3 de octubre de 2018

El nobel de Medicina premia a los padres del tratamiento estrella del cáncer

James Allison y Tasuko Honjo ganan el premio por su contribución a la inmunooncología
El biólogo estadounidense James P. Allison y el médico japonés Tasuko Honjo tienen mucho más en común que el último premio Nobel de Medicina que ayer les concedió la Academia Nobel. Ambos conocen al enemigo desde dentro porque fueron enfermos de cáncer o lo vivieron muy de cerca en sus seres queridos. Pero también porque llevan años defendiendo la inmunoterapia, una estrategia contra el cáncer que no siempre gozó de la popularidad que hoy tiene.
El Instituto Karolinska de Estocolmo celebró ayer la concesión de este nobel de Medicina por la participación de los dos científicos en un hallazgo que «constituye un hito en la lucha contra el cáncer».
Una idea centenaria
La inmunoterapia, en lugar de atacar directamente las células tumorales como hace la quimioterapia tradicional, sesirve de las defensas naturales del organismo (linfocitos) para combatir las células cancerosas. La idea lleva más de cien años dando vueltas, aunque hasta la década de los años 60 del siglo XX no fue tomada en serio.
En el camino muchos investigadores se desanimaron. No lo hicieron ni Allison ni Honjo. Este investigador de la Universidad de Texas y del MD Anderson Cancer vio que bloqueando una molécula llamada CTLA-4 se desencadenaba una reacción inmune capaz de destruir de manera específica las células tumorales. Solo tres años después de dar este paso en el laboratorio se aprobó ipilimumab de la farmacéutica Bristol-Myers Squibb. Fue el primer fármaco oncológico basado en la actividad del sistema inmune contra el melanoma, el cáncer de piel más agresivo. En este tumor de tan difícil manejo, el fármaco consiguió mantener con vida a enfermos melanoma metastásico que nunca hubieran sobrevivido más allá de un año. Después llegaron nuevos medicamentos y combinaciones de tratamientos inmunoterápicos.
Una recuperación «milagrosa»
En una entrevista, concedida a ABC tras recibir el Premio de la Fundación BBVA Fronteras del Conocimiento, Allison recordaba el caso de una mujer de 22 años con melanoma y metástasis «en todas partes» y sin esperanza. «Se la incluyó en un ensayo clínico de inmunoterapia y desaparecieron sus tumores. Años más tarde me envió fotos de su primer y segundo hijo. Ya han pasado 14 años desde entonces. Los médicos le desaconsejaron que tuviera hijos pero ella mandó el melanoma al infierno y decidió seguir su vida. Ella misma dice que está curada y la verdad es que no hay células tumorales en su organismo», recordaba. Y pese a todo le reprochaban: «¿Cómo vas a tratar el cáncer sin tratar en realidad el cáncer?. «Esto era la belleza del tema», contaba.
En el caso del médico japonés , su aportación fue descubrir la PD-1, una proteína de las células del sistema inmune que impide atacar a los tumores. Este hallazgo en combinación con el de Allison ha permitido perfeccionar la inmunoterapia. No solo para neutralizar el cáncer de piel, sino el de pulmón, riñón o de mama.
Fuente: abc.es