El Ministerio de Salud de Ucrania ha advertido este jueves de que es posible que se registren casos de enfermedades infecciosas, incluido el cólera, en la región de Jersón después de las inundaciones ocurridas en la zona por la destrucción de la presa de Nueva Kajovka.
"No descartamos que se presenten casos puntuales de cólera (...). Por nuestra parte, se ha fortalecido el control correspondiente y se ha hecho todo lo posible para que no ocurran estos casos. El sistema de salud está listo para responder", ha manifestado el viceministro de Salud, Igor Kuzin.
Esta advertencia se suma a la manifestada este
mismo jueves por parte de la técnico oficial del Programa de Emergencias
Sanitarias de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Teresa Zakaria, quien
ha señalado que existe riesgo de cólera en las zonas afectadas por las
inundaciones.
"No hemos visto ningún caso de cólera en
humanos desde el inicio de la invasión de Ucrania. Dicho esto, las muestras
ambientales muestran que el patógeno existe", ha alertado Zakaria en rueda
de prensa desde Ginebra (Suiza), para añadir que "esto constituye un
riesgo".
Durante la madrugada del martes, el Mando Sur de
las Fuerzas Armadas de Ucrania informó de la destrucción de esta
infraestructura por parte de Rusia e indicó que estaban investigando la
magnitud del daño, así como la velocidad y la cantidad de agua que afectaría a
las zonas probables de inundación.
El presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, acusó
a los "terroristas rusos" de la destrucción de la presa, lo cual fue
rechazado por el Kremlin, que considera que el ataque fue un "claro"
y "deliberado" acto de sabotaje planeado y ejecutado por el
"régimen de Kiev".
Reacción de China
Wang Wenbin ha pedido “a todas las partes en conflicto” que “respeten el
Derecho Humanitario” y “hagan todo lo posible para proteger a los civiles y
salvaguardar las instalaciones civiles” en el marco de la guerra.
La destrucción de la presa de Nova Kajovka supone
un nuevo y trágico capítulo en la guerra de Ucrania iniciada hace ya más de un
año. Mientras que Kiev y Moscú se culpan mutuamente de un posible ataque a la
infraestructura, los habitantes de las poblaciones situadas en las orillas del
río Dniéper están sufriendo las consecuencias del desbordamiento de la presa,
lo cual ha provocado el desplazamiento de más de 17.000 vecinos.
No solo se han producido inundaciones y desalojos,
también muertes. La Administración Militar ucraniana de Oleshky, una localidad
de Jersón ocupada por las tropas rusas, dio a conocer la muerte de varios
ciudadanos a consecuencia de estas inundaciones que afectan ya a 600 kilómetros
cuadrados, una superficie superior a la de toda la isla de Ibiza.
Intervención de China
Ante estas circunstancias, el Gobierno de China ha
mostrado su “grave preocupación” por la destrucción de la presa de Nova Kajovka
y su impacto a nivel humanitario, económico y ecológico, en medio del cruce de
acusaciones entre ambos países.
De hecho, el portavoz del Ministerio de Exteriores
chino, Wang Wenbin, ha exigido en rueda de prensa “a todas las partes en
conflicto” que “respeten el Derecho Humanitario” y “hagan todo lo posible para
proteger a los civiles y salvaguardar las instalaciones civiles” en el marco de
la guerra.
Posible sabotaje ruso
“La posición de China sobre la crisis en Ucrania es
consistente y clara. Bajo las actuales circunstancias, esperamos que todas las
partes se comprometan con un acuerdo político a la crisis y trabajen juntos
para aliviar la situación”, ha destacado, según la transcripción de sus
declaraciones, facilitadas por el Ministerio chino a través de su página web.
En este contexto, cabe destacar que el Servicio de
Seguridad de Ucrania (SBU) hizo pública en el día de hoy una grabación de lo
que asegura que es una conversación entre dos soldados rusos en las que los
participantes dicen tener conocimientos de la presencia de “un grupo” ruso que
voló la presa de Kajovka.
“Un grupo de sabotaje nuestro está allí”
En la grabación, los dos soldados también describen
las inundaciones, el crecimiento del nivel del agua y la destrucción causada en
la zona ocupada por Rusia por el desbordamiento provocado por la destrucción de
la presa y de la central hidroeléctrica de la que formaba parte.
“No son ellos (los ucranianos) quienes han atacado.
Un grupo de sabotaje nuestro está allí. Querían asustarles con esta presa. No
salió según el plan, fue peor de lo que planearon”, exhibe la conversación
publicada este viernes por el servicio secreto de Kiev.
Putin rompe el silencio tras la voladura de la
presa Kajovka
El presidente ruso acusa a Ucrania de llevar a cabo acciones “bárbaras”,
generando una “catástrofe ambiental y humanitaria” a gran escala.
La actualidad bélica en Ucrania se trasladó en la
mañana del pasado martes a la región de Jersón, donde la presa de Nova Kajovka
saltó por los aires. Momentos después, cruce de acusaciones entre los bandos
ruso y ucranio acusando al otro de haber volado las instalaciones, importantes
para la central nuclear de Zaporiyia. Todo sucede después de que Ucrania diera
las primeras señales de su tan esperada contraofensiva.
Volodímir Zelenski, presidente de Ucrania, señaló
directamente a Moscú al asegurar que una explosión de tal calibre es imposible
hacerla desde fuera. “Rusia ha estado controlando la represa y toda la central
hidroeléctrica de Kajovka durante más de un año. Es físicamente imposible
hacerlo estallar de alguna manera desde el exterior, mediante bombardeos. Fue
minada por los ocupantes rusos. Y lo volaron”. Y ahora llega la respuesta del
Kremlin, con un Vladimir Putin que afirma que es un “acto de barbarie”.
Según el presidente ruso, se trata de un ataque
deliberado por parte de las tropas ucranianas, y que ha provocado “una
catástrofe ambiental y humanitaria a gran escala”. De este modo se expresó
Putin ante su homólogo turco, el presidente Recep Tayyip Erdogan, en una
conversación telefónica. Unos términos casualmente parecidos a los empleados
por Moscú horas antes, pues se refirieron al evento como “una de las
catástrofes ambientales más importantes en Europa en las últimas décadas”.
Según informa el Kremlin en un comunicado, ambos
presidentes departieron sobre la situación en Ucrania. Putin dijo que Kiev, a
sugerencia de sus “manipuladores occidentales, sigue apostando peligrosamente
por la escalada de las hostilidades, utilizando métodos terroristas y
organizando sabotajes en territorio ruso. Un claro ejemplo de ello fue la
bárbara acción de destruir la central hidroeléctrica de Kajovka”.
Por otro lado, Putin ha ordenado la puesta en
marcha de un operativo para asistir a los afectados por la destrucción de la
presa. Según ha informado el portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov, el
presidente ruso ha instado al ministro de Situaciones de Emergencia que elabore
un plan para “ayudar a las personas y eliminar las consecuencias de este
desastre”. Tras la destrucción de la presa, el agua ha dejado ya completamente
inundadas al menos 29 localidades en la región, mientras que otras corren el
mismo peligro, por lo que miles de habitantes han sido evacuados. Aunque las
inundaciones han afectado a ambos bandos, Ucrania insiste en que las sufrirá
“ocho veces más” que Rusia.
¿Putin emula a Stalin?
Los servicios de inteligencia rusa contaban con
informes que aseguraban que Ucrania, en su contraofensiva, estaría preparando
un ataque anfibio en el Dniéper, que ahora es imposible por la crecida del río.
Con la voladura de la presa, Rusia seguiría con su estrategia de ‘tierra quemada’,
que consiste en no dejar rastro de todo activo que pueda ser utilidad para el
enemigo. En caso de tener que replegarse hacia Crimea, Moscú cedería una región
de Jersón en una situación crítica.
Pero con esta maniobra Putin estaría imitando a Iósif
Stalin, una importante figura política de la Unión Soviética. Con el fin de
contener al ejército nazi en la Segunda Guerra Mundial, Stalin ordenó a agentes
del NKVD (precursores del KGB) la destrucción de la presa de Dneprostroi en
agosto de 1941. Las tropas alemanas amenazaban la ciudad de Zaporiyia y el
ejército Rojo estaba en retirada. La destrucción de la presa, situada a apenas
170 kilómetros al norte de la actual, causó también una gran catástrofe
humanitaria y medioambiental.
“Hicimos explotar la presa del Dniéper para no
permitir que este primer hijo del plan quinquenal soviético cayera en manos de
los bandidos de Hitler. Se tomaron todas las medidas para no permitir que los
alemanes hicieran uso de la presa y su maquinaria”, dijo entonces el portavoz
del gobierno soviético, Solomón Lozovski.
Fuente: EFE; Reuters; EuropaPress
POSDATA
(*) Por cierto, malas noticias para las derechas y ultraderechas españolas, puesto que ayer inscribieron a Sumar como coalición, tras hacerse público el acuerdo con Unidas Podemos, que evidentemente, acercan un poco más la derrota electoral a los negacionistas y derogadores de avances sociales en España, que son PP y Vox.