El alma es internet,
imperio de libertad y conocimiento al alcance de todos, pero con sus
correspondientes riesgos, como el acoso, las fake news y el hackeo.
Los partidos
políticos recurren al Big Data desde ese almacén infinito que es internet,
donde se encuentran nuestros secretos, enfermedades y deseos. El voto sigue
siendo secreto, pero el votante está fichado y grabado en audios o vídeos, que
además pueden ser perversamente manipulados por potentes programas
informáticos.
Que la lucha del
poder también se decide en el ciberespacio se comprobó en las elecciones
Generales de 2016 que ganó el Partido Popular de Mariano Rajoy, después de
contratar a la agencia The Messina Group (TMG), famosa por asesorar a Barack
Obama, David Cameron o Mauricio Macri en sus campañas, y a la gurú digital de
la compañía, Isabelle Wright, que por cierto en España pasó bastante desapercibida
la noticia, dado el desconocimiento sobre las "bondades" del Big Data
aplicado a la política que había por aquel entonces en este país.
Y posteriormente
también ha ocurrido este año, en las primarias del PP, donde los candidatos
pelearon duramente en redes sociales, pero parece que Pablo Casado conectó
mejor con las generaciones anteriores a las redes sociales gracias al ingeniero
de telecomunicaciones Teodoro García Egea, hoy secretario general del PP, jefe
de campaña en las primarias que llevaron al poder a Casado, que acertó en la
táctica, que predijo los resultados y que conectó el PP a la tecnología Big
Data, según manifestó él mismo en la cadena de televisión “La Sexta”.
El Big Data no solo
analiza la psicología del consumidor y los perfiles del votante sino que marca
las pautas para manipular al electorado a su favor y en su propio beneficio,
por medio de campañas publicitarias, como ha ocurrido en las últimas elecciones
presidenciales en EEUU o en el Referéndum del Brexit en el Reino Unido,
afectadas ambas dos por el escándalo de Cambridge Analytica y Facebook.
Aquí planteo las siguientes interrogantes sin
resolver.
¿Es legítimo y ético
utilizar el Big Data para investigar el perfil de los votantes y así influir en
la opinión de los mismos?
En caso de respuesta afirmativa
¿Dónde queda el
derecho al honor, a la intimidad personal y familiar y a la propia imagen, garantizado
en el artículo 18 de la Constitución Española y protegido por la Ley Orgánica
1/1982, de 5 de mayo?
¿Y el Reglamento
General de Protección de Datos (RGPD) que entró en vigor el 25 de Mayo de 2018,
tampoco es de aplicación en este caso?
Por todo
lo expuesto lanzo la siguiente propuesta al Gobierno del Estado Español
Que tome las medidas
legales necesarias para impedir que ningún partido político, utilizando la
tecnología Big Data, se aproveche de datos personales, privados e íntimos de los
votantes, obtenidos por medios si no ilegales cuando menos poco éticos, para
influir en el electorado español en futuras elecciones.
Más información
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Elecciones
Generales 2016 http://www.elmundo.es/cronica/2016/07/03/57779fc0ca4741301d8b4609.html
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Referéndum
Brexit https://informaticayseguridad.blogspot.com/search?q=Cambridge+Analytica http://www.elmundo.es/internacional/2018/03/21/5ab1360ae5fdea16038b4603.html
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Elecciones
EEUU https://informaticayseguridad.blogspot.com/2018/04/facebook-que-son-87-millones-y-no-50.html
Fuente: El Mundo.es, La Sexta.com,
Abc.es