Un artículo publicado en
la revista Science la semana pasada se informa sobre un paso importante hacia
un sistema de este tipo. Un grupo de investigadores ha desarrollado un
dispositivo que convierte de forma barata y eficiente la energía de la luz
solar en hidrógeno, que puede ser utilizado como combustible y se almacena
fácilmente.
El director del Laboratorio de Fotónica e Interfaces de
la Escuela Politécnica de Lausana (Suiza), Michael Graetzel, junto a varios
colegas de Corea y Singapur, ha construido un dispositivo que utiliza
electricidad y materiales catalíticos para producir hidrógeno y oxígeno a
partir del agua. Este nuevo "divisor de agua", como se conoce a este
tipo de dispositivos, es altamente eficiente, utiliza materiales baratos y
abundantes, y es fácil de fabricar.
Los investigadores llevan décadas trabajando en la
división de agua con energía solar, y aunque han demostrado un gran rendimiento
en una o dos partes de un dispositivo de este tipo, nadie ha logrado construir
un sistema completo que sea práctico.
El nuevo dispositivo sobresale porque cumple con tres
de los cuatro criterios necesarios para que un dispositivo sea práctico: alta
eficiencia, bajo coste y el uso de materiales abundantes (para que se pueda
utilizar a gran escala). El siguiente paso es cumplir con el cuarto criterio:
la fiabilidad. El dispositivo utiliza unas novedosas células solares de voltaje
relativamente alto para generar la electricidad necesaria, junto con un nuevo
material de catalizador de bajo coste basado en níquel y hierro para dos
electrodos: uno produce hidrógeno y el otro oxígeno.
El divisor de agua solar almacena un 12,3% de la
energía de la luz solar en forma de hidrógeno. Esto podría parecer una cantidad
pequeña, pero hay que tener en cuenta que la mayoría de las células solares
convierten sólo el 16% de la energía de la luz solar en electricidad, sin el
paso adicional de convertir esa energía en hidrógeno fácil de almacenar.
Antes de que el dispositivo sea práctico, hay que
trabajar más en él. Por un lado el rendimiento de la célula solar empieza a
bajar rápidamente en sólo unas horas. Los investigadores no están seguros de
por qué los materiales de perovskita se degradan rápidamente, aunque han estado
haciendo progresos: por ejemplo, han añadido una capa de carbono y han mejorado
la forma en que las células solares se sellan contra los elementos.
Recientemente, los investigadores han hecho demostraciones de una célula solar
de perovskita que ha durado más de un mes.
Fuente: MIT
Technology Review