Al partido popular y Vox, bien parece que de repente les han entrado las prisas por adelantar las elecciones generales, pero llevan así desde la investidura del Presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, siendo el objetivo de esta persecución la deslegitimación del gobierno socialista.
Muchos dicen que, la manipulación actual de la voluntad popular, por parte de los partidos políticos de derecha extrema y ultraderecha (de orígenes falangistas la mayoría de ellos) que "no es corrupción" ni que por medio de redes sociales, se lancen mensajes de odio, embustes, falsedades y acusaciones infundadas (aplicación del manual nazi/fascista a raja tabla) pues a mi juicio, sino lo es, mucho se le parece, porque raro es el partido político que en sus filas no cuenten al menos con un piernas, que empieza en política viviendo en una buhardilla y sale viviendo en un casoplón (léase Iglesias, Feijóo, Ayuso, Abascal, etc..) Casualidad no, artista de las finanzas, que cuando sin interferencias dejan trabajar a la UCO (Unidad Central Operativa de la Guardia Civil) normalmente, independientemente de la tendencia política del partido, dichos artistas terminan en la cárcel (siempre y cuando, los referidos informes de la UCO sean veraces y rigurosos)
Tras
ser descubierto el presunto de delito de corrupción, viene las dos formas de
actuar de los partidos políticos, bien colaborando con lo justicia para poder
probar el delito, caso del Gobierno progresista actual de Pedro Sánchez, o todo
lo contrario, tapando a los corruptos negándose a colaborar con la Justicia,
caso del PP o Vox.
Si
son los socialistas quienes se ven afectados por la corrupción, en todos los
casos el PSOE actual además de colaborar con la justicia, después de una investigación
interna, normalmente terminan expulsando al militante o militantes afectados por
dicho delito, cuando existen pruebas fehacientes al respecto.
Sin
embargo, caso sea el partido popular o Vox quienes están afectados por casos de corrupción, arrastran los pies para posponer la
decisión de expulsarlos del partido y dan martillazos a los ordenadores para destruir pruebas que les incriminen. Haciendo memoria y acosta de equivocarme,
tenemos el caso de Bárcenas, que a mi juicio, supuestamente, al PP de Rajoy del “se
fuerte Luis” le limpió cerca de 40 millones de euros, que en 2010 se fue del partido, cinco minutos antes que le echasen, pues había sido imputado un año antes por el caso Gürtel sobre financiación ilegal del PP. O está el caso de Rato inmerso
en un carrusel de causas penales, y que hasta el 2014 no fue expulsado.
Por
otra parte, también en el PP, tenemos a la intocable Ayuso, donde familia y afines se convirtieron
de la noche a la mañana en millonarios, gracias a “sus dones para las finanzas”.
Y aunque la justicia diga, no influyó en ello que su familia formase parte del
entorno cercano de la presidenta madrileña, con todo respeto permítanme lo ponga
en cuarentena (también lo puso en duda Casado, anterior líder del PP, por lo cual le echaron, obligándole a dimitir). Vamos, un ejemplo de transparencia no parece que
sea el PP. Pero lo más grave de la corrupción en Madrid, es que la nefasta gestión por parte de su presidenta, de las residencias de mayores de la Comunidad de Madrid, causase 2.791 ancianos
fallecidos, sin asistencia médica ni hospitalaria, gracias al protocolo de la vergüenza
por ella autorizado. Y no solo no la echaron del PP, sino que ahora, se postula
para dar el salto a la Moncloa, sin golpe de estado ni nada, sino le hace falta,
pues todos los corruptos de España la apoyan. Faltaría más, con esos mimbres.
Y al último caso sangrante del PP, al que me quiero referir, es al caso del todavía Presidente de la Comunidad Valenciana, Carlos Mazón, que justo el día que se estaban ahogando 228 personas en Valencia, estaba celebrando un día de vino y rosas en el restaurante del Ventorro, que no sabemos si tuvo final feliz, ya que tanto él, como el PP Valencia, se niegan a decir donde estuvo en las horas más tristes de la historia de Valencia, pero está claro que en su puesto no. Y no solo no fue expulsado del partido, sino que ahora, el todavía líder del PP, hace manitas con él por los votos de los compromisarios valencianos necesarios para conservar la poltrona como líder del partido popular. Y es que merecido lo tiene, porque dejar a los corruptos que sigan trincando (la divisa del PP) sigue teniendo premio tanto para Ayuso como para Feijóo.
Después de PP y Vox, viene el fuego amigo de los resentidos del PSOE (que mal perder tienen) que son bien conocidos por viejos casos de corrupción del partido, que entre otros temas, hablan de terrorismo de estado (los Gal) y de financiación ilegal del partido (Filesa) Y que ahora, “a buenas horas mangas verdes” vienen dando lecciones de democracia. ¿Dónde estaban los valores de Guerra y González cuando despidieron a Vera y Barrionuevo antes de entrar a la cárcel estos?
¿Y en aquellos tiempos, Page y Lambán, también salían en prensa y televisión, pidiendo el adelanto de elecciones a Felipe González? Pues si bien es cierto que la hipocresía tiene más adeptos que la honestidad, tápense un poco hombre, que ahora, además de los jarrones chinos, están las hemerotecas, internet y las IA.
Y
por último tenemos a la izquierda radical de Podemos, que visto lo visto, les quedan dos telediarios como partido político. Ahora se han quitado la carreta, y han decidido valerse de mensajes catastrofistas y de odio, a fin de echar un órdago al Gobierno,
para en un doble o nada, jugárselo todo a la carta del sorpaso en una nuevas elecciones. Pero eso será
hasta que se den cuenta, que el PSOE es un acorazado muy difícil de hundir, y
tengan que girar el timón hacia una alianza con Sumar sino quieren ser ellos los que
desaparezcan, porque el destino de Podemos en solitario está escrito y es el mismo de Ciudadanos.
Caso contrario le pasa al PP en su alianza con Vox, que cuando llegan las elecciones, se separan. Y en cuanto pasan, se rejuntan para lograr elegir siempre al candidato del partido popular en la autonomía o ayuntamiento correspondiente. Aunque considero que en las siguientes elecciones autonómicas o locales, si fuese necesario un pacto entre PP y Vox, sería en igualdad de condiciones, es decir, la mitad de presidentes autonómicos o alcaldes, para cada uno de ambos partidos.
Menos en las generales, porque Feijóo, por ser Presidente del gobierno "mata" y seguro que vendería su alma al diablo o canjearían cualquier presidencia autonómica a Vox (incluso Madrid) a cambio de los votos de los ultras, para lograr la Presidencia del gobierno.
¡Ay! Que bien le vendría a Feijóo la cabeza política de Pedro Sánchez, para el aquelarre del PP de este mes, pues tengo entendido que al líder de la oposición le quedan los mismo telediarios que a Podemos, pues sin saberlo, el líder del PP, ha unido su futuro político al de Mazón.
Finalmente, en el Anexo siguiente quería hacer mención a la corrupción en Vox. Y como no tengo ganas de escribir más, por gentiliza del periódico digital “publico.es” tomo prestado el magnífico artículo de Amanda García, que expone a la perfección, hechos e ideas al respecto.
Fuente:
Redacción
ANEXO
Anticorrupción remata la década de opacidad y escándalos de las cuentas de Vox
Desde
las donaciones en su generación, a la sanción del Tribunal de Cuentas, la
financiación del partido de ultraderecha lleva años en entredicho.
"Vox
incumple la ley de partidos. Sus cuentas anuales son aprobadas por el
presidente, Santiago Abascal, y su amigo y gerente, Enrique Cabanas, en un
despacho o en cualquier hotel de lujo de Madrid". "Hay opacidad y un
oscurantismo deliberado". "Se escudan en el crowdfunding para generar
presuntos ingresos de micro-donaciones, yo lo califico de pitufeo (una modalidad
de blanqueo). Ningún fiscal ha tomado cartas en el asunto, pero debería".
Así
lo denunció el exvicepresidente de Vox, Juan Jara, en El País en el 2018. Un
lustro más tarde era Macarena Olona quien volvía a denunciar turbiedad en las
cuentas de la formación de extrema derecha: "Se han desviado en cuatro
años siete millones de euros a una fundación privada en la que se ha colocado
como presidente vitalicio a Santiago Abascal Conde con nombre y apellidos
(...)". "Apesta a corrupción", dijo en una entrevista en Radio
Nacional en el año 2023, después de su abrupta salida del partido y en plena
guerra con Abascal.
Siete
años después de las acusaciones de Jara y menos de dos de las de Olona, la
Fiscalía Anticorrupción ha abierto una investigación contra el partido de
Abascal por financiación ilegal. Lo ha hecho a raíz de una denuncia del PSOE,
pero las cuentas de Vox llevan una década bajo la lupa. Solo las informaciones
periodísticas y el Tribunal de Cuentas han arrojado luz al respecto.
El préstamo húngaro
El
15 de septiembre de 2024, el diario El País publicó que Vox había recibido un
préstamo de 9,2 millones de euros para la campaña de las elecciones generales
de 2023 de un banco cuya identidad ocultaba en su balance anual de cuentas. La
explicación oficial del partido de Abascal, según recogió el citado medio, fue
que se ocultaba el nombre del banco para "no contribuir a la
demonización" de ninguna entidad financiera. Dos semanas después, Vox
reconoció que el préstamo vino de un banco húngaro, Magyar Bankholding (MBH),
del que uno de los principales accionistas es Lörinc Mészáros, magnate y amigo
íntimo de Viktor Orbán. Los créditos —fueron dos, uno para las municipales y
otro para las generales— se concedieron en 2023 y un año después, en julio de
2024, Abascal tomó la decisión de abandonar su grupo en el Parlamento Europeo
—Conservadores y Reformistas (ECR), en el que estaba y está Giorgia Meloni—
para formar parte del nuevo grupo de extrema derecha, Patriotas de Europa. De
hecho, fue nombrado presidente de ECR pese a que el líder político del
eurogrupo es el presidente húngaro.
La
ley de financiación de los partidos políticos establece la obligación de dar
publicidad a "la cuantía de los créditos pendientes de amortización, con
especificación de la entidad concedente, el importe otorgado, el tipo de
interés y el plazo de amortización". Anticorrupción está investigando
estos préstamos, una de las patas de la denuncia del PSOE.
Las "huchas"
La
otra tiene que ver con una dinámica del partido con la que captaban ingresos.
Según publicó elDiario.es, en las mesas informativas que Vox despliega a lo
largo del país se incorporaban "huchas" o "cajas de
caudales" a través de las cuales el partido podría estar ingresando
pequeñas cantidades de dinero no superiores a 300 euros como parte de los
ingresos por venta de merchandising sin identificar a los donantes. Las
donaciones anónimas a partidos políticos están prohibidas por la ley de
financiación de partidos. Para Vox, se trata de “una cosa tan sencilla” como
permitir que quienes quieran “colaborar” con el partido a a través de su
merchandising lo hagan. Así lo dijo esta semana su portavoz nacional, José
Antonio Fúster, que calificó de “campaña orquestada” la investigación de
Anticorrupción.
Nacido entre donaciones sin transparencia
Lo
cierto es que las donaciones han estado detrás de la conformación de Vox desde
el inicio. Como contó este periódico, a lo largo de ese año —nació a finales de
2013—, Vox recibió 964.892 euros en concepto de "donaciones y
legados"; en 2015 esa cifra fue de 462.712 euros, mientras que en 2016
bajó a los 216.697 euros y en 2017 a los 189.763 euros. En total, en esos tres
años recibieron 1.834.064 euros. El ex vicepresidente de Vox, Juan Jara, llegó
a afirmar a través de una carta que tales ingresos (se refería concretamente al
medio millón de euros recibidos en 2015) eran "deliberadamente genéricos y
ambiguos y no cumplen con la ley de partidos políticos en materia de donaciones
en cuanto a transparencia".
En
2019, la exportavoz en la Comunidad de Madrid Rocío Monasterio reconoció que en
aquellos años —durante la etapa de Alejo Vidal-Quadras al frente del partido—
recibieron donaciones "particulares" del exilio iraní.
Sanción del Tribunal de Cuentas
Hace
menos de un año, en julio de 2024, el Tribunal de Cuentas ya sancionó a Vox con
una multa de 233.324,22 euros por financiación irregular. El órgano
fiscalizador consideró que el partido de Abascal cometió dos infracciones
continuadas muy graves contra la Ley Orgánica de Financiación de Partidos
Políticos (LOFPP). Castigó así la recolección de donaciones finalistas,
prohibidas expresamente por la ley, para financiar la querella contra el
expresident de la Generalitat, Quim Torra, y para abonar la fianza de un joven
procesado por la muerte de un ladrón.
Diputados de Vox ocultaron sobresueldos
Tal
y como informó Público, más de un tercio de los parlamentarios de la extrema
derecha ocultaron al Congreso información para detectar conflictos de
intereses, incumpliendo así el el Código de Conducta de las Cortes que obliga a
informar de las actividades que se han realizado en los últimos cinco años o de
las entidades a las que han donado dinero.
Además,
en las declaraciones de bienes presentadas ante la Cámara Baja altos cargos del
partido ocultaron sobresueldos del partido. Según publicó elDiario.es, en el
año 2023, entre Abascal, Ignacio Garriga, Javier Ortega Smith, María Ruíz
Solas, Jorge Buxadé, Enrique Cabanas, Pablo Sáez Alonso, Manuel Mariscal, Rosa
Cuervas, Montserrat Lluís, Javier Cortés e Ignacio Hoces se repartieron
646.522,19 euros del partido.
Vox
sigue creciendo en las encuestas, consolidándose como tercera fuerza política
con más del 14% de los votos. Sin embargo, detrás de este posible tirón
electoral se esconde una crisis interna cada vez más evidente, marcada por
tensiones y salidas de figuras clave del partido.
La
principal causa de esta crisis radica en el funcionamiento autoritario de la
formación, que ha generado descontento y ha llevado a numerosos militantes y
dirigentes a abandonar sus cargos. Durante los últimos meses, el partido de
Santiago Abascal ha sufrido la pérdida de miembros de alto perfil: la dimisión
de Juan García-Gallardo ha sido la más reciente. Su salida pone en evidencia
las crecientes fisuras que atraviesan la estructura interna de Vox.
Paralelamente
a estas disputas internas, Vox continúa fortaleciendo sus vínculos en el ámbito
internacional, especialmente europeo. La internacional ultra escenifica su
poder este 8 de febrero, cuando se celebra un cónclave bajo el paraguas de
Patriots, un encuentro que aglutina a partidos de derecha radical de toda la
Unión Europea. Este evento no solo subraya la apuesta de Vox por una proyección
internacional más marcada, sino que también revela la doble estrategia del
partido: consolidar su base electoral mientras refuerza sus alianzas más allá
de España.
Disenso
La
otra gran laguna en las cuentas de Vox tiene que ver con la fundación Disenso.
En los últimos tres años el partido ha traspasado nueve millones de euros a la
fundación que preside Abascal y que él y Kiko Méndez Monasterio han usado para
impulsar sus alianzas internacionales, sobre todo en Latinoamérica. El dinero
se usa principalmente para gasto de personal y está muy por encima de lo que
reciben otras fundaciones vinculadas a partidos políticos.
Así,
la financiación del partido de extrema derecha lleva una década sorteando la
falta de transparencia de los que sus dirigentes se defienden negándolo todo y
denunciando una maniobra del Gobierno y de la oposición del Partido Popular.
Fuente:
Publico.es