Científicos
australianos de la Universidad de Melbourne descubrieron un nuevo tipo de droga
que puede ayudar a tratar el cáncer ––grupo numeroso de enfermedades que se
caracterizan por el desarrollo de células anormales––.El fármaco no elimina las
células cancerosas, sino que las deja en un estado durmiente que impide que la
enfermedad progrese, el cual cuenta con una ventaja que se debe resaltar: no
tiene efectos secundarios.
Paralizar el cáncer en crecimiento
El descubrimiento,
publicado en la revista Nature, consiste en un fármaco que inhibe dos tipos de
proteína llamados KAT6A y KAT6B. Ambas están estrechamente relacionadas con el
desarrollo tumoral y se consideran dos de los principales motores de
crecimiento en las células cancerosas. La KAT6A se encuentra en el número 12 en
la lista de genes más comúnmente amplificados en cánceres.
Al aplicar un
tratamiento que inhibe la formación de las proteínas antes mencionadas, los
investigadores lograron cuadruplicar la esperanza de vida en animales afectados
por linfoma –– tipo de cáncer que se desarrolla cuando se produce un fallo en
la forma de actuar de los linfocitos (células blancas de la sangre)––uno de los
tipos de tumor más letal.
“Desde el principio,
descubrimos que el agotamiento genético de KAT6A cuadruplicaba la esperanza de
vida en modelos animales de cáncer de sangre llamado linfoma. Armados con el
conocimiento de que KAT6A es un importante factor de cáncer, comenzamos a
buscar formas de inhibir la proteína para tratar el cáncer”, comentó , Tim Thomas
del Instituto de Ciencias Farmacéuticas Monash
Sin daño celular, ni efectos secundarios
Este nuevo tratamiento
no destruye las células cancerosas, sino que las desactiva. Lo que hace, es
poner la enfermedad “a dormir” permanentemente, impidiendo que se desarrolle o
que se reactive tras su eliminación. La ventaja que tiene esta droga o fármaco
es que no tiene dolorosos efectos secundarios, como sí los posee la
radioterapia o quimioterapia.
Los tratamientos
actuales se basan en sustancias que destruyen el ADN de las células cancerosas.
El problema es que no es fácil dirigir estos tratamientos para que solo
destruyan células enfermas. La terapia a menudo destruye también células sanas,
lo que da lugar a todo tipo de efectos secundarios lamentablemente dolorosos
para el paciente.
Los descubridores de
la droga comentaron estar entusiasmados, pero enfatizaron en lo necesario que
es seguir investigando y realizar ensayos clínicos en seres humanos antes de
que la droga llegue a los hospitales. Su mayor uso puede estar en prevenir de
forma permanente la reaparición del cáncer tras su eliminación.
“La posibilidad de
brindarles a los médicos otra herramienta que podrían usar para retrasar
sustancialmente la recurrencia del cáncer podría tener un gran impacto para los
pacientes“, Thomas.
Fuente: Muy
Interesante.es