18 de enero de 2015

ENERGIA. Canadá necesita que el petróleo se encarezca para dar salida a sus proyectos energéticos

Sus nuevas prospecciones para las reservas de arenas bituminosas no serán rentables hasta que el precio supere los 60 dólares por barril y ésto amenaza con convertir el oleoducto Keystone XL en un proyecto especie irrealizable.
El oleoducto propuesto, que transportaría crudo desde las arenas de Canadá hasta refinerías estadounidenses en el golfo de México, es un punto caliente de la política estadounidense. El Congreso, que controlan los republicanos, quiere construirlo y tiene que votar sobre la cuestión. El presidente Obama se ha comprometido a vetar el resultado.
Pero si el precio del crudo sigue tan bajo a lo largo del próximo año, la inmensa fuente de combustibles fósiles canadiense, las denominadas arenas bituminosas, no conseguiría un precio lo suficientemente alto como para que merezca la pena extraerlo siquiera.
Si el precio se mantiene alrededor de los 50 dólares (unos 42 euros) por barril, "la necesidad de construir el Keystone XL puede desaparecer", afirma el presidente emérito del Instituto de Investigación en Energía de Canadá, con sede en Calgary, Pete Howard. "Ahora mismo contamos con el transporte por ferrocarril como válvula de seguridad y si construimos capacidad ferroviaria para transportar tres cuartos de millón de barriles, cubre prácticamente todos los proyectos que se están construyendo ahora".
El verano pasado, la capacidad ferroviaria gestionaba unos 240.000 barriles diarios y la Asociación de Productores de Petróleo de Canadá prevé que la capacidad ferroviaria aumente hasta los 700.000 barriles diarios para 2016.
Ahora mismo el precio del crudo está en torno a los 50 dólares por barril, una caída de más del 50% respecto al verano pasado debido a un exceso de producción, que incluye la de Estados Unidos. La decisión reciente de Arabia Saudí de no recortar su producción también ha afectado a la demanda.
Canadá cuenta con las mayores reservas mundiales de bitumen, una forma de petróleo parecida a la brea atrapada en arenas subterráneas en la provincia de Alberta. Hay dos formas básicas de recuperar este petróleo: lavando las arenas con agua caliente y productos químicos o inyectando vapor bajo tierra a través de tubos horizontales. Ambos procesos son más caros que la perforación tradicional y emiten más gases de efecto invernadero.
Ahora mismo hay al menos 20 proyectos de extracción de arenas en construcción en Alberta que se prevé entrarán en funcionamiento de aquí al 2017. Independientemente del precio del petróleo, se terminarán porque la mayor parte de la inversión en capital ya se ha hecho. Sin embargo, añade Howard, "para estas fechas el año que viene, si el precio del petróleo no ha subido, se empezará a retrasar la próxima tanda de proyectos".
El año pasado un think-tank londinense, Carbon Tracker Initiative, emitió un informe con previsiones aún más conservadoras. El texto afirmaba que el precio del petróleo tendría que estar en torno a los 95 dólares (casi 81 euros) por barril o más para que tuviera sentido explotar casi el 92% de las arenas bituminosas de Canadá.
Eso dejaría gran parte de los recursos sin explotar. Incluso cuando se pongan en marcha los proyectos de explotación planeados, Alberta producirá en torno al millón de barriles diarios. Se calcula que Canadá tiene capacidad para producir seis millones de barriles diarios si se desarrolla todo el potencial.
Las caídas temporales del precio del petróleo no son un problema grave porque las decisiones de inversión se toman con previsiones a largo plazo. Los proyectos convencionales de explotación de arenas bituminosas tienen una vida de 40 o más años; los proyectos asistidos por vapor duran 30 años. Para que tengan sentido económico a largo plazo, para los primeros hace falta que el precio medio del barril esté en torno a los 85 dólares (unos 72 euros), y para los últimos en los 60 dólares (casi 51 euros) o más por barril.
El presidente Obama ha dicho que daría su visto bueno al oleoducto sólo si "no afectaba significativamente" al cambio climático. Un estudio del Departamento de Estado de Estados Unidos concluía que Keystone probablemente no tendrá impacto porque el petróleo se va a extraer de todas formas.
Fuente: MIT  Technology Review