El hombre más rico del mundo considera que
"para el año 2035, casi no quedará ningún país pobre". Han sido
palabras de Bill Gates y su esposa Melinda en la carta anual que publican en la
web de la Fundación Bill y Melinda Gates. Este año han lanzado un mensaje de
optimismo apoyado con algunos datos, exponiendo lo que consideran tres mitos
sobre el desigual reparto de la riquieza en el mundo: "Los países pobres
están condenados a seguir siendo pobres", "la ayuda exterior es un
despilfarro" y "salvar vidas contribuye a la superpoblación".
El primer "mito" al que se refiere
Gates es que "los países están condenados a seguir siendo pobres",
mientras que otros se enriquecen a su costa. Según él, los textos y libros que
defienden esta hipótesis parten de una "premisa falsa" porque
"los ingresos y otros indicadores de bienestar humano están aumentando en
casi todos los lugares del mundo, también en África".
El fundador de Microsoft explica que el
porcentaje de población extremadamente pobre se ha reducido a menos de la mitad
desde 1990. Poniendo como ejemplo la evolución de la Ciudad de México, Nairobi
o Shangai, Gates piensa que los países deberían dejar de dividirse en países
desarrollados y en vías de desarrollo para empezar a catalogarse según sus
ingresos -altos, medios y bajos-.
Así, para el año 2035, Gates vaticina que
"casi no quedará ningún país pobre en el mundo", según la
"definción actual" de pobreza. Para ese año, todos los países
sudamericanos, asíaticos y centroamericanos (con la posible excepción de Haiti)
serán naciones de ingresos medianos porque sacarán el máximo partido a los
avances en materia de salud y agricultura de países actualmente productivos, e
incluso se unirán a la revolución digital.
El segundo "mito" lleva el título
de "la ayuda exterior es un despilfarro". Este punto preocupa
especialmente a Gates, que piensa que esta clase de pensamientos cuando son
publicados en la prensa "dan una excusa a los políticos par intentar
recortarla". Un recorte de este tipo se traduce para el magnate
tecnológico en menos vidas salvadas y que a los países les lleve más tiempo
conseguir la autosuficiencia.
Para el tercer y último "mito",
"salvar vida contribuye a la superpoblación", la esposa del fundador
de Microsoft Melisa Gates ha querido señalar que es un "comentario
habitual" en los perfiles de la Fundación en las redes sociales. Como no
podía ser de otra manera, Melisa desmiente esta leyenda explicanco la relación
existente entre las tasas de natalidad y de mortalidad infantil de los países.
La mujer de Gates explica que "salvar
vidas no contribuye a la superpoblación. De hecho todo lo contrario". En
países donde el las tasas de mortalidad infantil (TMI) son altas, las mujeres
tienden a tener más hijos, mientras que si la TMI es medianamente baja, las
mujeres tienden a engendrar menos vástagos.
Una TMI baja junto a una tasa de natalidad
reducida, hace que las poblaciones envejezcan y aumente automáticamente la tasa
de mortalidad en adultos, es decir, hacer que la tasa de mortalidad infantil se
reduzca no genenerará de ninguna manera directa la superpoblación a la que
algunos sectores parecen temer tanto.
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información
Bill & Melinda Gates Foundation
Fuente:
Europa Press