28 de marzo de 2023

ESPAÑA. El Congreso votará la reforma de las pensiones. Consecuencias favorables de dicha reforma.

 Este jueves, el Congreso de los Diputados, votará la propuesta de la reforma de las pensiones, que tanto necesita este país, y que tanto PP como Vox, como no podía ser de otra manera, se preparan para votar en contra con excusas de mal pagador.

Medidas fundamentales de la reforma española de pensiones 

La semana de mitad de este mes fue crucial en Europa para una de las aristas principales del Estado del bienestar de varios países: las pensiones.

 Dos países vecinos y fronterizos, como son España y Francia, han tenido dos procesos de negociación y tramitación bien diversos. Mientras que, en el país de la Gran revolución, los franceses han salido a manifestarse a las calles y han organizado huelgas en sectores clave como el transporte y la energía; en España la negociación se ha llevado a cabo en silencio y sin visibilidad para los ciudadanos españoles, que se encuentran ensordecidos por la crispación y el ruido político desatado por temas más mundanos.

La cuestión de las pensiones es de especial relevancia para el desarrollo democrático, pero también para la Comisión Europea (CE). Tanto es así que el cuarto pago del fondo de recuperación y resiliencia de la Unión Europea (UE) se encuentra ligado a la reforma de las pensiones de los países que necesiten convertir su sistema en sostenible.

Aunque no es de extrañar que el PP y Vox  estén en contra, puesto que según su lógica, lo que es bueno para los trabajadores es malo para los empresarios y por tanto para las populismos de derechas que siempre se benefician de la bronca social y de la inflación, como hicieron derecha y extrema derecha en el siglo pasado, y ahora quieren volver a repetir.

Una apuesta por los ingresos en el sistema público

El jueves 16 de este mes, el Consejo de Ministros del Gobierno aprobaba el Real Decreto-ley de medidas urgentes para la ampliación de derechos de los pensionistas, la reducción de la brecha de género y el establecimiento de un nuevo marco de sostenibilidad del sistema público de pensiones. El texto es resultado de un acuerdo con los sindicatos CCOO y UGT, parte de las recomendaciones del Pacto de Toledo de 2020 y se ha llevado a cabo bajo el marco del Componente 30 del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia. “Las medidas garantizan el poder adquisitivo de todas las pensiones y se establecen subidas adicionales para los pensionistas más vulnerables, refuerza los ingresos del sistema público, especialmente en los años en los que el sistema tiene que soportar un mayor reto demográfico, y diseña un modelo más justo para las personas que han tenido una carrera profesional no lineal, una situación que hasta ahora suponía una merma desproporcionada a su derecho de pensión”, señalan en Moncloa.

La reforma del sistema español de pensiones, publicada en el BOE desde este mismo viernes, se caracteriza principalmente por reforzar los ingresos de la Seguridad Social. En primer lugar, las bases máximas de cotización (la referencia que toma la Seguridad Social para calcular cuánto tienen que pagar las empresas en base al salario de sus trabajadores) subirán anualmente con el IPC más una cuantía fija de 1,2 puntos entre 2024 y 2050. Esto implicará un aumento acumulado del 38% hasta 2050, logrando incrementar la financiación a la Seguridad Social. Para no crear un desequilibrio y una brecha entre ambas, también subirán las pensiones máximas, pues se revalorizarán desde 2025 con el IPC anual más un alza adicional cada año del 0,115%, logrando una subida del 3% hasta 2050. A partir de 2051 y hasta 2065, se producirán alzas adicionales para que en 2065 la pensión máxima haya subido de manera acumulada un 20%. A partir de ese año, se valorará la posibilidad de ir a un incremento total del 30%.

Por otra parte, se ha creado una cuota de solidaridad para los salarios más altos que se encuentren por encima de la base máxima. Esta medida tendrá un componente distributivo, que se desplegará progresivamente desde cuotas de alrededor del 1% en 2025, hasta alcanzar valores alrededor del 6% en 2045. Esta cuota solidaria no se aplicará a trabajadores autónomos.

Protección a la “hucha de las pensiones”

También se ha modificado el recientemente creado Mecanismo de Equidad Intergeneracional, cuyo objetivo es incrementar los recursos destinados al pago de pensiones. Este impuesto, que se encuentra en vigor desde el 1 de enero de 2023 y consiste en el 0,6% del salario del trabajador, subirá hasta el 1,2% en 2029, a un ritmo de una décima por año y con la siguiente distribución: 1% a cargo de la empresa y 0,2% a cargo del trabajador. A partir de 2030, se mantendrá en el 1,2% hasta 2050 y podrá aumentar de manera automática si el gasto en pensiones sobrepasa el 15% del PIB.

Los ingresos conseguidos a través del MEI irán destinados a engordar el Fondo de Reserva de las pensiones, la “hucha de las pensiones”, vaciada en un 90% durante el mandato de Mariano Rajoy ante el gran déficit que enfrentaban las cuentas de la Social. Ahora, partiendo de algo menos de 3.000 millones de euros este año, llegará a una suma de entre 120.000 y 130.000 millones de euros en 20 años, el doble de lo que tuvo en 2011 (68.000 millones de euros), hasta ahora la cifra más alta. Estos fondos se irán desembolsando entre principios de la década de 2030 y hasta los primeros años de 2050 para que el sistema sea capaz de paliar los desequilibrios financieros derivados de las jubilaciones de los baby boomers, la generación más amplia, y los salarios de los jóvenes.

Además, para evitar precisamente un nuevo vaciamiento de esta “hucha”, desde 2033, la Ley de Presupuestos establecerá el desembolso anual a efectuar por el Fondo de Reserva en términos de porcentaje del PIB, con un límite máximo para cada ejercicio del periodo 2033-2053, que se moverá entre el 0,10% del PIB (2033) y el 0,91% (2047), dependiendo de cada ejercicio.

Una búsqueda del equilibrio

Por otra parte, la reforma también se ha llevado a cabo pensando en reducir la brecha de género en pensiones. Así, el complemento de brecha se subirá en los dos próximos ejercicios, 2024 y 2025, un 10% adicional al IPC. De igual forma, se cubrirán hasta cinco años de vacío de cotización con el 100% de la base mínima, frente a los cuatro actuales. El sexto y el séptimo año sin cotizar se cubrirá con un 80% de la base mínima, frente al 50% actual.

Finalmente, la norma incluye una serie de subidas de las pensiones más bajas, mínimas y no contributivas, en sintonía con la evolución del salario mínimo. El objetivo es que la pensión mínima de jubilación contributiva con cónyuge a cargo llegue en 2027 como mínimo a los 16.500 euros anuales, es decir, 1.178,5 euros al mes por catorce pagas, un 22% más que ahora.

Desde Moncloa aseguran que “el conjunto de medidas de refuerzo de la sostenibilidad aportará ingresos adicionales al sistema en las décadas de 2030 y 2040, cuando se hará frente al mayor reto demográfico”.

CONCLUSIÓN

Una cosa más para terminar. Ahora ya se sabe, que no es la subida de las pensiones ni de los salarios lo que aumenta la inflacción, sino el mantenimiento de los márgenes empresariales, cuando no el incremento de los mismos, puesto que dichas subidas todavía están muy por debajo de la inflación.

Fuente: El Plural.