1 de julio de 2015

BIG DATA versus Verdad Absoluta

Los estudios han empezado a demostrar esta realidad. Los consumidores dan datos falsos. Los millennials ya lo están haciendo.
Según un estudio de Shop+, que recoge AdWeek, el 26% de los millennials da una fecha de cumpleaños falsa si con eso van a conseguir mejores ofertas en sus compras. La cifra es muy superior a la media generalizada de los adultos.
Pero no solo los millennials mienten en sus cumpleaños si con ello conseguirán mejores precios. También dan diferentes cuentas de correo electrónico si con ello pueden conseguir ofertas variadas (un 36% emplea ese truco), comparten cuentas premium para beneficiarse del servicio (un 36% comparte una cuenta de Amazon Prime para beneficiarse de los envíos gratis) o echan mano del borrar el historial de navegación (un 31% lo hace) para que sus vuelos les salgan más baratos.
En definitiva, los millennials mienten lo suficiente (y todo lo que sea necesario) si de ese modo logran hacerse con mejores ofertas y precios mejores en los productos que les interesan. Y obviamente no sienten remordimientos al pensar que las marcas están recibiendo una información que no es la más ajustada.
Pero las marcas no quieren que les mientan

  • Las marcas en realidad, las marcas no quieren que les mientan. Todos esos datos falsos no son solo basura cibernética sino que además funcionan como señales en el camino que llevan a un destino que no es el adecuado. Es como si le pides a una aplicación de mapas que te lleve por el camino más rápido a la playa y acabas en un basurero. No es absoluto lo que buscabas.
¿Cómo pueden evitar las marcas las mentiras de sus consumidores ?
  • En primero lugar, deberían esforzarse por dotar de valor a este esfuerzo. Es decir, los consumidores deberían sentirse recompensados por decir la verdad y las marcas deberían establecer una serie de estrategias para premiar la información verídica.
  •  Además, no se debe confiar únicamente en los consumidores. Las marcas tendrían que establecer fuentes de recolección de datos que no fueran únicamente las confesiones de los consumidores. Más que lo que dicen que quieren o que les gusta, las compañías deberían guiarse por lo que los clientes realmente hacen. Que sus hábitos de consumo reales sean la pauta que marca lo que las compañías hacen.
  •  Por otro lado, las marcas no se pueden quedar con una única fuente de datos. Optar por una única fuente de información es casi como un pasaporte hacia el error: las empresas tienen que tener varias fuentes de datos y cruzar unas con otras para poder establecer así la foto final real.
Fuente: Puro Marketing.com