15 de octubre de 2020

NIEBLA MENTAL. Martirio de los supervivientes de la Covid

 Personas que han pasado el coronavirus hace meses aseguran seguir teniendo pérdida de memoria, falta de concentración e incapacidad para encontrar las palabras adecuadas

Varias asociaciones luchan para que médicos y autoridades sanitarias reconozcan su dolencia y se establezcan los protocolos necesarios para su tratamiento

La OMS alerta de los efectos que el coronavirus puede tener en el corazón, pulmones o cerebro de los pacientes que ya han superado la enfermedad

Hace tiempo que las pruebas de Eugenia Díez Moreno dejaron de ser positivas. Ya no tiene el coronavirus, pero los síntomas de la enfermedad siguen ahí: mareos, cansancio y la conocida como 'niebla mental', una de las numerosas dolencias reportadas por pacientes que han sufrido la covid-19 y que ahora combaten la llamada covid persistente. 

Quienes padecen esa 'niebla mental' la definen como una enorme borrachera, un mareo agudo o un despiste constante. En el caso de Eugenia se traduce en volver a  desempeñar su trabajo en la UCI del Hospital 12 de octubre de Madrid prácticamente como "si fuera nueva, es como volver a empezar de cero".

Un contagio en "plena guerra"

La primera vez que NIUS contactó con ella, la enfermera se estaba poniendo el equipo de protección individual contra el coronavirus.  "Ahora no puedo hablar, es que me pillas poniéndome el EPI". Horas después explica que fue precisamente allí, en la Unidad de Cuidados Intensivos,  donde se contagió. Fue a finales de marzo, "en plena guerra", asegura. 

Con 42 años y sin patologías previas, Eugenia no desarrolló síntomas de gravedad. Lo suyo fue leve: presión en el pecho, dolor de cabeza, febrícula, cansancio y falta de concentración; pero hoy, siete meses después, muchos de estos síntomas siguen ahí y lo que peor lleva, explica, son los daños neurológicos.

Despistes, falta de concentración e incapacidad para encontrar las palabras

La primera vez que se dio cuenta de que su cabeza no iba bien es cuando intentó hacer una de las cosas que más le gustan: leer. "Estaba confinada en mi cuarto e intentaba avanzar una página, pero era imposible concentrarme".

Después vino el susto "cuando transcurre un mes y ves que esto no se pasa". Eugenia dice tener incapacidad para encontrar las palabras adecuadas en su cerebro y sufre despistes constantes. "Volver a conducir fue como cuando acabas de salir de la autoescuela, tienes que pensar todo: dónde está el freno, cómo meter la marcha…".

En mayo regresó al trabajo "porque hay que seguir adelante" y lo hizo, explica, como si estuviera "recién salida de la facultad". "Debes hacer todo con muchísima atención y eso supone un esfuerzo inmenso que el cuerpo paga con creces, terminas agotada", asegura. 

Las "covidadas" de la 'niebla mental'

A pesar de todo, Eugenia no pierde el sentido del humor y explica lo que llama las "covidadas" las situaciones graciosas surgidas de esta 'niebla mental' que le empuja a coger el ratón del ordenador cuando en realidad quería llevar un inhalador o, como le pasó a otra compañera, dejar el mando de la tele en el cesto de la ropa y a poner cosas de la nevera en el lavaplatos.

Porque sí, el caso de esta enfermera madrileña no es único. Cada vez hay más ejemplos como el suyo. De hecho, existen ya numerosas asociaciones como Covid19PersistenteMadrid (@covid_madrid), Asociación SAL Covid Persistente España (@CPersistente) o Long Covid ACTS (@longcovidspain), que intentan dar respuesta a una situación nada sencilla. Tal y como explicaba a NIUS la doctora Pilar Rodríguez Ledo, "la covid-19 es una enfermedad que hasta hace muy poco no conocíamos. Estamos aprendiendo a tratar desde lo más urgente hasta este 10% de casos que no tienen peligro de muerte pero en los que persisten los síntomas más allá de las cuatro semanas, que es el tiempo en el que se espera que disminuyan", señalaba una de las principales impulsoras del proyecto de covid persistente.

El martirio y el estigma de la 'niebla mental'

Silvia, como Eugenia, también sufre el martirio de la 'niebla mental'. Tiene pérdida de memoria  y le cuesta encontrar las palabras adecuadas. De hecho, esta filóloga de Castelldefels, sigue de baja, incapaz de escribir absolutamente nada. "Yo, al fin y al cabo, he tenido suerte -asegura- conozco el caso de una veterinaria a la que han despedido".

Con 52 años, explica a NIUS, es como estar en una montaña rusa. "Estás tres o cuatro días bien y de repente vuelves a recaer y te levantas como si te hubieras tomado tres botellas de vino". "Yo quiero ponerme bien, volver al trabajo, tener la misma energía de antes; pero la sanidad no me da respuesta y muchos de nosotros nos sentimos estigmatizados. Estamos luchando contra la persistencia del virus y las nuevas olas que, en muchos casos, impiden que nuestros médicos de familia nos deriven al neurólogo", se queja Silvia. 

La necesidad de ayuda y comprensión

En este sentido, Eugenia se siente más afortunada. A ella su médico de familia sí le ha derivado al neurólogo y le están haciendo pruebas. "Todo depende del doctor que te toque", aseguran. "Lo que pedimos es respeto y que no se nos estigmatice -insiste Silvia- nos tratan como a gente deprimida, como si estuviéramos somatizando la enfermedad; necesitamos la ayuda y la comprensión social hasta que pongan nombre a las secuelas crónicas de esta enfermedad", subraya.

Por todo ello, los que sufren la covid persistente y en concreto esa 'niebla mental' hacen un llamamiento a la sociedad médica para que investiguen y trabajen codo con codo con los pacientes, "es agotador -dice Silvia- que te pidan que estés tranquila porque a partir del sexto mes te recuperas, pero que veas que pasa el tiempo y esto sigue así".

El mensaje "esperanzador" de los neurólogos

Tiempo es lo que piden a su vez especialistas como Juan Carlos García-Moncó, neurólogo y Jefe de Servicio del Hospital de Basurto, en Bilbao. "Se está haciendo un esfuerzo investigador importante y hay una gran cantidad de publicaciones al respecto, pero todavía no tenemos la experiencia suficiente", explica. "Sí que apreciamos que hay personas afectadas por el coronavirus que presentan torpor mental, dificultad para pensar y falta de memoria, aunque la manifestación más frecuente es la pérdida de olfato y el dolor de cabeza", dice el doctor a NIUS. "Hay que estudiar cada paciente de forma individual -indica- y lanzar un mensaje esperanzador porque en la mayoría de los casos la evolución es favorable y estos síntomas terminan desapareciendo".

En el caso de la 'niebla mental' lo normal es que no se detecte nada en las pruebas, asegura Beatriz Fernández, presidenta de Covid19PersistenteMadrid. "El coronavirus provoca daños en multitud de órganos, pero hay un desconocimiento de los cuadros clínicos y, dependiendo del médico con el que des, es casi imposible conseguir la baja", dice. Por eso asociaciones como la suya trabajan para que médicos y autoridades sanitarias reconozcan su dolencia y se establezcan los protocolos necesarios para su tratamiento.

Hasta entonces, Beatriz, Eugenia o Silvia seguirán luchando contra la etiqueta de la ansiedad y la somatización, viendo como la propia Organización Munidal de la Salud empieza a alertar de la covid persistente. Según la directora técnica de la OMS para la covid-19, Maria Van Kerkhove, ya no sólo son preocupantes los casos graves y las muertes provocadas por el coronavirus, sino también los efectos secundarios de la enfermedad en pacientes que ya la han superado.  Porque ahora es cuando se está empezando a ver los efectos que el coronavirus puede tener en el corazón, cerebro, pulmones o salud mental de más de 28 millones de personas en el mundo.

Fuente: Nius Diario.es