6 de julio de 2016

IA. Comienza la carrera para dominar la inteligencia artificial

La industria ya es capaz de programar máquinas y robots con habilidades cognitivas, pero está aún muy lejos de poder replicar la fortaleza de la inteligencia humana.
La batalla de los gigantes tecnológicos también se juega en el campo de la inteligencia artificial. Titanes como Google, Apple, Facebook, Amazon, Microsoft e IBM están trabajando activamente en el desarrollo de innovaciones basadas en la inteligencia artificial.
"Se está avanzando mucho porque ahora se tiene la capacidad de procesar una gran cantidad de datos", explican desde IBM
IA toma el control
  • La inteligencia artificial llena titulares. Hace unos meses, los medios se hacían eco de la victoria sobre el hombre de la tecnología DeepMind de Google en la partida del milenario juego de mesa Go. Mientras, se extiende el uso de asistentes virtuales como Siri (Apple), Cortana (Microsoft), Google Now (Google) o el de la española Sherpa, y surgen los chatbots, piezas de software programadas para interactuar con los usuarios a través del lenguaje.
  • De forma paralela, avanza rápidamente la robótica, con novedades como Pepper, un robot humanoide capaz de leer emociones creado por el grupo japonés Softbank, que empezará a tomar los pedidos y a cobrar a los clientes de algunos restaurantes Pizza Hut de Asia a finales de este año. Y en el ámbito sanitario, un campo donde se abre un gran abanico de aplicaciones, los oncólogos del Memorial Sloan Kettering de Nueva York utilizan la inteligencia artificial Watson, de IBM, para determinar el tratamiento idóneo para cada paciente. Son sólo unos pocos ejemplos de la larga lista de aplicaciones de la inteligencia artificial. Sin embargo, queda aún mucho camino por recorrer.
  • La ciencia avanza en lo que se denomina inteligencia artificial débil, es decir, aquella que sabe hacer muy bien -incluso mejor que el ser humano- una única cosa. "Hablamos de una máquina que sabrá jugar al ajedrez pero no al parchís. O de una tecnología que podrá diagnosticar a un paciente de neumonía, pero no de cáncer", explica López de Mantaras.
  • Los humanos ya podemos programar máquinas y diseñar robots con habilidades cognitivas que les permiten realizar tareas para las que es necesaria la inteligencia. Sin embargo, no podemos replicar la inteligencia humana: genérica, versátil y capaz de tomar decisiones basadas en el sentido común. Imaginemos un robot camarero: sabrá servir el vino a la perfección en una copa de cristal pero si, por ejemplo, en el armario hay una copa en la que ha caído un insecto, carece del sentido común para descartarla, algo que no le pasaría por alto a un humano.
  • "La inteligencia artificial fuerte que iguale a la inteligencia humana es ciencia ficción. Nos dan a entender, sin ningún soporte real científico, que en 20 o 30 años habrá robots más inteligentes que los humanos. Yo no lo creo", dice López de Mantaras.
  • Hay muchos escollos, sobre todo por la poca robustez de la inteligencia artificial en dos aspectos cruciales como son la visión y el lenguaje. Las máquinas ahora mismo tienen dificultad para interpretar una escena visual y para captar un significado ambiguo porque no comprenden la semántica del lenguaje. Los asistentes virtuales como Siri no tienen una capacidad de comprensión profunda sobre lo que se les pregunta, pero tienen acceso a una masiva cantidad de datos y utilizan una aproximación estadística para responder.
Cuestiones éticas
  • El avance de la inteligencia artificial pone encima de la mesa aspectos relacionados con la ética. Por ejemplo, en el ámbito del coche inteligente, habría que dilucidar qué decisiones debería tomar ante un accidente inevitable. ¿Salvar la vida de los pasajeros o de los viandantes? "El problema, más que en el grado de inteligencia, está en el grado de autonomía. Es un gran error sacar al ser humano del proceso de decisión", opina López de Mantaras.
Fuente: Expansion.com