Las visiones de Berlín y Washington sobre el programa de
espionaje de la Agencia Nacional de Seguridad (NSA)estadounidense en Alemania
están "muy distanciadas", pero los países siguen siendo aliados
cercanos, dijo el miércoles la canciller Angela Merkel al Parlamento.
En el primer gran discurso político de su tercer mandato,
Merkel sostuvo que nadie dudaba de que las agencias de inteligencia locales y
extranjeras ayudan a proteger a los alemanes del crimen y el terrorismo.
"¿Pero acaso esto les da el derecho a nuestros aliados
más cercanos, como Estados Unidos o Reino Unido, a acceder a toda la
información imaginable, argumentando que es por su propia seguridad y la de sus
socios?", señaló hacia el final de su intervención de una hora al
Bundestag.
"¿Puede estar bien si no es sólo para defenderse de las
amenazas terroristas, sino para conseguir también una ventaja sobre sus
aliados, por ejemplo, en las negociaciones en las cumbres del G-20 o en las
sesiones de las Naciones Unidas?. Nuestra respuesta solo puede ser: No, eso no
está bien", añadió.
Merkel advirtió que ceder ante la tentación de "hacer
todo lo que es técnicamente posible" podría causar una desconfianza entre
aliados que eventualmente debilitaría su seguridad mutua.
"Nuestras opiniones hoy están muy distanciadas",
dijo Merkel, que ha hablado con el presidente estadounidense, Barack Obama,
sobre las revelaciones del ex contratista de la NSA Edward Snowden respecto a
la vigilancia de Washington y Londres a sus aliados.
Obama dijo a la televisión alemana a principios de este mes
que la amistad entre los países no debería verse dañada "por medidas de
vigilancia que obstruyan nuestra comunicación".
"Mientras yo sea el presidente de Estados Unidos, la
canciller alemana no tiene por qué preocuparse sobre eso", dijo Obama un
día después de anunciar las reformas que prohíben las escuchas de líderes
políticos aliados como Merkel.
La NSA probablemente se encuentra en la agenda de Merkel para
su reunión con el secretario de Estado de Estados Unidos John Kerry el viernes
en Berlín.
Las primeras revelaciones de Snowden en junio causaron gran
indignación en Alemania, que es especialmente sensible tras la experiencia con
el abuso de vigilancia por parte de la Gestapo con los nazis en el poder y la
Stasi en la comunista República Democrática Alemana durante la Guerra Fría.
Los informes de que la NSA pinchó incluso el teléfono móvil de
Merkel aumentaron la indignación de los alemanes, que piden - en vano hasta el
momento- un acuerdo de no espionaje con Washington.
Snowden dijo a una televisión alemana el domingo que la NSA
también espió a la industria alemana y dio como ejemplo a la compañía de
ingeniería Siemens. Ha solicitado asilo en Rusia pero se ha ofrecido a ir a
Berlín para ayudar al Bundestag en la investigación sobre las actividades de la
NSA.
Fuente: Reuters