Nunca en la historia ha existido una fuerza capaz de cambiar tan rápido
la forma de hacer negocios y el orden económico mundial. Esto hace que la
transformación digital sea una cuestión urgente, ya que los factores que la
motivan son estratégicos y evolucionan a un ritmo inimaginable.
Por un lado
están los consumidores, mejor informados de una forma directa. Por otro, están
los nuevos competidores. Para iniciar un cambio organizativo es necesario
reconocer e interiorizar la necesidad
del cambio, entender y planificar bien todo lo que se quiere cambiar y
desarrollar una hoja de ruta completa.
Impacto en los
trabajadores
Si analizamos algo más en detalle el impacto sobre las personas, vemos
que son ellas las que están en el ojo del huracán. El motivo es que la
transformación digital influye en la naturaleza de las relaciones entre los
individuos, así como entre las unidades organizativas. La movilidad y las
posibilidades derivadas de la nube permiten a los empleados trabajar de forma
virtual, lo que aumenta las posibilidades de la empresa de acceder a candidatos
más adecuados, independientemente de la geografía. La analítica y el análisis
de los datos ayuda a los empleados a comunicar y trabajar con mayor eficiencia, y acelerar la
toma de decisiones. Los medios sociales ayudan a una mejor colaboración tanto
con los colegas como con los proveedores y clientes.
Talento digital
En 2020 un tercio de las competencias actuales dejarán de ser
importantes, mientras que "competencias sociales" como la persuasión,
la inteligencia emocional y la colaboración serán fundamentales. Así lo afirma
el informe El futuro del trabajo del Foro de Davos (Suiza) de 2016. Pero dada
la urgencia del cambio, resulta muy complejo reclutar las competencias
digitales a nivel senior con la rapidez necesaria. Y en vista de la complejidad
de los problemas a los que las empresas se enfrentan, un único gestor digital
no es suficiente.
La importancia del
CDO
Una clara señal de la importancia de la transformación es la labor de
búsqueda de altos directivos que actúen bajo una nueva figura profesional. Se
trata del Jefe Digital, o CDO (por sus siglas en inglés de Chief Digital
Officer), y su tarea es transversal a toda la organización. Este responsable
debe organizar globalmente la transformación y supervisar la transición de las
operaciones de ventas y marketing, sistemas y producción. Y todo ello mientras
siembra el proceso en la cultura corporativa a nivel interno. Este nuevo
profesional tiene el doble reto de desarrollar tanto una experiencia digital
completa para los clientes como las capacidades que la empresa necesita para
lograrlo.
El nuevo trabajo
del CEO
Entre sus cualidades debe destacar la capacidad de comprender
globalmente la economía digital y las tecnologías emergentes. Debe gestionar la
cadena de valor física o virtual, trabajar en entornos colaborativos donde
surjan las fuentes del conocimiento, poner énfasis en los procesos multicanal,
y colaborar con organizaciones de trabajo más independientes, en entornos
mercantiles o autónomos. El CEO de la nueva era está más enfocado al cliente,
al talento y a la sociedad.
Los retos del
consejo directivo
Si analizamos las implicaciones de esta transformación sobre la junta
directiva de una empresa, el papel que debe desempeñar el consejo de
administración se vuelve preocupante. Por lo general, sus miembros tienen muy poca experiencia en
transformación digital, y se calcula que aproximadamente el 80% no tiene la
experiencia necesaria para guiar a sus organizaciones en la era digital. Una de
las posiciones que más nos solicitan es la de reforzar el consejo con algún
consejero independiente cuyo objetivo sea la transformación de la empresa. Esto
es un paso importante y efectivo pero sin embargo, sigue siendo la excepción y
no la regla.
Nace el consejo
asesor digital
Cuando es necesario llevar a cabo una disrupción acelerada, una sola
persona sería incapaz de abarcar, por dedicación y contenido, todas las
preguntas que puedan surgir. Así que algunas compañías han creado un Consejo
Asesor Digital. Estos órganos tienen como objetivo forzar los tiempos del
cambio, asesorar y apoyar la transformación y, por lo tanto, resultan claves
para acelerar la capacidad innovadora de la compañía. Su tarea fundamental es
la de anticipar tendencias digitales, reflexionar sobre ellas e identificar oportunidades y amenazas
digitales. No olvidemos que el 29% de los CEO apunta a los ataques cibernéticos
como el riesgo que mayor impacto puede tener en sus negocios, según el CEO
Outlook, el informe global que KPMG ha realizado con encuestas a más de 1.200
CEO.
Desde nuestra experiencia y con la ayuda del conocimiento de nuestros
clientes consideramos que hay que crear la base óptima para encontrar un
equilibrio entre los retos diarios y la estrategia futura. La prioridad debe
ser siempre asegurar la rentabilidad de
la empresa a corto y largo plazo, y no lanzarse a transformar por transformar.
Las posibilidades tecnológicas de digitalización deben, por lo tanto, limitarse
a ser un facilitador, y nunca deben de asumir el papel principal en el proceso
de toma de decisiones en la transformación. Por eso consideramos que es crítico
apoyar al CEO a afrontar la transformación como una tarea controlada y no como
una revolución.
En estos próximos años, el reto del CEO será converger el modelo de
negocio tradicional hacia un modelo digital sin perder la esencia que humaniza
su organización. Dickens escribió: "Cada fracaso le enseña al hombre algo
que necesitaba aprender", pero en nuestro caso puede que no haya una
tercera vía para el primer ejecutivo que le salve de digitalizarse o
desaparecer.
Fuente: MIT Technology Review