La mitad de los estadounidenses no están, a día de hoy,
casados, según un estudio de un economista y que compara la cifra con los años
70
Para empezar, la idea de casarse es cada vez menos
popular. La mitad de los estadounidenses no están, a día de hoy, casados, según
un estudio de un economista y que compara la cifra con los años 70 (cuando los
solteros eran el 37% de la población). Como señalan en BusinessWeek, la
situación es algo más que una nota curiosa sobre demografía, también es una marca
de cambio en la economía. Los solteros, viviendo solos, son menos dados a
ciertos patrones de consumo (como por ejemplo comprarse una casa e hipotecarse)
y más débiles ante los cambios (quedarse en paro es más sangrante porque no
tienen en quién apoyarse) aunque más abiertos a otros (como la flexibilidad
geográfica laboral) y más eficaces a la hora de tomar decisiones de cambio
(pueden, por ejemplo, ajustar su presupuesto con menos problemas).
Este cambio sociológico (el Edward Yardeni los ha
bautizado como 'selfies') también implicaría cambios en los ratios de natalidad
(los solteros solos son menos abiertos a tener hijos) y en los productos y
servicios en los que están dispuestos a invertir.
Estados Unidos se acerca así a la realidad demográfica
del norte de Europa, donde los solteros son una parte muy importante de los
totales de la sociedad desde hace algún tiempo. En París o en Estocolmo, los
hogares con solteros superan la mitad. En España, la estadística ha demostrado
en las últimas décadas una tendencia más o menos parecida: cada vez se casa
menos gente (y si lo hace lo hace por lo civil) y lo hace a una edad más
tardía. En 30 años, la tasa de nupcialidad ha bajado hasta la mitad.
El auge de los solteros como consumidores ha generado
productos y servicios durante los últimos años, desde los cruceros y viajes
para solteros que siempre consiguen una noticia en los telediarios de verano
hasta el boom de todo lo que se centra en la individualidad. Los singles han
sido cortejados por las marcas porque gastaban más, pero lo cierto es que a
medida que se convierten en el punto más fuerte de la estadística demográfica a
las marcas no les quedará más remedio que dirigirse directamente a ellos.
Fuente: Puromarketing.com