre
la inflación en los próximos meses, reduciendo aún más la demanda.
Según las
organizaciones patronales, la factura energética de las empresas podría
duplicarse o cuadruplicarse, mientras que el aumento de las tarifas del
transporte público podría alcanzar hasta el 360% en los próximos meses, según
los gobernadores provinciales. En el espacio de dos meses, el número de
billetes de autobús que un trabajador con salario mínimo puede comprar en un
mes en Buenos Aires ha caído de 2.757 a 578...
Si la inflación no se
frena bruscamente, la recesión será mucho más profunda. Y es probable que la
recesión dure aún más, dado el impacto en los niveles de vida y el tiempo que
tardarán los salarios en recuperar la pérdida de poder adquisitivo, a pesar de
que el desempleo será alto y la actividad económica baja.
Bloqueos políticos y tensiones sociales
A estas dificultades
económicas se añaden las políticas. La ley «ómnibus» de Javier Milei, que
pretendía reducir el gasto público por la vía violenta, no logró pasar el
trámite parlamentario, donde el partido del Presidente, La Libertad Avanza
(LLA), sólo cuenta con el 15% de los escaños.
A pesar de un voto
inicial favorable al conjunto del texto, los diputados rechazaron varias
disposiciones clave en la votación artículo por artículo, en particular la
disposición crucial que otorgaba al Jefe del Estado plenos poderes en materia
económica. Javier Milei había aceptado un «compromiso» reduciendo en un tercio
las medidas de la ley ómnibus, contando con esta disposición para
restablecerlas más adelante.
Los diputados no se
dejaron engañar. El 6 de febrero, el texto fue devuelto a comisión, lo que hace
aún más improbable su aprobación. Desde entonces, Javier Milei no ha perdido
ocasión de arremeter contra los gobernadores provinciales, a los que culpa de
su fracaso. También ha aprovechado para reavivar sus consignas contra la
«casta», que, al rechazar los textos de las reformas, estaría defendiendo sus
«privilegios».
Esta situación, sin
embargo, hace más difícil llegar a un compromiso y, por tanto, afecta a la
confianza de los empresarios en el éxito de la política del Gobierno, en un
momento en que la recesión parece que será más grave de lo previsto. Por no
hablar del hecho de que el país está cada vez más envuelto en un conflicto
social de gran envergadura.
La principal
organización sindical del país, la Confederación General del Trabajo (CGT), ha
amenazado con una nueva huelga general tras el éxito de la del 24 de enero,
alegando una «inmensa conflictividad» en todos los sectores de la economía, lo
que no es de extrañar dada la situación. Pero el gobierno, que ya ha tomado
importantes medidas de represión sindical, no tiene ninguna intención de
reducir el nivel de conflictividad. El 19 de febrero, Javier Milei anunció la
desregulación de los servicios sociales para los trabajadores, atacando una de
las principales funciones de la CGT.
¿Hacia una nueva devaluación?
La pregunta ahora es
si será necesaria o no una segunda devaluación. Desde hace varios días, el
gobierno intenta construir una narrativa según la cual los mercados creen en el
éxito del gobierno. El 1 de febrero, el FMI elogió efusivamente la política del
gobierno argentino y, sobre todo, el dólar «blue», es decir, la cotización no
oficial del billete verde, lleva varios días cayendo frente al peso: en el
mercado negro, valía 1,095 pesos por dólar el 19 de febrero, frente a 1,350
pesos en enero.
Pero esta caída del
dólar no es necesariamente una garantía de solidez y de vuelta a la confianza.
Para hacer frente a la subida de los precios, una parte de la clase media se ve
obligada a convertir sus dólares atesorados para cubrir sus gastos. Por lo tanto,
sería más para pagar las facturas que por confianza en las políticas del
gobierno por lo que los argentinos se verían obligados a desprenderse de sus
dólares.
Tipo de cambio no
oficial entre el dólar y el peso.
¿Hasta dónde llegará
este fenómeno? El tipo de cambio oficial sigue estando muy desconectado del no
oficial, lo que mantiene la espada de Damocles de la devaluación pendiendo
sobre las cabezas de los argentinos. Según la lógica del Gobierno, esa brecha es
un signo de desequilibrio e impide que la economía se ajuste. Así que se sigue
hablando de una nueva devaluación del peso del 20% en abril.
Lo decisivo de aquí a
entonces será el comportamiento de los grandes exportadores de productos
agrícolas, encabezados por la soja y el maíz. Son los principales aportadores
de dólares a la economía argentina. Si prefieren mantener sus ganancias en
billetes verdes, una nueva devaluación será inevitable. Y con ella, se
producirá un nuevo repunte inflacionario que agravará una recesión que ya se
vislumbra seria.
Pero incluso más allá
de la cuestión del tipo de cambio, la cuestión es si se puede frenar la
recesión. Con el desplome de la demanda, la inflación podría ciertamente
frenarse, pero a costa de una caída muy fuerte de la actividad. La política de
Javier Milei pretende aumentar esta caída de la demanda mediante recortes
masivos del gasto público, que no han hecho más que empezar. Por tanto, no
puede descartarse el riesgo de una espiral recesiva.
A pesar de la
retórica triunfalista del Gobierno, la situación en Argentina es más que
preocupante. Sea cual sea el resultado de este ajuste, los trabajadores
argentinos no estarán en mejor situación que antes: su nivel de vida será
significativamente inferior y su posición frente al capital será desastrosa. El
futuro «crecimiento» del país se basará precisamente en los bajos salarios y en
la privatización de los servicios públicos.
En estas condiciones,
no hay ninguna garantía de que el país pueda mejorar su productividad y su base
productiva, sino todo lo contrario. Tanto más cuanto que la principal fuerza
económica del país, la agricultura intensiva, se verá finalmente golpeada por
la crisis ecológica, de la que el gobierno no se preocupa pero que ya es una
realidad: Argentina y todo el cono sur de América Latina sufrieron una ola de
calor sin precedentes durante el verano austral. Más que nunca, el libertarismo
de Javier Milei parece no estar a la altura de los desafíos del momento.
Fuente: cadtm.org
CONCLUSIÓN
No veo razones para
que el Presidente de Argentina, de saltos de alegría, sabiendo que más de la
mitad de los argentinos están en situación de pobreza.
Y ya que estamos, no creo que el Presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, lo esté haciendo tan mal, pues no ya los españoles, que también, sino muchos inversores a nivel mundial y ciudadanos Hispanoamericanos, incluidos los argentinos, empiezan a considerar España, como el nuevo “el dorado”, y para todos nuestros hermanos argentinos querría una situación como en la que está España en este momento, donde las empresas de medio mundo se pelean por instalarse aquí, y para muestra un botón, pues hace poco más de un año, Wolkswagen, anunció una inversión de 10.000 millones de dólares, y esta misma semana, Amazon, anunció una inversión de 15.000 millones de dólares para crear un Centro de Datos en Aragón. O que uno de los mayores fondos de inversión del mundo, como es BlackRock, haya entrado con 60.000 millones de dólares en la economía española. O que países del golfo Pérsico, hayan invertido decenas de miles de millones de dólares en comprar importantes paquetes accionariales de las principales empresas españolas. Cumpliéndose en estos casos, la norma no escrita, que inversiones tan cuantiosas, solo tienen razón de ser, en Estados estables con Gobiernos de confianza, como es el de España.
Con todo y con eso, España es el segundo país mayor inversor en Argentina, y a cambio, solo se pide el respeto debido a las Instituciones democráticas tanto españolas como argentinas, independientemente de los gobernantes de turno, porque entiendo, es lo mínimo que se merecen los ciudadanos de ambos países, hermanados por la historia como siempre ha sido y debe seguir siendo.
POSDATA
Por otra parte, esta guerra fratricida entre el bien y el mal, trasciende a la política, donde unos se alinean con la derecha y la ultraderecha, que caminan juntos en coalición, defendiendo solo a las élites económicas y despreciando al resto, con lemas políticos que llevan en su ADN y abochornan a cualquier demócrata, como, “La justicia social es aberrante”, “los impuestos son un robo” o "la inmigración ilegal ocupa domicilios", estando enfrente la izquierda, que defiende los derechos y libertades constitucionales, establecidos en la Carta de los Derechos Humanos de las Naciones Unidas, así como la toma de medidas necesarias para luchar contra el cambio climático, y además propugna la justicia social, el reparto equitativo de la riqueza, fomentando también la Educación y Sanidad Pública gratuitas, para todos los ciudadanos europeos.
Y añado, que ya existe fecha para el siguiente enfrentamiento político a nivel europeo, que serán las próximas elecciones al Parlamento Europeo, a celebrar entre el 6 y el 9 de Junio, donde la izquierda, tiene la obligación moral de parar los pies a la coalición de las derechas con el fanatismo de la extrema derecha europea, a la que lleva por bandera, que incluye también a la derecha alternativa, el supremacismo blanco y otras ideologías u organizaciones que presentan aspectos xenófobos, racistas, homófobos, machistas, teocráticos o reaccionarios. Donde la política de la ultraderecha podría conducir a la opresión, la violencia política, la limpieza étnica o el genocidio contra grupos de personas en función de su supuesta inferioridad o su percepción de amenaza para el grupo étnico nativo, la nación, el estado, la religión o cultura dominante o instituciones sociales conservadoras, siendo además, conocidos negacionistas del cambio climático.
Quizás, de entre todas estas definiciones, alguien pudiese encontrar algunas similitudes con lo que está ocurriendo en Ucrania, Gaza o Argentina, que si se diese el caso, esperemos y deseemos solo fuese de manera circunstancial. Caso contrario sería el CPI el encargado de juzgarlo, que de hecho y de derecho, ya lo está siendo con Putin y Netanyahu.
Por todo ello entiendo, que lo mejor sería acudir a votar en las próximas elecciones europeas, donde entre todos, debemos decidir el futuro que queremos dejar a las próximas generaciones, si una democracia sin merma de derechos y libertades, o por el contrario, un régimen de semi-esclavismo gobernados por una coalición de derecha y extrema derecha, que incluso sin coalición, agricultores, pescadores y ganaderos, bien saben como se las gasta esta derecha del partido popular europeo (PPE) cuando gobierna en solitario en Europa, (como ha hecho hasta ahora). Por tanto, hay apretarse los machos, no sea fuese el caso, que de nuevo llegase a gobernar la derecha, siendo lo más probable, lo hiciese en coalición con la extrema derecha.
TÚ VOTAS. TÚ ELIGES.
Si no votas, otros eligen por ti.
Fuente: Redacción