23 de noviembre de 2015

CAMBIO CLIMÁTICO. Los efectos son más graves de lo esperado

Los deshielos del Ártico, Groenlandia y la Antártida Occidental y la interrupción de los patrones de circulación oceánica avanzan más rápido de lo previsto
En un artículo publicado la semana pasada en la revista Science, un grupo de investigadores liderados por Jeremie Mouginot de la Universidad de California en Irvine (EEUU) informó de que el glaciar Zachariae Isstrom, ubicado al noreste de Groenlandia, se está encogiendo a gran ritmo y "agravará el aumento del nivel del mar provocado por la capa de hielo de Groenlandia durante décadas".
 Este nuevo estudio también incluye una afirmación que se ha vuelto demasiado común en los trabajos científicos publicados sobre los efectos del cambio climático: el ritmo del deshielo de Zachariae Isstrom ha sido inesperado.
"Estamos observando cosas que no esperábamos ver tan pronto", dice Michael Mann, el director del Centro de Ciencias Terrestres de la Universidad Estatal de Pennsylvania (EEUU). Entre los ejemplos recientes que cita Mann están: la muy rápida desaparición del hielo del océano Ártico, las menguantes capas de hielo de Groenlandia y de la Antártida Occidental y la interrupción de los patrones de circulación oceánica detallada el año pasado en un trabajo del grupo de Mann de la Universidad Estatal de Pennsylvania. Todos estos cambios superan el ritmo previsto por los modelos actuales de cambio climático de uso común.
Dentro de la preparación de las negociaciones internacionales del cambio climático que arrancarán en París (Francia) el 29 de noviembre, estas observaciones suscitan una importante pregunta: ¿Cuán buenos son nuestros modelos del cambio climático y sus efectos?
Existen dos tipos de modelos climáticos de uso extendido. El primero incluye grandes y complicados modelos a escala planetaria que se aprovechan de unas capacidades de supercomputación de los principales institutos de investigación, generalmente conocidos como modelos de la circulación general atmósfera-océano. Por otro lado, hay modelos de más alta resolución que emplean informaciones de los modelos de circulación general para realizar cálculos a escala regional.
Alrededor del 40% de los modelos de circulación general se emplearon para el quinto informe publicado por el Panel Intergubernamental del Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés) en noviembre de 2014; son más precisos en las previsiones globales a largo plazo, incluida la medida clave de la sensibilidad climática –el nivel de calentamiento, medido por temperatura media global, que se producirá cuando la cantidad de carbono de la atmósfera se doble en comparación con los niveles preindustriales–. Los modelos más pequeños de alta resolución son mejores para examinar los probables efectos regionales del cambio climático.
Así que los modelos siguen mejorándose. Pero la mayoría de los científicos climáticos reconoce que existen límites: no importa lo sofisticados que se vuelvan nuestros modelos, siempre existirá un elemento de caos dentro del sistema climático de la Tierra que ningún superordenador podrá eliminar.
"Los modelos se están volviendo más precisos porque simulan muchos procesos de forma más realista", explica Reto Knutti, un profesor del Instituto para las Ciencias Atmosféricas y Climáticas de Zurich (Suiza) que fue uno de los principales contribuidores del quinto informe de la IPCC. "Pero, dicho esto, todo eso no ha ayudado realmente a disminuir la incertidumbre de las proyecciones de futuro".
Fuente: MIT  Technology Review