Un reciente estudio de las diferentes agencias de protección
de datos europeas ha querido comprobar si la ley de cookies implantada hace
varios meses en Europa se cumple como debería para proteger la privacidad de
los usuarios o, de lo contrario, las empresas siguen utilizando prácticas “poco
morales” a la hora de rastrear a los usuarios y monitorizar su actividad.
Generalmente, la mayor parte de las cookies que generan estas
webs tienen una fecha de caducidad de entre uno y dos años, aunque algunas de
ellas también han sido configuradas con una fecha de 3 a 5 años. Durante el
estudio también se han podido descubrir algunas con una fecha de caducidad de
alrededor de 10 años y, para finalizar, incluso se han detectado algunas con
una fecha de caducidad del 31/12/9999.
De todas las cookies analizadas, sólo el 14% de ellas se
utilizaban para el inicio de sesión y eran responsabilidad de los dueños de las
respectivas páginas web. El resto de ellas se debían a otro tipo de contenidos,
por ejemplo, por la publicidad presente en las webs, quienes también generan
estos ficheros a fin de identificar a los usuarios y realizar un seguimiento de
los intereses de estos.
¿Qué podemos hacer para protegernos de las cookies?
- Sin
las cookies muchos servicios web dejarían de funcionar, por ejemplo, los
inicios de sesión o las búsquedas recientes de algunas plataformas, sin
embargo, existen plataformas y extensiones para los navegadores (por
ejemplo Do Not Track Me) que se encargan automáticamente de bloquear todo
tipo de intento de seguimiento que puedan ser utilizadas para rastrear
nuestra actividad, dejando únicamente habilitadas las necesarias para un
correcto funcionamiento de las webs.
- También
es recomendable borrar todos los datos de navegación de nuestro navegador
de forma periódica, ya sea desde las opciones del mismo como desde
aplicaciones de terceros como Ccleaner de manera que estos ficheros espía
queden eliminadas de forma definitiva, aunque al volver a acceder a
Internet se vuelvan a generar de nuevo en nuestro sistema.