El "EEUU primero" de Donald Trump
podría tener que enfrentarse a la espinosa realidad de que la mayor parte de
los robots industriales vendrán de China
Desde plataformas petolíferas hasta granjas, cada vez más
empresas y sectores en Estados Unidos están incorporando trabajadores
robóticos. Eso significa costes más bajos para las empresas, pero también
podría suponer una situación incómoda para el nuevo presidente de Estados
Unidos. La defensa de los negocios y el populista "Estados Unidos
primero" de Donald Trump tendrán que enfrentarse al hecho de que muchas de
estás máquinas están hechas en China.
Los robots tienen una larga experiencia en la producción
de productos complejos como automóviles y electrónica de consumo. Sin embargo,
y a medida que su función en los entornos manufactureros sigue extendiéndose,
cada vez están llegando a ámbitos más inesperados. Según Bloomberg, por
ejemplo, los pozos petrolíferos se están automatizando cada vez más. Son los
robots los que se encargan de unir pesadas tuberías a medida que se introducen
en el pozo. Una empresa petrolífera asegura que los pozos que antes necesitaban
20 trabajadores para funcionar pronto podrían hacerlo con cinco.
Mientras tanto, el coste cada vez mayor de la mano de la
obra está llevando a algunos agricultores de cultivos intensivos -como las
frutas y las verduras frescas- a incorporar robots. Como informan tanto Forbes
como Bloomberg, los sistemas robóticos pueden utilizarse en la actualidad para
recoger las cosechas o entresacar los plantones y, a pesar de sus altos costes
iniciales, luego no exigen sueldo mínimo. También la industria minera está
experimentando cambios similares.
Todo parece indicar que están en peligro muchos puestos
de trabajo. Aunque es cierto que muchos perfiles tradicionales desaparecerán a
causa de los robots, un informe reciente sugirió que probablemente falte
todavía un tiempo antes de que los robots engullan los trabajos humanos en
masa.
En lugar de centrarse en la automatización en sí, Estados
Unidos podría elegir preocuparse por el origen de estos robots. Como señala el
periodista Farhad Manjoo en el New York Times, muchas de las máquinas que se
utilizarán para automatizar los puestos de trabajo en Estados Unidos estarán
fabricadas en China. EEUU no ha invertido a gran escala en el desarrollo de
robots comerciales e industriales, pero China ha estado muy ocupado
construyendo un ejército de ellos.
Manjoo argumenta que el presidente Trump haría bien en
trabajar para aumentar la inversión en las empresas estadounidenses que
fabriquen robots industriales. Pero eso no terminaría de encajar con su
objetivo declarado de impulsar y proteger el crecimiento del empleo. En su
lugar, Trump podría tener que enfrentarse a la paradoja de que su deseo de
ayudar a las empresas de Estados Unidos se construirá, al menos en parte,
gracias a robots chinos. Y necesitará algo más que un muro para impedir la
entrada de estos trabajadores robóticos.
Fuente: MIT Technology Review