7 de septiembre de 2018

CAMBIO CLIMATICO. Así es el plan de energía limpia que el resto del mundo debería imitar

California quiere que el 100 % de la electricidad que produce provenga de fuentes libres de carbono para 2045, con el objetivo cumplido al 50 % para 2016. Aunque no lo tendrá fácil, el estado, que representa la quinta economía del mundo, se convierte así en un referente en la lucha contra el cambio climático
California (EE. UU.) ha pisado el acelerador de su plan para consumir cada vez más energía limpia, mientras el Gobierno federal del país va deshaciendo las regulaciones climáticas previas.
Por la tarde del 28 de agosto, la Asamblea de California aprobó un proyecto de ley que exige que el 100% de la electricidad del estado provenga de fuentes libres de carbono antes del final de 2045. Con esta medida, el estado pone en marcha una de las políticas de energía limpia más ambiciosas del mundo. Así lo confirma el economista de energía y abogado de la Institución Científica de Carnegie (EE. UU.) Danny Cullenward, que califica el esfuerzo como "la ley climática más importante en la historia de EE. UU.", dado el tamaño de la economía del estado.Pero su impacto sobre las emisiones globales y los riesgos climáticos será insignificante, a menos que el resto del mundo actúe de manera similar. No obstante, California se está convirtiendo en un terreno de pruebas de lo que sería técnicamente posible, proporcionando un mercado masivo para implementar las tecnologías de energía limpia y construyendo un conjunto de conocimientos que otros estados y naciones podrían aprovechar, según el economista de energía de la Universidad de California en Berkeley (EE. UU.) Severin Borenstein.
El experto sostiene: "Estamos demostrando que es posible operar una red con altos niveles de energías renovables intermitentes. Es algo que se puede exportar al resto del mundo".
Las acciones de California chocan mucho con la política federal del presidente Trump, que se retiró del histórico Acuerdo climático de París (Francia) seis meses después de asumir el cargo. Entre otras cosas, el Gobierno de EE. UU. está intentado rebajar la ambición del Plan de Energía Limpia de Obama, apoya a la industria del carbón y da marcha atrás a las normativas sobre las emisiones de los vehículos mientras revoca la capacidad de estados como California a establecer regulaciones propias (ver California responde a los recortes energéticos de Trump con un ambicioso plan independiente).
El hito del 50 %
El nuevo proyecto de ley de California, conocido como SB100, todavía tendrá que volver al Senado para que apruebe los cambios realizados desde que el año pasado se aprobara con bastante margen, pero eso no será un obstáculo.
La SB100 también acorta el plazo anterior para alcanzar el 50 % de energías renovables, adelantándolo de 2030 a 2026. Sin embargo, los reguladores de California han expresado que los principales servicios públicos del estado podrían alcanzar ese hito incluso en 2020. Destacan que la transformación de la energía se ha desarrollado a un ritmo muy rápido desde que el estado implementó sus reglamentos renovables en 2002. (De hecho, California ya estaría más allá del umbral del 50% si la definición legal del estado incluyera fuentes de electricidad sin carbono como la energía nuclear y las grandes centrales hidroeléctricas).
Borenstein sostiene que el estado no siempre ha escogido los caminos más rentables, y señala que los consumidores todavía están pagando unas tasas infladas a causa de los primeros contratos de energía eólica y solar, que resultaron excesivamente caros. No obstante, lo más importante es que esta transformación acelerada se produjo sin destrozar la floreciente economía de California. El PIB del estado aumentó en casi 110.000 millones de euros el año pasado, convirtiéndose en la quinta economía más grande del mundo.
La pregunta crítica ahora es: ¿Podrá la red del estado obtener el 100% de energía limpia de forma asequible y fiable? (ver El desorbitado precio de cargar el mundo con energía 100 % renovable).
El problema del otro 50 %
Muchos expertos en energía creen que será mucho más difícil y caro conseguir la segunda mitad de la energía limpia de California que la primera (ver Construir un mundo 100% renovable podría ser inviable económicamente).
En 2002, California empezó su escalada renovable con una buena fracción existente de energía eólica, geotérmica, hidroeléctrica, de biomasa y solar térmica. A partir de ahora, cada punto porcentual extra de energía limpia se tendrá que construir desde cero. Además, el estado planea cerrar su última fábrica nuclear en los próximos años, lo que le quitaría una fuente libre de carbono que proporciona aproximadamente el 10 % de la electricidad del país.
Pero tal vez el reto más difícil es que la producción de fuentes renovables como la eólica y la solar varía mucho según el día y la época del año. A medida que las energías renovables representen una porción más grande del mix de generación total de electricidad del estado, lidiar con la intermitencia podría ser cada vez más caro y difícil.
"El esfuerzo para alcanzar el último 20 % podría ser tan grande como el del primer 80 %", escribió en un correo electrónico la exdirectora adjunta del Laboratorio Nacional Lawrence Livermore (EE.UU.) Jane Long, quien ha estudiado de cerca la combinación de tecnologías que se podría necesitar para cumplir con los objetivos de emisiones de California.
Entre otras cosas, conseguir ese último tramo de renovables podría requerir costosas inversiones en almacenamiento energético, ampliaciones políticamente complicadas de la infraestructura de transmisión o una mayor dependencia de las otras fuentes libres de carbono más polémicas, como las fábricas nucleares avanzadas y las de combustibles fósiles junto con captura de carbono.
La clave está en la flexibilidad
Un detalle crucial del proyecto de ley de California consiste una definición más amplia sobre las fuentes de energía limpia que la de las normativas estatales anteriores. De hecho, el texto se refiere a "recursos de cero carbono" en lugar de a "renovables". Esto significa que se podrían incluir esas tecnologías u otras que aparezcan en los próximos años.
Long afirma que la clave del estado para alcanzar los objetivos será la flexibilidad. También es probable que se requiera la innovación tecnológica adicional, que podría incluir el desarrollo de una tecnología de almacenamiento estacional y asequible para producir combustibles neutros en carbono, añade.
Algunos son más optimistas. El director del Laboratorio de Energía Renovable y Apropiada de la Universidad de California en Berkeley (EE.UU.), Daniel Kammen, opina que alcanzar los objetivos de California no será más difícil. Entre otras cosas, cree que seguramente veremos los necesarios avances en el almacenamiento de energía en los próximos años y sostiene que el estado aún obtendrá más beneficios, como el uso de vehículos eléctricos para distribuir el almacenamiento.
Además, Kammen comenta que aumentará la tendencia a adoptar "estilos de vida bajos en carbono", sobre todo en los más jóvenes en las próximas décadas. El plan del estado a futuro consiste en crear ciudades con mayor densidad urbanística y un buen transporte público en lugar urbes repletas de viviendas unifamiliares y automóviles.
Fuente: MIT technology Review