Recientemente, la
firma de seguridad Kaspersky acaba de detectar una nueva amenaza informática
que está infectando ordenadores por todo el mundo utilizando como medio de
distribución memorias USB. Esta nueva amenaza informática se basa en Windows
LNK, un malware que comenzó a funcionar en 2016 y que, a día de hoy, sigue
siendo una de las familias de malware más peligrosas.
Cuando la víctima
conecta la memoria USB al ordenador, este malware copia automáticamente un
troyano muy avanzado, e indetectable hasta la fecha, que automáticamente
empieza a minar criptomonedas utilizando el hardware de nuestro ordenador. En
un principio, este troyano no hace mucho más, no pone en peligro nuestros datos
ni secuestra nuestros datos, aunque el aumento de consumo del ordenador se
disparará, este funcionará más lento e incluso podría llegar a dañarse.
Cómo
protegernos del nuevo troyano que se distribuye a través de memorias USB
A pesar de que cada
vez tenemos mayores velocidades de conexión a Internet y el almacenamiento en
la nube es más accesible para todos, hoy en día podemos encontrar pendrives de
64 GB por menos de 20 euros, lo que hace que las memorias USB se sigan
utilizando muy a menudo para compartir archivos con otras personas, por lo que
para los piratas informáticos siguen siendo una fuente de distribución de
malware de lo más interesante, y debemos saber cómo protegernos.
Lo primero que
debemos hacer antes de conectar una memoria USB a nuestro ordenador es saber
exactamente su procedencia. Si la persona que nos la ha dado es de total
confianza podemos conectarla y, tras analizarla con un antivirus, podremos
utilizarla sin demasiada preocupación. Sin embargo, si la memoria USB viene de
un desconocido, de una persona de la que no nos fiamos o nos la hemos
encontrado, directamente debemos evitar conectarla a nuestro ordenador, ya que
no solo podemos poner en peligro nuestra seguridad, sino que incluso podemos
llegar a dañar físicamente el ordenador.
Otras medidas de
seguridad que siempre debemos tener en cuenta cuando usamos un USB para
compartir datos es hacerlo siempre con la máxima seguridad posible, es decir,
cifrando los datos que van guardados en la memoria de manera que, si esta cae
en manos de una persona no autorizada, esta no pueda acceder a los datos.
Perderemos el pendrive, pero nuestros datos estarán a salvo.
Es cierto que desde
2014 el número de infecciones a través de memorias USB ha disminuido
considerablemente, pero a día de hoy sigue superando los 100 millones de
infecciones anuales, todo por “fiarnos” de las memorias USB y no contar con
medidas de seguridad para ellas.
Fuente: gbhackers